Mariano Rajoy había convocado hoy al Comité Ejecutivo del PP, con todos los presidentes regionales, casi a la misma hora en que comparecía el extesorero del partido ante la Comisión de Investigación del Congreso, con el objetivo claro de transmitir un mensaje interno de tranquilidad y, sobre todo, de fuerza de cara al exterior.
El presidente del Gobierno ha tomado la palabra en la reunión a puerta cerrada para señalar que con temas "de pasado" no se va a tumbar la ejecutoria de un PP que ha protagonizado lo mejor de los 40 años de democracia en España; una España, añadió posteriormente en rueda de prensa el vicesecretario general, Pablo Casado, cuyo PIB ha crecido en el primer trimestre de 2017 al 0,8%, frente al 0,6 de Alemania, por ejemplo, y que representa el 40% de todo el empleo que se está creando en Europa.
Según Rajoy, la Comisión está siendo disparatada porque "no aporta nada contra la corrupción" y su único objetivo es sacar "rédito partidista". A su juicio, "las conclusiones ya están redactadas". Los populares, ha dicho Pablo Casado, creen que se intenta imponer una causa general contra su partido, "la ley de la selva", con lo cual, ha anunciado, ellos van a recurrir al Tribunal Constitucional en amparo.
Por otro lado, el portavoz del partido ha pedido a Pedro Sánchez una relación "normal" con Mariano Rajoy y que no caiga en políticas "radicales y extremistas" que no le van a dar réditos. "La radicalidad le habrá servido a Pedro Sánchez para ganar las primarias en el PSOE, pero España es mucho más que la mitad de la militancia socialista", ha advertido.
En este sentido, el Gobierno, ha explicado Rajoy a sus barones a puerta cerrada, va a llamar a "todos" los partidos a negociar el objetivo de déficit en el presupuesto 2018 y eso incluirá también al PSOE. De Sanchez va a depender dar una imagen de estabilidad o embarcarse en aventuras sin ninguna posibilidad de éxito con Podemos "porque no hay una alternativa mínimamente creíble al Gobierno del PP".
Por otro lado, el Jefe del Ejecutivo ha tranquilizado al partido en el sentido de que no habrá referéndum en Cataluña el uno de octubre. "El Gobierno sabe cuál es su responsabilidad y la cumplirá, que nadie tenga ninguna duda", ha avisado una vez más al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
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