La ruptura de las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez ha provocado una crisis de incalculables consecuencias en Podemos. Pablo Iglesias afrontó anoche una auténtica rebelión interna encabezada por miembros de las confluencias, según ha podido saber Vozpópuli. En una reunión extraordinaria de la cúpula del partido, los críticos transmitieron su profundo malestar con Pablo Iglesias y Pablo Echenique, secretario general y secretario de Acción, respectivamente, por el manejo de unas negociaciones abocadas al fracaso.
Según fuentes conocedoras de la reunión, tanto los barones del partido de los territorios críticos con Iglesias (Andalucía) como las llamadas confluencias (Cataluña, Galicia) acusaron a Iglesias de haberles engañado. En estas semanas el líder de Podemos ha sostenido ante los suyos, según esas mismas fuentes, que Sánchez cedería en el último momento, tal y como sucedió el pasado julio, y que el acuerdo llegaría en el último minuto. Pero el PSOE no se ha movido de su postura. Tras dos maratonianas reuniones entre la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, y Pablo Echenique, los socialistas han dejado de manifiesto que sólo contemplan el Gobierno en solitario con apoyo programático de Podemos.
En la reunión fueron especialmente duros con el secretario general los diputados catalanes y andaluces. Voces que se alzaron contra la postura de Iglesias y que se unieron a otras tantas que se han escuchado en los últimos tiempos, toda vez que el líder del partido sólo prevé un Gobierno de coalición. En la reunión pidieron que Podemos rectifique su posición antes del límite, establecido el 23 de septiembre, y favorezca la investidura del ahora presidente del Gobierno en funciones.
Son horas de espera y de movimiento subterráneo para muchos dirigentes de Podemos. Saben que solo Pablo Iglesias tendrá la última palabra para desbloquear la investidura. Fuentes de Podemos aseguran que la cúpula morada ha dado la orden de que ningún diputado hable con la prensa. Intentan reducir al máximo el círculo de los que puedan influir en la decisión final del partido.
Los rumores sobre el aislamiento de Iglesias avanzan sin parar. Hay quien sostiene que el secretario general ni siquiera escucha a Irene Montero y que solo ha delegado a Pablo Gentili el asesoramiento en estas horas candentes. Otros apuntan a todo lo contrario: que Montero está decidida en buscar una coalición cueste lo que cueste, y que Gentili, más abierto a un pacto de investidura gratis, haya sido de facto apartado.
Más allá de ellos, son otros los dirigentes que pueden modificar la línea estratégica del partido. Se trata de Yolanda Díaz y Enrique Santiago, la portavoz de En Marea gallega y el líder de la corriente del PCE en Izquierda Unida, respectivamente. Ese núcleo de tres o cuatro personas es el único que puede interceder con el secretario general en uno de los momentos más trascendentales de su historia.
Convicción del farol de Sánchez
Después de la reunión del pasado martes entre el equipo de Podemos y el del PSOE, Pablo Echenique admitió que los socialistas siguen rechazando la coalición y que, en ese contexto, se acerca la repetición electoral. Hay “preocupación” entre los morados, por lo que consideran un “error” del PSOE. Aunque también hay quien cuestiona la posición de rechazo del pasado julio a un esbozo de coalición que Sánchez ofreció cuando Iglesias dio un paso al lado.
Sea como fuere, el hecho incuestionable es que Iglesias ha tomado las riendas del partido y que todo el peso de la decisión final pesa sobre sus hombros. El líder morado está convencido que Sánchez va de farol, como adelantó Vozpópuli. El problema es que el socialista también piensa lo mismo de Iglesias. De manera que si el primero espera que Sánchez conceda un pacto de coalición, el segundo confía en una rendición de los morados.
Miedo a la asimilación al PP
Después de la reunión de este martes algunos dirigentes del partido reconocían su decepción en los pasillos del Congreso. También estuvo por el patio del hemiciclo Juan Carlos Monedero, uno de los que más se ha posicionado en contra de otorgar a Sánchez una investidura gratis. El razonamiento del cofundador de Podemos es que de aceptar ese planteamiento, los socialistas tendrían fácil argumentar que los morados se han alineado a los partidos de la derecha.
Otras fuentes de Podemos, las más escépticas, creen que Iglesias al final está listo para afrontar una nueva carrera electoral. Los círculos del partido están alertados. Tanto en Madrid como en otras ciudades, miembros de Podemos aseguran haber recibido la orden de prepararse para nuevas elecciones en noviembre.
Sorpresas en el Congreso
Aun así, los que controlan más información del partido siguen insistiendo en que los socialistas “no quieren las elecciones”. Y se agarran a ese clavo ardiendo con la esperanza de que Sánchez acabe abriendo las puertas del Gobierno a los morados. En Moncloa, por otro lado, niegan tajantemente que el presidente en funciones pueda ceder. Pero ya nadie niega que se puedan producir sorpresas de última hora. Puede ser este miércoles en el Congreso, o como mucho la próxima semana.
En ambos casos, esa práctica chirría con el sentido común que debería condicionar una negociación de un ejecutivo que quiera gobernar de manera estable durante cuatro años. Aunque en Moncloa aseguran que con un apoyo de investidura y el respaldo en los Presupuestos “el Gobierno echará a andar al menos dos años”. “Con esto es suficiente para desbloquear la investidura”, aseguran.
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