Política

Volantazo de partido de Puigdemot: busca un candidato no independentista para frenar a ERC

El plebisicto se antoja imposible, el 'proces' de desinfla. PDeCat, el nuevo nombre de Convergencia, busca ya un candidato para unas elecciones anticipadas, con un perfil menos independentisa. "Autonomista", lo llaman. El consejero Vila y la alcaldesa Conesa aparecen en las quinielas.

Intento tráfico de quinielas en el soberanismo catalán ante la evidencia de un adelanto electoral. La antigua Convergencia, ahora PDeCat, habla de 'un candidato autonomista' en el caso de que fracase el 'proceso'. Las quinielas bajan nutridas. El consejero de Cultura Santi Vila aparece tan profusamente en todas ellas que ha tenido que saltar con el desmentido.

El movimiento independentista atraviesa sus horas más bajas. Las fricciones entre los dos partidos que conforman el Gobierno de la Generalitat ya no se disimulan. El señuelo del plebiscito apenas funciona. La fatiga cunde en el sector de la sociedad catalana partidario de la consulta. Las urnas aparecen en el horizonte, no en forma de referéndum sino, ya abiertamente, en 'modo elecciones'.

PDeCat, el nuevo nombre de Convergencia, busca candidato. Las autonómicas serán posiblemente en otoño y la familia exconvergente no tiene ni líder ni cabeza de cartel. Carles Puigdemont anunció hace meses que, una vez celebrado el plebiscito, retornaría a Gerona, la ciudad de la que fue alcalde. Artur Mas está inhabilitado por dos años. Francesc Homs, por uno. El partido que fundara Pujol hace cuatro décadas está huérfano, carente de un jefe de filas para afrontar un escenario electoral. 

ERC, su más directo rival, se muestra mucho más preparado para las urnas. Oriol Junqueras dirige la formación republicana con pulso firme y un respaldo unánime entre sus filas. Es el candidato mejor valorado en todas las encuestas y su formación aparece insistentemente como clara vencedora en uno comicios. De ahí los nervios en PDeCat. Su secretario de organización, David Bonheví, confesó ante un grupo de correligionarios que "si el proceso acaba mal, buscaremos un candidato autonomista". La filtración a los medios de su confesión ha producido un pequeño terremoto en las filas secesionistas esta Semana Santa. 

En esta línea, Jordi Xuclà, coordinador de los parlamentarios de PDeCat en Madrid, confesaba abiertamente que "el partido debe estar preparado para un escenario de confrontación electoral". Añadía, eso sí, de "un plazo de un año y medio", matiz obligado. Pero las intenciones son distanciarse en el Congreso y el Senado de las filas de ERC. Hasta ahora aparecían como hermanos siameses. Se acabó el compadreo madrileño con Rufián y Tardá.  

Se ha desatado la búsqueda del perfil adecuado para plantarle cara a ERC. La lógica manda elegir a un dirigente con un perfil poco involucrado con el 'proceso'. Intentar competir en independentismo con ERC resulta absurdo. Los votantes elegirían al original y el partido de Junqueras hace casi un siglo que defiende la misma postura. De ahí el concepto de 'autonomista', es decir, algo similar a lo que representaba Pujol antes de quitarse la máscara. 

Santi Vila, actual consejero de Cultura, es el más firme candidato en todas las quinielas. Pese a arrancar en política como militante de ERC, nunca ha destacado por su fervor separatista, mantiene excelentes relaciones con ministros del gobierno central, y ha logrado conservar una cierta distancia con la aventura secesionista de Artur Mas. Votó en su día en contra de la prohibición de los toros en Cataluña También se habla con insistencia de Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat, y presidenta del Consejo Nacional de los nuevos convergentes, quien fue 'castigada' por su partido a un severo ostracismo por aventurarse a declarar el referéndum "quizás no se podría hacer". 

Hay quienes incluyen entre los aspirantes a al exconseller Germà Gordó, algo improbable dados sus vínculos directos con la trama del 'tres por ciento'. Por el lado de los soberanistas aparecen pocos candidatos. En el caso de que los 'pedés' no precisen imprimir un volantazo a su estrategia, es Neus Munté la favorita. La portavoz de la Generalitat se vio obligada a recordar este Jueves Santo a propios y extraños, más bien a los propios, que el límite para convocar el plebiscito es de dos meses. Una exhortación que sonó a desesperada amenaza.

El camino que conduce hacia la consulta aparece rebosante de obstáculos. La firmeza de la Justicia, las intervenciones del Constitucional y el Supremo, la firme actitud del Gobierno central han provocado enormes desencuentros entre los partidos que promueven el referéndum. ERC marca su territorio. Busca incluso aliados para una posible formación de Gobierno. No será su actual pareja, el partido de Puigdemont. Más bien se orienta hacia Ada Colau. Las encuestas anuncian ascenso de Podemos en Cataluña y descenso estrepitoso de la CUP. 

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