Política

El PSOE extrema su victimismo para alentar el miedo a Vox y frenar el golpe en gallegas, vascas y europeas

Ferraz alega que es el objetivo de una campaña de acoso que raya el delito de odio: desde la piñata de Sánchez al pinchazo de las ruedas de un miembro de la dirección

El PSOE extrema su victimismo. La campaña electoral del 23-J fue una alerta antifascista en toda regla que supo rentabilizar. Los socialistas remontaron en las encuestas a base de repetir el peligro de un gobierno del PP con Vox. El miedo a los de Santiago Abascal fue el leitmotiv de aquellos días de julio. Ferraz supo inocular la aprensión al líder de Vox sentado en el Consejo de Ministros como vicepresidente. Y ahora el partido trata de replicarlo de cara al ciclo de elecciones que se sucederán en el primer semestre del año. El maratón arranca el 18 de febrero con los comicios en Galicia, seguirá con las elecciones en el País Vasco -aún sin fecha- y terminará con las europeas del 9 de junio.

El PSOE alega que es el objetivo de una campaña de acoso que raya el delito de odio: desde la piñata de Pedro Sánchez atizada en Ferraz el pasado 31 de diciembre por una turba radicalizada al pinchazo de las ruedas del vehículo de un miembro de la dirección que el partido denunció este jueves pero que no quiso identificar. Ambos hechos, sumados a las pintadas y actos vandálicos contra las casas del pueblo de media España por la culminación de la ley de amnistía, sirven a la dirección de socialista de pretexto para alegar que "las ideas socialistas se persiguen", según fuentes de la formación citadas por El Español.

Es más, el asunto sirve al partido para intentar encajar un gol al PP. "Como no puede ser de otra manera, desde el PSOE queremos condenar y mandar un mensaje de solidaridad y tranquilidad a todos los cargos y militantes que en mayor o menor medida están padeciendo actos similares. También en las casi 200 sedes socialistas vandalizadas a lo largo de toda España. La única pregunta que tenemos es si el señor Feijóo condena de forma clara, contundente y sin peros la violencia contra el PSOE. De la ultraderecha neofascista, con la que el PP mantiene acuerdos de gobierno vergonzosos, no esperamos nada", sostiene el partido.

Según el PSOE, se persiguen sus ideas

Como ya contó este diario, varios juristas señalan que el episodio de piñata se circunscribe al ámbito de la la libertad de expresión para manifestar su descontento con el presidente del Gobierno, en este caso utilizando una caricatura. Las fuentes consultadas apuntan, además, que el caso "no tendría mucho recorrido" teniendo en cuenta los precedentes. Estas mismas fuentes recuerdan otros señalamientos similares a políticos y miembros de la casa real y explican que si el PSOE decide dar un paso adelante y presentar una denuncia se trataría más de un movimiento de cara a la galería para utilizar esa radicalidad políticamente.

Carles Puigdemont, José Manuel Albares y Pedro Sánchez en el Parlamento Europeo
Carles Puigdemont, José Manuel Albares y Pedro Sánchez en el Parlamento EuropeoEFE

Pero en Ferraz no lo ven tan claro. Los socialistas quieren superar las dudas de los juristas y se agarran al artículo 510 del Código Penal, que explicita el acto de "incitar directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia". Ese punto de la ley cita la persecución por motivos "referentes a la ideología". Y eso es lo que lleva al PSOE a hablar abiertamente de persecución a sus ideas. El asunto es peliagudo, porque no se trata de un ataque per se a la ideología del partido, sino un ataque por haber ejecutado una medida con un rechazo mayoritario en la calle según casi todas las encuestas.

Objetivo: señalar al PP

El PSOE no maneja buenos datos electorales de cara a los comicios gallegos y por eso ha activado la misma estrategia de las generales. Y es que en Ferraz se teme un 'sorpasso' del BNG. Por eso, el presidente no va a dar munición a los populares. Como ya contó Vozpópuli, el líder socialist aretrasará las fotos con Carles Puigdemont y con Oriol Junqueras que él mismo avisó que propiciará para "normalizar" políticamente a ambos en aras de la "convivencia". Sánchez no va permitir que sendos encuentros dinamiten sus planes electorales. Al final, el presidente espera manejar los tiempos a su antojo. De manera que Puigdemont debe esperar para conseguir su ansiado premio.

El objetivo de Sánchez es no hundir las opciones del PSdeG, que está intentando aglutinar a toda la izquierda tras la voladura de la entente entre Sumar y Podemos. Aunque fuentes oficiales de Ferraz no descartan cualquier escenario. Es decir, no se cierran a que esa imagen se produzca en cualquier momento. Es más, Junts presiona al jefe del Ejecutivo para que esa foto sea cuanto antes ahora que Sánchez ya no es presidente de turno del Consejo Europeo.

El PSOE intenta obviar la amnistía; ese gran dolor de cabeza. El partido está centrado en arrastrar al PP al marco de su alianza con Vox. En definitiva, los socialistas intentan reactivar el discurso de alerta antifascista tras varios intentos fallidos desde 2019 (Madrid 2021 y Andalucía 2022). Ahora, los principales rostros de Ferraz y Moncloa han salido en plenas vacaciones navideñas para atacar la “tibieza” del PP por no condenar los hechos de fin de año en la sede socialista de Madrid. La estrategia socialista pasa por culpar al PP de “alimentar el odio y la violencia”. Que vienen los ultras... Galicia decidirá si es más convincente que la amnistía como reclamo político que el miedo a la derecha.

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