El ex secretario general del PSE y presidente de la Fundación para la Libertad, Nicolas Redondo Terreros, se ha pronunciado este martes tras el nombramiento de Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña: "El nuevo presidente catalán ha convertido a Cataluña en nación después de firmar un pacto bochornoso con ERC que va diametralmente en contra de los principios de igualdad y solidaridad tan característicos del socialismo democrático. Retoma el lenguaje y las formas inconstitucionales anteriores a la sentencia del Tribunal Constitucional de junio de 2010". Además, ha criticado "su ignorancia e ideología" tras la frase en la que aseguró que su "obsesión" es "una España plurinacional en una Europa federal".
Para el exdirigente socialista, "Illa defiende de manera desahogada una formulación del Estado que no está recogida en la Constitución ni ha sido votada por los ciudadanos españoles". Y ha añadido: "Desecha sin contemplaciones no solo la literalidad y el espíritu de la Constitución. También una realidad con 500 años de historia reconocible y aceptada por la inmensa mayoría".
Según las afirmaciones de Redondo Terreros, que fue expulsado del PSOE, "el mayor problema del PSOE es su dependencia del socialismo confederalista catalán. Su éxito, muy difícil desde luego, sería la derrota del régimen del 78. Su éxito nos llevaría al pasado que los españoles lo solemos repetir con contumacia. Recordemos, por ejemplo, la estrafalaria carrera de cantones y soberanías ridículas de la I Republica en el siglo XIX. En realidad, la conjunción entre nacionalistas y socialistas está destruyendo todo lo que con muchísimo esfuerzo fueron construyendo durante el siglo XVIII y XIX los progresistas y liberales a los que se opusieron ferozmente los carlistas, cuyos herederos hoy son los nacionalistas. Los dirigentes socialistas en Cataluña son nacionalistas próximos al soberanismo porque comparten los principios nacionalistas como han demostrado en todos los documentos firmados con los independentistas, la independencia fiscal y la política lingüística, discriminando autoritariamente el español son dos buenos ejemplos. Con la independencia fiscal destruyen el derecho de los españoles a ser iguales, con la política lingüística pretenden una sociedad catalana uniformizada fácilmente controlable".
Y ha concluido Redondo Terreros: "Yo, desde una izquierda prudente y moderada, no renuncio a nuestra historia y a considerar a España como una de las naciones más antiguas de Europa. Ante las continuas agresiones a la nación española es hora de afirmarse en realidades históricas y sólidas. Yo soy español. Me siento perteneciente a una nación que logró en los años 70 del siglo pasado unas reglas de convivencia de las que me siento orgulloso y que la ignorancia de unos, los intereses de otros y la indiferencia de muchos, están poniendo en gravísimo peligro. En España no existe, ni legal ni históricamente, más nación que la española y merece que la defendamos contra aventureros sin principios. Yo desde luego, desde la izquierda de Prieto, de Besteiro, de mi propio padre y de otros que pagaron con la cárcel su lucha por la libertad e igualdad en España, seguiré defendiendo la nación española. Esta tarea nos reclama a todos. También, y de manera muy singular, a los socialistas que consideran que España es una nación. Porque antes que su militancia está su ciudadanía".
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