El PSOE está preocupado porque la delicada situación que atraviesa Sumar, al margen de la incertidumbre que se le abrirá a Pedro Sánchez con los socios independentistas catalanes ERC y Junts per Catalunya en torno a los pactos para la investidura de nuevo presidente de la Generalitat, impida reanudar a la vuelta del verano una legislatura nacional ahora mismo paralizada, sostienen varias fuentes socialistas consultadas por Vozpópuli.
Sin representación en Galicia, puede que tampoco en el País Vasco a partir de este domingo -la situación tampoco pinta mejor para los de Yolanda Díaz en las elecciones europeas del 9 de junio-, los socialistas creen que la pelea Sumar/Podemos por no más de cinco millones de votos, está contribuyendo a la descomposición de ese espacio y a minar el liderazgo de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, lo cual generará “problemas de estabilidad” al Ejecutivo de coalición a medio plazo.
Por ejemplo, PNV y Junts, clave en la continuidad de este bloque parlamentario, ya han advertido que no apoyarán en septiembre un proyecto de ley de Presupuestos 2025 que suponga una carrera a ver quien es más de izquierda” como en la que ven continuamente a Díaz con Iglesias; de hecho, los dos partidos nacionalistas catalán y vasco coincidieron con el PP en votaciones parlamentarias significativas, como la Ley antiokupas, y volverán a hacerlo en los Presupuestos y otras normas de carácter socioeconómico presionados por sus electorados y por la patronal.
En La Moncloa no olvidan que las elecciones catalanas se han adelantado al 12M por la “falta de liderazgo” de Díaz, que no logró imponer a En Comu Podem el proyecto de Hard Rock Café en Tarragona, pactado por ERC y PSC para dar así vía libre a los presupuestos de Pere Aragonès; cualquier cosa antes que una convocatoria anticipada que está beneficiando a Puigdemont
En La Moncloa y en la sede de Ferraz no olvidan que el origen de la actual parálisis provocada por el adelanto de las elecciones catalanas al 12 de mayo fue la “falta de liderazgo” de Díaz, quien no logró imponerse al socio catalán, En Comu Podem, y obligarle a aceptar el proyecto de Hard Rock Café en Tarragona pactado por ERC y PSC, para dar así vía libre a los presupuestos del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès; cualquier cosa antes que el adelanto electoral al que se ha visto abocado el candidato de Esquerra.
Los socialistas, no obstante, han pasado del enfado inicial con Yolanda Díaz por el “fallo” del adelanto electoral en Cataluña, el cual está favoreciendo a Carles Puigdemont -ella lo atribuye, sin embargo, a que Sumar es un espacio plural y respeta la autonomía de sus integrantes-, a temer un posible colapso si el liderazgo de la vicepresidenta no remonta y Sumar se deshilacha poco a poco.
‘Sumar’ sin sedes
Creen muy sintomático, en este sentido, que Compromis, el socio valenciano, amagara con irse al Grupo Mixto junto a Podemos en caso de no ocupar la tercera plaza en la candidatura europea, que finalmente ha logrado a golpe de amenaza; o que esa misma Compromis, Más Madrid y En Comú Podem hayan impuesto su tesis de que Sumar no tenga estructura orgánica en sus territorios. “PSOE y PP son lo que son después de 40 años porque tienen sede en el pueblo más recóndito; Si ella no es capaz de tenerla allí donde gana… ¿Cómo va a aspirar a nada?”, reflexiona al respecto un veterano dirigente de importante federación socialista.
Desde el PSOE se reconoce, además, que “esta legislatura no es como la anterior” y que la vicepresidenta y ministra de Trabajo no está teniendo ni va a tener el protagonismo que tuvo durante los últimos cuatro años. “No se va a legislar todo lo que se legisló en materia laboral, no se va a hacer otra reforma del mercado de trabajo”, admite gráficamente una fuente de La Moncloa.
