Política

El PSOE tapa con críticas al PP sus cesiones a Puigdemont en plena euforia de Junts

Los socialistas se refieren a las contrapartidas a la derecha secesionista catalana para salvar los decretos como "la expresión de la comprensión de una España más grande que la realidad madrileña"

El PSOE no hizo este miércoles alusión alguna a las siete concesiones a Junts que le permitieron sacar adelante dos de los tres decretos que el Congreso sometió a convalidación. Es más, Ferraz se limitó a lanzar un comunicado con cuatro párrafos en el que se ciñe casi en exclusiva a criticar al PP por no apoyar las medidas del Ejecutivo. Los socialistas se refieren a las contrapartidas a la derecha secesionista catalana como "la expresión de la comprensión de una España más grande que la realidad madrileña".

Tampoco el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió a los acuerdos in extremis con Junts: "Somos un Gobierno humilde, muy laborioso, muy trabajador, dialogante, pero con capacidad de acuerdo". En efecto, Junts arrancó un gran botín a Moncloa. Y, además, exhibió su fuerza ante Sánchez. Los de Carles Puigdemont no informaron al núcleo negociador del Gobierno hasta poco antes de la votación sobre su intención de aceptar lo propuesto por el PSOE y permitir la convalidación de los decretos ausentándose de las votaciones.

¿Y qué es lo que ha obtenido Junts? A saber, según el partido de Puigdemont: la cesión de la gestión de las competencias sobre inmigración a la Generalitat en virtud del artículo 150.2 de la Constitución y previo desarrollo de una ley orgánica específica para Cataluña y el compromiso de que el PSOE impulsará junto con Junts una propuesta en el Congreso para derogar el artículo 43 bis de la Ley de Enjuiciamiento civil, supuestamente el que amenazaba la viabilidad de la futura ley de amnistía y que según el propio PSOE era imposible modificar por tratarse de la transposición de una directiva europea.

Un gran asalto a la banca monclovita

Pero hay más: la publicación de los datos oficiales para el cálculo de las balanzas fiscales; la reforma de la ley de sociedades para revertir el real decreto del PP de 2017 que eliminó obstáculos para que una compañía cambiara su sede en pleno procés independentista; la bajada del IVA del aceite al 0%; el aumento de 1.200 a 6.200 millones de euros la partida de digitalización de la Justicia; la asunción por parte del Estado de la totalidad del coste que generen los descuentos y bonificaciones al precio del transporte público y el reconocimiento de los derechos históricos de Cataluña en materia de régimen local.

Ante todo ello, el PSOE no explica. Ferraz se escuda en que "tiene el diálogo en su ADN político, y por ello entiende perfectamente un parlamento plural como el que los españoles decidieron con su voto". Es más, fuentes gubernamentales explican que el acuerdo al que según Junts ha llegado con el PSOE es una cuestión que atañe a los grupos políticos. Y es que los socialistas ni confirman ni desmienten que las siete concesiones señaladas por Puigdemont sean ciertas.

No obstante, los acuerdos son nominales. Es más, ninguna de las fuerzas políticas concernidas especifica las vías legales que se implementarán para dar luz verde a cada una de las medidas. Con esas promesas, que Moncloa no tenía la seguridad de que se fueran a aceptar, el Gobierno consiguió evitar una durísima derrota que habría supuesto ver decaer los tres primeros decretos de su nueva legislatura. Y que hubieran abierto una seria brecha en la credibilidad de Sánchez para seguir al frente del Ejecutivo.

Yolanda Díaz, la gran derrotada

Los siete diputados de Junts no votaron por orden directa del expresidente catalán. Solo los cinco representantes de Podemos, emancipados ya de Sumar, fueron quienes rechazaron la reforma del subsidio de desempleo presentada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Todo un golpe de dulce venganza que Sumar calificó como "una falta de respeto a los desempleados y desempleadas".

Lo cierto es que el Ejecutivo desprendió una sensación de derrota desde el inicio del pleno de convalidación, a las 9.00. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, pidió "sentido de responsabilidad" a los diputados al tomar la palabra. Los de Puigdemont parecen vivir una contradicción. Y es que por un lado evidencian que la gobernabilidad de España no les importa. Pero, por otro, incluso no votando, se hacen corresponsables de ella.

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, lo dio a entender: "Nosotros estamos aquí por Cataluña, no por ustedes ni por el Reino", espetó en la tribuna de oradores. Bolaños, no obstante, logró cerrar un acuerdo con Podemos -el otro dolor de cabeza para el núcleo duro de Moncloa- sobre los decretos que no eran negociado de Yolanda Díaz; la gran derrotada de la noche según ese mismo núcleo duro.

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