Política

Pedro Sánchez aprieta a Yolanda Díaz para que evite una carnicería en la izquierda del PSOE

Tanto Moncloa como Ferraz trasladan en público y en privado su preocupación por la bomba que ha estallado a su izquierda. Nadie quiere una crisis que arrastre al Gobierno

Pedro Sánchez aprieta a Yolanda Díaz para que evite una carnicería en la izquierda del PSOE. Tanto Moncloa como Ferraz trasladan en público y en privado su preocupación por la bomba que ha estallado a su izquierda. Nadie quiere una crisis que arrastre al Gobierno en un momento especialmente sensible, con la amnistía aún por aplicarse, la negociación en Cataluña en punto muerto y el presidente del Gobierno asediado por una decena de frentes judiciales.

Las fuentes consultadas en Sumar son claras: Sánchez no ha dado orden alguna a Díaz para llamar a los suyos a filas. Pero sí lanza mensajes: quiere un socio fuerte para afrontar el reto de una legislatura incierta. Lo que nadie entiende en el todavía partido de la vicepresidenta segunda es por qué el líder socialista y el PSOE por extensión se afana ahora en solucionar los problemas de Yolanda Díaz cuando ha estado centrado en hostigarla y robarle todo apoyo electoral posible.

"Veremos si hay o no punto de inflexión", explica una fuente de la confianza de la vicepresidenta segunda. Fuentes gubernamentales socialistas se esfuerzan en mandar mensajes conciliadores: "La práctica de lo que ha dejado y qué se puede configurar está por ver. Yolanda Díaz se ha erigido como la interlocutora con el resto del Gobierno y grupo parlamentario. No tiene ahora mayor debilidad. Pero no puso fecha de su interinidad ni transmitió incertidumbre".

Lo cierto es que en el PSOE siguen viendo con malos ojos que Yolanda Díaz cortara con Podemos. Fuentes socialistas de alto nivel, zanjan: "Yolanda ha concluido del resultado a las europeas que sería bueno reanudar las conversaciones con ellos. Izquierda Unida hace ya tiempo que cree que es malo que Podemos y Sumar se presenten por separado. Desde la estrategia política está claro que es necesario juntarlas".

El problema es que nadie en Podemos cree en Sumar. Ni en Yolanda Díaz. Ni en Íñigo Errejón. Pero sí hay quien cree que el partido morado tiene que entrar de nuevo en el guiso de la izquierda a la izquierda del PSOE. Pero, como ya contó este diario, la organización que lidera Ione Belarra condiciona su entrada en el frente de partidos de Sumar a que caigan Yolanda Díaz e Íñigo Errejón.

Por el momento, Sumar eligió este jueves un cuarteto (Txema Guijarro, Lara Hernández, Elizabeth Duval y Rosa Martínez) que se hará cargo de la coordinación hasta que se decida quién suple a Díaz o no. Porque la vicepresidenta segunda no se ha descartado. Sumar no podía hacer otra cosa, puesto que designar un coordinador o coordinadora hubiera implicado apartar a Díaz de su rango en Moncloa. El propio PSOE dejó claro este martes que su estatus en el Consejo de Ministros depende de los suyos.

El exlíder de Podemos Pablo Iglesias cree que es difícil que los partidos que ahora integran Sumar quieran seguir alimentando un espacio que "carece de funcionalidad" [en referencia a Sumar]. Todo un golpe a la forma de ejercer el liderazgo de Yolanda Díaz. Es cierto que casi nadie en la izquierda a la izquierda del PSOE cree que el socio menor de la coalición vaya a sobrevivir sin su fundadora. Por mucho que ella siga queriendo ser el rostro de su espacio en Moncloa y la línea que les une a Pedro Sánchez.

El problema auténtico de Sumar es interno, ya que se ha convertido en un reino de taifas que resiste en territorios y ministerios. Poco más. Errejón es uno de los actores protagonistas del devenir de Sumar. Y así lo reconocen varias fuentes del partido que le sitúan como una pieza importante como orador y parlamentario. Su capital político sigue siendo relevante. La vicepresidenta segunda se rodeó de un grupo cerrado que ha terminado yendo cada vez más por libre. En él también tiene un peso importante el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.

Es más, Urtasun fue un detonante de la reacción de Yolanda Díaz tras su 'adiós'. Las fuentes consultadas lamentan que el portavoz de Sumar no fuera mucho más contundente sobre la situación interna de la vicepresidenta segunda. Hay quien lo achaca a una pretensión personal de liderazgo que el núcleo duro de Moncloa ha detectado e incluso ha potenciado, ya que Urtasun ha sido uno de los ministros de Sumar que más protagonismo ha recibido por parte del PSOE.

La situación interna de Sumar es, por tanto, una bomba de relojería que amenaza con reventar la dinámica de entendimiento.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP