Política

Sectores del PSOE ven la mano de Zapatero en el pacto fiscal con Cataluña: "Es volver al Estatut, es tremendo"

En el partido ven al expresidente intentando resarcirse del fracaso de su política hace casi dos décadas, ya que se siente responsable de la eclosión del procés

José Luis Rodríguez Zapatero con Pedro Sánchez
José Luis Rodríguez Zapatero con Pedro Sánchez / EP.

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero se ha convertido en el perejil de todas las salsas. Sectores del PSOE consultados por este diario ven su mano en el pacto fiscal suscrito entre el Gobierno de Pedro Sánchez y ERC. En el partido creen que el expresidente está intentando resarcirse del fracaso de su política hace casi dos décadas, ya que se siente responsable de la eclosión del procés. "Es volver al Estatut, es tremendo", zanja una fuente socialista que representa un amplio sector molesto con el oscurantismo bajo el que se ha negociado.

Él mismo ha dicho en varias ocasiones que se siente culpable de la gestión de las consecuencias políticas de la sentencia del Tribunal Constitucional que recortó el estatuto que aprobó el Parlamento autonómico. Por eso, en Ferraz no se sorprenden de que el acuerdo para hacer a Salvador Illa presidente de la Generalitat sea una vuelta a ese estatuto.

Al menos, en su parte sobre la fiscalidad. De hecho, fuentes de la negociación citadas por La Vanguardia reconocen que ese fue el punto de partida para empezar a hablar con el PSC. En especial, todo lo relacionado con el nuevo sistema de financiación y el papel que la Agencia Tributaria catalana jugará en el nuevo modelo propuesto.

El estatuto de 2005 reglaba que la Generalitat debía ser el órgano responsable de recaudar y gestionar todos los impuestos con el compromiso de hacer una aportación a la hacienda estatal que incluía los gastos del Estado por los servicios prestados que presta Cataluña, así como una cuota de solidaridad de la que ahora, en el pacto entre Moncloa y ERC, no se conoce detalle alguno.

El expresidente Zapatero lleva tiempo mediando entre el Ejecutivo y el independetismo. Es más, ya intercedió para impulsar el pacto con Junts: "Zapatero tiene iniciativa propia. Él siempre ayuda", explican fuentes de la dirección socialista. Las fuentes consultadas conocedoras de las conversaciones entre el PSOE y Junts admiten: “Zapatero tiene respetos, pero es percibido como parte”. Y zanjan: “También es cierto que es una persona valiosa para muchas cosas".

"Zapatero es un guía moral para este partido. Y él está dispuesto a echar un cable. Tiene ánimo y energía", explican en la planta noble de Ferraz sobre su implicación con la camiseta del PSOE. El expresidente socialista es uno de los grandes apoyos de Sánchez en su política de pacto con la izquierda a la izquierda del PSOE y con el independentismo catalán frente a la 'vieja guardia'. Si Felipe González y Alfonso Guerra se despachan a gusto contra el líder de su partido por amnistiar a los independentistas, Zapatero es la red de seguridad de Sánchez. Moncloa tardó en darse cuenta de que 'ZP' es un activo casi 13 años después de abandonar la presidencia.

El documento que firmaron los socialistas catalanes y la cúpula de ERC para investir a Illa incluye un pacto fiscal que saca a Cataluña de la caja común, permite una Hacienda catalana que recaude el cien por cien de los impuestos y no aclara qué parte de ese dinero revertirá luego a la caja común, quebrando el principio de solidaridad.

Por todo ello, el resto de socialistas están cabreados. Es más, varios barones presionarán a Pedro Sánchez para que él también haga una consulta a la militancia, como ERC, convencidos de que le daría un gran 'no'. El presidente del Gobierno se vanagloria de haber dado el control del partido a sus simpatizantes. Lo hace siempre que la 'vieja guardia' le asesta algún golpe.

Algunos sectores del PSOE invitan ahora a su secretario general preguntar en las casas del pueblo de fuera de Cataluña qué opinión les merece que se rompa la solidaridad territorial con una más que previsible reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas.

En verdad, en el partido hay quien piensa que este acuerdo quedará en nada y nunca se implementará. Que lo que queda por delante es el peaje del posicionamiento público para hacer a Illa a presidente.

Pero solo el posicionamiento tiene enfadado a buena parte del PSOE, porque en los territorios menos sensibles al nacionalismo y al independentismo se ve como una afronta. Centenares de alcaldes y líderes territoriales de hasta seis comunidades reclaman un cónclave para fijar posición. De momento, Pedro Sánchez no emite señal alguna de que vaya a dar el gusto a sus compañeros.

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