Y por si las circunstancias políticas internas fueran poco adversas al liderazgo de Yolanda Díaz, el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de echar por tierra esta semana su proyecto estrella y el de Íñigo Errejón, que impusieron al PSOE para firmar el pacto de legislatura vigente: reducción progresiva de la jornada laboral, de 40 horas semanales a 35 sin pérdida de sueldo.
“Si no está bien diseñada la reducción de la semana laboral en el sector privado, puede reducir tanto la productividad como los ingresos de los trabajadores en el largo plazo”, sentencia el FMI en un duro varapalo a la vicepresidenta por su insistencia en reducir jornada laboral en un país como España con serios problemas de productividad.
El último informe del FMI supone un duro varapalo a esa aspiración y, además, echa por tierra, prácticamente, todos los proyectos de Díaz para el momento en que se reanude la legislatura, tras las elecciones europeas el 9 de junio: No sólo cuestiona reducir jornada sin reducir salario sino que pide no subir más el salario mínimo (SMI) -el alza de los -últimos cuatro años ha sido de un 50%- porque acabará afectando a la creación de trabajo poco cualificado, y alerta de un agujero en las pensiones que el Estado debe solventar para que el sistema no quiebre.
“Si no está bien diseñada la reducción de la semana laboral planteada en el sector privado, puede reducir tanto la productividad como los ingresos de los trabajadores en el largo plazo”, sentencia el documento del Fondo Monetario en su varapalo a la vicepresidenta por su insistencia en reducir jornada laboral en un país como España con serios problemas de productividad.
“Asesinato” fallido de Iglesias
“Para evitar los efectos negativos, la reforma debería venir acompañada de una moderación en los sueldos, funcionar de forma heterogénea y acomodarse a las necesidades de los diferentes sectores y negociar con ellos de forma colectiva, permitir flexibilidad, con opciones cómo anualizar la reducción de jornada, y que esto permita maximizar la productividad y revisar la relación con el sueldo mínimo”, concluye el organismo presidido por Kristalina Georgieva.
Un veterano barón autonómico socialista ya retirado cree, no obstante, que los problemas de la vicepresidenta y ministra de Trabajo no vienen solo de lo que hace sino de “cómo” lo hace. “Ella debía matar al padre (Pablo Iglesias) pero sin olvidarse que su legitimidad venía de que él la puso ahí. Pero lo intentó matar tan pronto que sonó a asesinato, no a un hecho biológico inevitable de la política, y además Iglesias y los suyos (Podemos) se han revuelto con cierto éxito”, ironiza esa fuente en conversación con Vozpópuli.
Pasados cuatro meses desde la formación de Gobierno, en La Moncloa hay quien formula este otro análisis complementario sobre Sumar: “Quizá se equivocaron eligiendo los ministerios”. Solo brilla la ministra de Sanidad, Mónica García, porque Díaz anda de perfil desde el batacazo en las elecciones gallegas y Urtasun, Bustinduy y Rego están “fuera de juego”
Pasados cuatro meses desde la formación de Gobierno, en La Moncloa hay quien formula este otro análisis complementario: “Quizá es que se equivocaron eligiendo los ministerios”… Y es que, según este alto cargo, de todos los ministros de Sumar sólo la de Sanidad, Mónica García, está brillando con luz propia en un Gobierno sin capacidad legislativa ahora mismo, a golpe de reuniones en la Conferencia sectorial de Sanidad con las autonomías, como la última para aprobar medidas que restrinjan el tabaco.
Yolanda Díaz, por su parte, anda de perfil desde el tremendo batacazo electoral en Galicia -no logró representación parlamentaria en su tierra y tardó días en dar explicaciones- y cuando intentó sacar la cabeza con una fallida visita a la destrozada Gaza vino el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a desmentirla.
A los titulares de Cultura, Ernest Urtasun; Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy; y Juventud e Infancia, Sira Rego, hasta sus propios compañeros de gabinete les ven “fuera de juego” por la parálisis del momento. Urtasun, además, con el inconveniente de que la Secretaría de Estado para el Deporte ya no depende de Cultura como ocurrirá con el socialista Miquel Iceta y eso le resta buena parte del protagonismo que tenía ese departamento.
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