La caída de José Luis Ábalos es la muerte del 'sanchismo'. Ha nacido el 'pedrismo'. El presidente del Gobierno ha completado el giro de 180 grados en el PSOE dejando caer a quien fuera su mano derecha y su más estrecho colaborador.
"Decepción. Confusión. Orfandad. Es lo que sentimos por éste (Ábalos) y otros acontecimientos bajo el liderazgo de Sánchez", dice a Vozpópuli un ex diputado del PSOE. "Los que estábamos con el presidente en las primarias estamos fuera; y los que estaban en contra están hoy en La Moncloa".
Para entender el giro, explican estas fuentes, hay que mirar a las dos mujeres que ocupan las portavocías de Sánchez. La ministra Pilar Alegría era una de las colaboradoras más cercanas a Susana Díaz en 2017. Esther Peña, portavoz de Ferraz, apoyó públicamente la candidatura de Patxi López.
Lo que queda del 'sanchismo'
Sánchez se ha desprendido de la que fue su guardia pretoriana más fiel. Adriana Lastra, Carmen Calvo y Juanma Serrano, entre otros, están fuera de cualquier núcleo de decisión. Y muchos de los diputados cercanos a ellos cuando gobernaban Ferraz han sido fulminados o enviados a provincias.
Es verdad que Sánchez ha buscado acomodo a casi todos ellos. Ha colocado a Calvo al frente del Consejo de Estado y ha recolocado a Serrano en la empresa pública de autopistas (SEITT) tras un desastroso paso por Correos.
Ábalos peleaba un hueco en Bruselas, cuando el caso Koldo ha acabado con su carrera en el PSOE. La caída de Ábalos es "caza mayor". Y tiene al partido hecho un manojo de nervios. Nadie creía que la crisis llegase tan lejos como para que el diputado se fuera al Grupo Mixto.
"Hay un silencio sepulcral en los grupos de Whatsapp del partido en los que normalmente se jalean todas y cada una de las decisiones de Sánchez", dicen otras fuentes socialistas.
Mientras el PSOE construye el relato para crucificar a Ábalos, la cúpula socialista admite que están "jodidos". Y culpan a Ábalos del sainete que se ha montado. "Una persona que ha sido secretario de Organización del partido sabe mejor que nadie el daño que está haciendo al partido", dicen fuentes próximas a la dirección.
Los que mandan en el PSOE
Sánchez no se ha desprendido de todos los sanchistas de primera hora. Ha recuperado, por ejemplo, a Óscar Puente, con el que tuvo sus más y sus menos. Y, sobre todo, resiste Santos Cerdán, señalado por el viejo núcleo de Sánchez como el origen de todos los males. "Quieren ir a por él", dicen los que tratan con este sector de sanchistas purgados. "Que nadie olvide que el que trajo a Koldo a Madrid fue Cerdán".
El choque entre Lastra, Calvo y otros con Cerdán durante sus tiempos en Ferraz fue evidente. Y la debacle del 28-M fue quizá el último intento de Lastra y compañía por poner en la diana al secretario de Organización del PSOE. Cerdán resistió. Y fue el encargado de hacerse la foto con Carles Puigdemont para desbloquear la investidura. Aquella con el mural gigante del referéndum ilegal del 1 de octubre del 2017 en un despacho de Bruselas.
“Esa foto acompañará siempre a Cerdán”, explica un veterano socialista. “De tal manera que si Sánchez lo tiene que sacrificar alguna vez, lo hará como ha hecho con Lastra, Felipe Sicilia, Ábalos y tantos otros”.
Ellos ostentaron el poder, pero lo perdieron muy rápido ante aquellos que quisieron descabalgar a Sánchez: Óscar López, Patxi López o Antonio Hernando, entre otros. Y, sobre todo, las dos personas que manejan actualmente el PSOE: Félix Bolaños y María Jesús Montero.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación