“No vamos a escapar a la acción de la Justicia”, ha declarado Carles Puigdemont en su comparecencia en Bruselas en las que se comprometió a respetar el resutlao de las elecciones del 21-D y animó a los catalanes a luchar por la independencia.
El expresidente de la Generalitat manifestó, en tono severo y preocupado, que el Gobierno español desató el viernes una "ofensiva sin precedentes" contra funcionarios al tiempo que se conoció la presentación de una querella del fiscal con penas que podrían sumar 500 años de cárcel contra el Gobierno. En este sentido, ha dicho que "acordamos unánimemente que el Gobienro priorizaría prudencia y moderación"
Ha confirmado que no renuncia a su condición de presidente del Gobierno catalán y ha puesto especial énfasis en subrayar la agresividad del Estado, con ejemplos como los 600 alcaldes demandados, la violencia contra manifestantes, los ataques a gente de edad para evitarles el derecho a voto, la presentación de demandas del fiscal, todo esto “nos ha obligado a adoptar un plan de trabajo en el que se priorizaba evitar la violencia, porque siempre hemos apostado por la paz y el diálogo”.
Destacó su apuesta por la paz y el diálogo, porque “no se puede construir la república desde la violencia. Si lo quiere el Estado, será su decisión. No nos puede arrastrar a nosotros a ello, todo el espectro soberanista lo ha rechazado. No hemos obligado a los funcionarios a tomar partido como colectivo. Si esta actitud tiene como precio ralentizar la república es un precio razonable”.
No aclaró por cuánto tiempo se mantendrá en Bélgica, pero ahora no se dan las condiciones. La estrategia es mantenerse en Bélgica, sin límite de tiempo. El expresident señaló a continuación que la querella del fiscal Maza se basa en hechos políticos, persiguen ideas no delitos, pide 30 años de cárcel para cada uno de nosotros, con fianzas abusivas o cárcel preventivos como vimos en los dirigentes de las entidades soberanistas.
Cuatro ámbitos de actuación
-Viajaron a Bruselas para que, desde el corazón de Europa, "se pueda comunicar el problema que se vive en Cataluña, con un Estado actuando en forma agresiva contra un pueblo".
- Señaló que la otra parte del Gobierno con el vicepresidente al frente, continúa en Cataluña realizando actividades políticas, como miembros legítimos del Gobierno. “No hemos abandonado nuestras acciones de gobierno pese a las limitaciones de la no confrontación. No vamos a evitar de la acción de la Justicia, no queremos eludirla”.
-“Vamos a apoyar las iniciativas para que el 155 no se lleve a la práctica, apoyamos a sindicatos y entidades que hagan lo posible para que no se consume la demolición del sistema catalán”.
-“Recibimos la convocatoria electoral del 21D como un reto democrático, ni nos da miedo, si el Estado español quiere hacer un plebiscito para reforzar el 155, le daremos la respuesta en las urnas, votando se resuelven los problemas y no encarcelando políticos. Las elecciones son un reto que tomamos con todas nuestras nuestras fuerzas”.
Aceptan las elecciones
Puigdemont aseguró que van a respetar el resultado de los comicios de diciembre, porque siempre lo han hecho así. “Quiero preguntarle al Gobierno español si va a hacer lo mismo. ¿Va a respetar el resultado de las urnas, quiero un compromiso claro sobre si respetará la vitoria de los soberanistas”.
Al concluir pidió a Europa que apoye la causa de la independencia de Cataluña, que respalde su comportamiento democrático. Al pueblo de Cataluña le pidió que se prepare para un camino largo, “tenemos enfrente a un Estado que utiliza la violencia y la presión, pero no van a conseguir que abandonemos nuestro camino político”
La comparecencia de Puigdemont se celebró en el Club de Prensa de Bruselas, cerca de las instituciones comunitarias, dado que la oficina del primer ministro belga había denegado la posibilidad de alquilar unas dependencias oficiales, de mayor aforo. Profusión de medios internacionales en unas dependencias angostas, sin cobertura para los medios electrónicos excepto una wifi que funcionaba en forma intermitente.
El expresidente se había dado a la fuga el pasado domingo, vía Marsella, acompañado de cinco exconsejeros, Comín, Serret, Bassa, Forn y Borrás, amen de Ponsatí y Puig, incorporados en la mañana del martes, en una maniobra que sorprendió a su propio partido así como a otras fuerzas independentistas que no tenían conocimiento alguno de sus propósitos. “Estamos sumidos entre la perplejidad y el desconcierto, aunque hay gente muy cabreada”, comentaba hace unas horas uno de los diputados autonómicos de la ex Convergencia. “Las cosas no se hacen así”, añadía con cierta indignación.
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