La dirección de Génova había evitado anunciar la visita de Rajoy a Valencia. Hace unos días, se desveló el secreto. El presidente del PP se desplazará a la Comunidad Valenciana el fin de semana próximo para echar el cierre al congreso regional en el que Isabel Bonig, única candidata, quedará confirmada como presidenta del partido en esa comunidad.
El desplazamiento de Rajoy implica un respaldo a la lucha contra la corrupción que lleva a cabo la nueva líder regional desde que, en julio de 2015, se puso al frente de la formación. Bonig ha tenido que desalojar de la estructura de su partido a toda una espesa red de dirigentes salpicados por todo tipo de escándalos: Gürtel, Taula, Fórmula 1, Visita del Papa… Un rosario incesante de episodios presuntamente ilegales que ha abarrotado las salas de la Justicia y que ha zarandeado los cimientos del partido en esa demarcación.
Primeros síntomas de recuperación
Bonig empieza a cosechar algunos réditos de su batalla frontal contra la corrupción. En las generales del 26-D, el PP logró recuperar en esa comunidad cuatro puntos y más de 80.000 votos con relación a los comicios del 20D, lo que se tradujo en dos escaños más en tan sólo seis meses. Una reacción que evidencia el acierto del camino emprendido por la que a partir del próximo domingo se convertirá en la presidenta de los populares valencianos.
El fallecimiento de Rita Barberá ha sido uno de los episodios más complicados de su gestión, ya que la excaldesa desaparecida mantuvo unas relaciones muy tensas con Bonig, en especial en lo referido a la limpieza a fondo que la nueva presidenta llevó a cabo en el partido, lo que produjo rechazos y críticas desde todos los frentes.
Génova no siempre ha entendido la labor llevada a cabo por Bonig. Demasiados personajes de la comunidad han pasado por la sede nacional del partido con informaciones contrarias a su labor. Cospedal se volcó desde el primer momento en respaldo a la nueva dirigente y la apoyó en todas las medidas que tuvo que tomar. Una decisión algo complicada para la secretaria general del PP en su condición de íntima amiga de Rita Barberá.
Rajoy viaja el domingo a Valencia para imprimir el espaldarazo definitivo a esta labor. El presidente del PP culminará en allí su serie de visitas a los congresos regionales. Valencia ha sido uno de los baluartes tradicionales de los populares y Rajoy necesita que vuelva a serlo. Ha asistido a los cónclaves del País Vasco, Andalucía, Cataluña, Madrid, donde se ha proclamado presidente al candidato oficial del aparato. Le toca culminar su periplo en Castilla y León y Valencia. Finalizados los regionales, comenzará la rueda de congresos provinciales, donde también pueden producirse algunas pugnas internas y pulsos potentes, como los que se han vivido a nivel autonómico en Cantabria o Baleares. La orden que ha salido de Génova es muy clara: El PP tiene que estar listo para recuperar el poder regional y local que perdió en las autonómicas de 2015.
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