Carles Puigdemont no quiere que triunfe la moción del PSOE. El expresidente prófugo prefiere la confrontación con Mariano Rajoy antes que sumarse a un gobierno socialista con el que poco tiene que ganar. Los independentistas catalanes salieron entusiastas a avalar la iniciativa socialista para echar al PP de la Moncloa. Semejante entusiasmo se frenó en pocas horas.
Desde ERC se echó agua al vino del acuerdo que apuntara Joan Tardà en un primer momento. Habrá que hablarlo y que negociarlo, dicen ahora los republicanos. En el PDeCat también se mostraron, en principio, ansiosos por sumarse al derribo de Rajoy. Con la única condición de que Ciudadanos no esté en la coalición de la censura.
Los separatistas se repliegan. Apenas un par de días después de que Pedro Sánchez anunciara su propuesta, el bloque secesionista catalán da marcha atrás. Quim Torra, a quien Sánchez calificó de Le Pen, de racista, de xenófobo y otra serie de apelativos, ha torcido el gesto ante un posible acuerdo con el PSOE.
Quien más claro lo tiene es Puigdemont, quien desde Berlín dejó bien claro que él quiere encargarse de controlar este episodio. No quiere el expresidente acuerdo alguno que arroje a Rajoy de la Moncloa. Puigdemont lo necesita para sus planes. Su único objetivo es zafarse con bien de la Justicia alemana, reinstalarse en Waterloo y preparar el camino a unas elecciones catalanas en mayo, en coincidencia con las municipales.
Necesita Puigdemont que Rajoy siga ene Gobierno. es su argumento, su excusa, su estandarte electoral. Ya hablaron Puigdemont y Sánchez en Barcelona horas antes de la manifestación por el atentado yihadista de las Ramblas. no se entendieron. Ahora ocurrirá lo mismo.
Puigdemont señalará condiciones inaceptables para el PSOE. Presos, república, Govern, 155... Algo que en el PDeCat ni se plantean. Pero el fugitivo de Berlín es quien manda y tiene muy claro que contra Rajoy se vive mejor.
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