Finalmente le salió redondo a Pedro Sánchez aguantar diez meses y no convocar elecciones generales en octubre pasado, como le aconsejaban allá por el verano José Luis Ábalos, y varios barones del PSOE, temerosos de que prolongar artificialmente la legislatura acabara siendo contraproducente. Resultado: 122 diputados y cuatro años por delante.
"Once años sin que el PSOE ganase las elecciones, y hemos hecho que pase", inició el líder socialista en sus primeras palabras al gentío de Ferraz, que desde que José Luis Rodríguez Zapatero ganó en 2008 no se concentraba una noche de victoria.
Gritos, muchos gritos contra Ciudadanos: "¡Con Rivera no!". Hasta que Sánchez se vio en la obligación de responder: "creo que ha quedado bastante claro" que no pactará con él. Claro, que debió pensárselo porque minutos más tarde matizó: "no vamos a poner cordones sanitarios"; el único límite será "la Constitución".
"En defensa de la democracia"
Su lectura de este 28-A es que le han votado socialista siete millones de españoles "en defensa de la democracia". No les ha importado la falta de presupuestos, ni la fotografía "de la traición" con el presidente de la Generalitat independentista, Quim Torra, en el palacete de Pedralbes (Barcelona), que diría Pablo Casado; tampoco la polémica sobre la autoría de su tesis doctoral o el patrimonio de los ministros varios de su gobierno 'bonito'.
"No queremos la involución", dijo un Sánchez flanqueado por su esposa, Begoña Gómez, y la plana mayor socialista, y constantemente interrumpido por gritos como "¡No pasarán!", "¡Sí se puede!", "¡Viva España y viva el socialismo!".
Hora y media antes de salir al filo de medianoche, el núcleo duro no ocultaba su felicidad en las redes; bastó que se hiciera oficioso que el bloque PSOE-Podemos, por si solo, ya suma más (164) diputados que el bloque PP, Ciudadanos, Vox (148); es decir, que aunque la investidura necesite algún voto más para llegar a la mayoría absoluta (176), el día a día de los próximos cuatro años, la aprobación de proyectos de ley y convalidaciones de decretos-ley, no:
Gracias por tanto #HazQuePase @PSOE pic.twitter.com/PDqV2vIwXo
— Maritcha Ruiz Mateos (@RuizMaritcha) April 28, 2019
La división del voto de la derecha y la Ley D´Hont de reparto de escaños ha dado al PSOE una victoria rotunda de 123 diputados, a muchísima distancia del PP de Casado, que se pega un batacazo histórico -de 137 escaños a 66, menos de la mitad- y ve seriamente amenazado su papel de alternativa a manos de Ciudadanos, que sube de 32 a 57.
Solo eso da una enorme tranquilidad al presidente del Gobierno porque puede elegir socios: o un improbable, visto lo visto en la noche del domingo en Ferraz, pacto con Ciudadanos -mayoría absoluta de 180 diputados-, o esa investidura con Unidas-Podemos-En Comú Podem, el PNV y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), de Miguel Ángel Revilla, y Coalición por Melilla (176).
Sánchez no quiere "coalición"
Todo ello, además, redondeado con la desactivación de la mayoría absoluta de la que había disfrutado el PP en el Senado (se queda en 59 escaños) y que actuaba a modo de Espada de Damocles sobre su cabeza siempre con la amenaza de otro 155 en Cataluña... El mejor de los mundos para un líder socialista que el uno de octubre de 2016 era defenestrado por su propio partido y que resurgió en las primarias de julio de 2017 frente a Susana Díaz.
De momento, este domingo, Pablo Iglesias y él, después de hablar por teléfono, han quedado en reunirse en "breve" para hablar "con discreción" de un gobierno que Podemos quiere "de coalición", ha dicho el de Podemos; pero habrá que verlo porque Sánchez y los suyos prefieren un gobierno "autónomo", solo del PSOE, para no erosionar su voto más al centro y tener las manos libres.
Rivera rechaza a Sánchez, pero habrá que ver qué ocurre en las autonómicas el 26-M: Los barones socialistas Lambán, Page y Vara pueden necesitar a Cs para seguir
Habrá que ver cuál es la opción elegida por Sánchez, pero el espectacular resultado de Albert Rivera, que se ha quedado a 190.000 votos de hacerle sorpasso a Casado, convierte en poco probable, a priori, que haya un pacto PSOE-C's. Los 'naranjas' ya no son un partido bisagra y ese movimiento dejaría automáticamente a Casado el papel de presidenciable alternativo.
No obstante, dentro de tres semanas, tras las elecciones autonómicas del 26 de mayo, presidentes autonómicos socialistas como el extremeño, Guillermo Fernández-Vara; el castellano-manchego, Emiliano García-Page; y el aragonés, Javier Lambán, pueden necesitar el voto de los diputados 'naranjas' para su reelección. Y ese dato también será clave en la decisión final sobre los pactos.
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