Política

El PSOE ignora a Yolanda Díaz y no creará ninguna mesa de coalición con Sumar: "Ya estamos todo el día reunidos"

La vicepresidenta segunda ha perdido el favor de Sánchez para hacer política desde Moncloa. La ley de amnistía la ha desdibujado por completo

Hace cuatro días que Sumar, el partido de Yolanda Díaz, envió una carta a los números dos y tres del PSOE, María Jesús Montero y Santos Cerdán. La firmaron el portavoz, Ernest Urtasun, y el coordinador, Josep Vendrell. Y en ella solicitaban la convocar a las personas que deberán formar parte de la comisión permanente de seguimiento del acuerdo de coalición a una reunión para constituir la mesa formalmente y hacer un primer análisis del funcionamiento de la relación entre los dos socios en Moncloa. Pero la misiva no ha podido ser más hilarante para Ferraz. Fuentes gubernamentales socialistas descartan que se vaya a crear mesa o comisión alguna y emplazan a Díaz a pedirles un encuentro cuando lo estime oportuno.

Una fuente de mucho peso en Ferraz zanja, en conversación con este diario: "No entendí la petición [de Sumar]. Parecía que lo que querían era verbalizar al público que se quieren reunir. Pues que digan dónde se quieren reunir y nos reunimos. Daba la sensación de que querían transmitir que hay problemas o mal rollo pero [en la carta] no decían que hubiera problemas... En fin, que nos reuniremos, pero si ya estamos todo el día reunidos". Lo cierto es que la vicepresidenta segunda ha perdido el favor de Pedro Sánchez para hacer política desde Moncloa. La ley de amnistía la ha desdibujado por completo y la líder de Sumar intenta en la medida de lo posible llamar la atención y marcar línea propia.

La última rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el pasado lunes, fue clarividente al respecto. Era la primera vez, en lo que va de año, que Yolanda Díaz salía ante los medios. Y la líder de Sumar aprovechó su comparecencia, planificada para desgranar el detalle de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional, para hacer un mitin y reivindicarse políticamente. Lo cierto es que la vicepresidenta afronta dos grandes retos por delante: las elecciones gallegas del 18-F, donde todo lo que no sea lograr al menos un escaño será un gran revés a su imagen, y la primera asamblea estatal de Sumar, donde el partido sentará línea política y orgánica para la próxima década.

Un cabreo importante

La intervención de Yolanda Díaz, escoltada por la ministra portavoz, Pilar Alegría, y por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se comió 12 minutos y 39 segundos. Aunque hay que reconocer que le superó por poco (12 minutos y 57 segundos) la propia Montero. Lo llamativo es que la número dos del PSOE, habitualmente muy expresiva, no pudo contener la cara de exasperación, desidia y hasta aburrimiento que le provocó la diatriba de Yolanda Díaz. Algo no funciona bien en la relación de Sumar y el PSOE.

El cabreo en el lado socialista del Gobierno con ella es muy grande tras la implosión de su grupo parlamentario y la salida de Podemos. En Moncloa aseguran que la culpa de que la coalición haya perdido cuatro escaños la tiene ella por no haber sabido manejar a los suyos. Su afán por borrar del mapa a los morados ha creado un nuevo dolor de cabeza a Pedro Sánchez. Y ahora, los socialistas tienen una voz más con la que negociar una legislatura casi imposible por la cantidad de partidos que conforman la mayoría de la investidura. Si algo demuestra su situación, como resumen altas fuentes socialistas, es que el peso de la legislatura lo lleva el PSOE y el presidente del Gobierno no va a darle oportunidad de armar ruido. Tampoco de colgarse medallas.

El 'enemigo' Bolaños

El distanciamiento de Yolanda Díaz con el lado socialista del Gobierno lleva tiempo fraguándose. En Moncloa lamentan la "oportunidad perdida" de la líder de Sumar de erigirse en una dirigente con una voz que se escuche en el progresismo español. Pero hay quien la ve más preocupada de su imagen y de lo que transmite que de lo que realmente propone. O de sus planes políticos. Yolanda Díaz, además, tiene otro problema en el Consejo de Ministros: el titular de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

Ambos mantienen una tensa relación. La desconfianza viene por las relaciones de Bolaños con Podemos. El 'súperministro' de Sánchez negoció el mes pasado con los morados salvar los dos decretos del lado socialista (el ómnibus de su departamento y el paquete con las medidas anticrisis por la guerra de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio), pero se 'desentendió' (o así lo creen en Sumar) del decreto del Ministerio de Trabajo sobre los subsidios por desempleo, que fue el único que cayó por la venganza morada. Aunque fuentes socialistas explican que pese al intento de salvar también la medida de Díaz, la cerrazón morada fue imposible de salvar. Ahora, Díaz siente el mismo ninguneo.

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