Política

La tormenta del fiscal le amarga a Rajoy su primera gran victoria

Rajoy respira con alivio. Tras la aprobación de los Presupuestos, se asegura la estabilidad de la legislatura al menos por un año y medio más, hasta 2019. La tomenta del 'caso Moix' le amargó en parte su éxito. 

Mariano Rajoy consigue su principal objetivo: aprobar los Presupuestos que le garantizan asegurarse la estabilidad de la actual legislatura al menos durante un año y medio más. En la votación más ajustada en la historia de los debates presupuestarios, el Gobierno ha conseguido sacar adelante su iniciativa con el respaldo de Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias. La más disputada mayoría absoluta para este trámite parlamentario, que se convierte en el pasaporte hacia un periodo de relativa tranquilidad para el partido en el Gobierno.

En plena tormenta política por el escándalo del fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, vinculado con una empresa familiar en Panamá, el Gobierno ha logrado sacar adelante las cuentas públicas en tres sesiones en las que no ha habido más sorpresas que un error del propio presidente, al votar en rojo una de las enmiendas, sin resultados relevantes, y una fractura en el grupo socialista, asimismo sin consecuencias. A un diputado de Ciudadanos se le quebró literalmente el escaño.

Con las cuentas de los dineros públicos aprobadas, Rajoy encara con cierto alivio el próximo tramo de la legislatura ya que, incluso en el caso de que no lograr aprobar los Presupuestos del 2018, no tendría problema para prorrogar los ahora acordados y alcanzar así la fecha de 2019, año en el que podría incluso pensar en convocar elecciones generales anticipadas. 

El presidente se emplea a fondo

El calendario de momento le es favorable. Rajoy se empleó a fondo para conseguir el respaldo del PNV, en una negociación en la que el propio presidente se vio obligado a intervenir en varias ocasiones, tanto con Urkullu como con Ortúzar, líderes del Gobierno y del partido nacionalista, hasta obtener el resultado previsto. El PP celebra este éxito, que parecía imposible tan sólo hace unos meses, habida cuenta la mayoría minoritaria con que cuenta en el Parlamento. 

El triunfo en este trámite parlamentario se produce en uno de los momentos sumamente delicados para el jefe del Ejecutivo, ya que la tormenta por los escándalos de la corrupción le llevarán a declarar por dos veces en una comisión del Congreso así como, en calidad de testigo, ante los tribunales que entienden del caso Gürtel. Esta última circunstancia ha producido un enorme malestar en el Ejecutivo, que considera en privado absolutamente inconcebible que se le haya privado al presidente de la opción de declarar a través de videoconferencia, en contra de lo que han hecho otros dirigentes políticos en trances judiciales recientes. 

La polémica en torno a la continuidad o cese del fiscal Moix ha arañado asimismo protagonismo a la victoria parlamentaria. Moix tenía intereses en una empresa familiar radicada en Panamá sin que hubiera informado de ello a sus jefes superiores. Tanto el titular de Justicia, Rafael Catalá, como otros miembros del Ejecutivos se han mostrado contrariados con esta información, que pone en la picota al jefe de la oficina pública encargada de perseguir la corrupción. "No nos dejan ni un minuto para la celebración", comentaba un diputado del PP, enormemente irritado con Moix, a quien muchos miembros del PP consideran que ha actuado de forma desleal con quienes depositaron en él su confianza. 

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