El expresidente de Cataluña Carles Puigdemont maneja diversos planes ante el 21-D y uno de ellos es la vuelta a suelo español en vísperas de las elecciones a la Generalitat. Un posible movimiento en esta partida de ajedrez elevada a la política del que ya están en preaviso en las filas del PDeCAT, según fuentes soberanistas consultadas por Vozpópuli.
En una entrevista publicaba por El Punt Avui este jueves, Puigdemont avanzaba que en el supuesto de ganar los comicios y tener que tomar posesión como jefe del Govern, abandonaría su retiro belga e iría a la sesión de investidura en el Parlament sin dudarlo. Este mismo arrojo, pese a existir sobre él una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) dictada por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, es el mismo, interpretan en su partido, que le llevaría a adelantar su regreso y dinamitar la campaña de las autonómicas.
En todo caso, apuntan las fuentes citadas, esa vuelta de su "exilio" sólo se produciría en las horas previas a la jornada de reflexión y nunca el 20-D. De este modo, evitaría ser acusado de violentar la ley según la cual no pueden celebrarse actos electorales durante ese día de impasse. Así, el expresidente de la Generalitat y cabeza de lista de Junts per Catalunya (JuntsxCat) por Barcelona apuraría los plazos y regresaría en torno al 19 de diciembre.
En el círculo de colaboradores del expresident, según tales fuentes soberanistas, calibran en este momento los pros y contras de ser detenido en España justo antes de la cita con las urnas. Con este movimiento, Puigdemont buscaría sacar de la abstención a los separatistas más desmoralizados y al mismo tiempo trataría de anular el efecto de los principales mensajes de campaña lanzados contra el secesionismo hasta ese momento.
?#PuigdemontEPA: "El govern espanyol respectarà el resultat?" El president confia anar a la investidura ? pic.twitter.com/XLd7blbVZl
— EL PUNT AVUI TV (@elpuntavuitv) November 15, 2017
Los separatistas son conscientes de que necesitan a su electorado más movilizado que nunca el próximo 21 de diciembre. Un reto especialmente complejo, sobre todo cuando la frustración y la desazón se han apoderado ya de una parte del independentismo tras la malograda DUI y el fracaso de una lista unitaria.
De otro lado, si se entrega, el exjefe del Govern se arriesga a que una derrota de los independentistas en las urnas entierre su principal baza para defender su libertad. Lo dice el propio Puigdemont en dicha entrevista en El Punt Avui: "Yo me presento a unas elecciones, con unas ideas que me llevan a ser, imagínese, presidente y a ser elegido por un parlamento en el que haya una mayoría de representación ciudadana que quiere eso. Y eso me puede llevar a la cárcel. Pues lo tenemos que denunciar, que esto es así", enfatiza al periodista.
Hasta mediados de enero
No obstante, Puigdemont sabe que encadenando recursos a las decisiones que vaya adoptando sobre él la Justicia belga (en diferentes instancias) su permanencia en ese país europeo está prácticamente asegurada hasta mediados de enero, como mínimo.
El expresidente de la Generalitat y los cuatro exconsellers (Clara Ponsatí, Antoni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig) que le acompañan en Bruselas comparecen este viernes ante el tribunal de primera instancia que debe decidir sobre la Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) dictada por España contra ellos. Tras su declaración, lo más probable es que el juez no tome una decisión hasta pasados unos días. Contra ese fallo, en el supuesto de que el magistrado acepte la extradicción, sus abogados podrán recurrir ante la Corte de Apelaciones, donde no se celebraría otra vista oral hasta dos semanas después.
Los secesionistas son conscientes de que necesitan a su electorado más movilizado que nunca el 21 de diciembre
La resolución de esta Corte de Apelaciones tardaría luego diez días más. Si Puigdemont y sus exconsellers volviesen a fracasar en su defensa, todavía tendrían la opción de ir en casación al Tribunal Supremo belga. Aquí, el margen es de otras dos semanas para dictar sentencia. A medida que el expresident vaya encontrándose con fallos desfavorables de la Justicia belga, su crédito para seguir fuera de España se irá agotando.
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