Podemos cree que tanto Felipe González como el Rey emérito Juan Carlos I trabajan en la sombra para debilitar al Ejecutivo y, sobre todo, para echar a los morados del Gobierno. Entre los miembros de Podemos existe la clara sospecha, declarada en más de una ocasión, de que los dos protagonistas de la Transición han activado sus canales y contactos para intentar torpedear la coalición rojo-morada.
El esquema que estarían impulsando es un monocolor socialista, con Pedro Sánchez al mando, pero con el PP y Ciudadanos como aliados para una gran coalición a la española y tranquilizar así a Bruselas, junto a un adelanto electoral pilotado.
Los morados creen que el expresidente González está detrás de algunos editoriales e informaciones críticas con Podemos que han aparecido en medios progresistas. Según las informaciones manejadas por Podemos, González participó en comités de empresas y editoriales, además de foros empresariales, en los que expresó su propuesta: un cambio de Gobierno después del verano. Algo parecido a una remodelación, como adelantó Vozpópuli, pero con nuevas alianzas parlamentarias.
Los sectores del PSOE que se reconocen en el felipismo, pero también los cercanos a Alfonso Guerra, llevan meses (si no años) criticando el acercamiento de Sánchez a Podemos y los independentistas. Pero más allá de la cuestión ideológica, el razonamiento de los críticos ahora atañe a la escasa aritmética parlamentaria como problema a la hora garantizar la gobernabilidad en la crisis económica de la covid-19.
A nivel ministerial también se registra cansancio por las posiciones de Podemos. La ministra de Defensa, Margarita Robles, desautorizó el pasado jueves a Iglesias para defender a la Guardia Civil. Y no es la única que se queja por las declaraciones de los morados. Sánchez tiene de momento el control de estos segmentos, y se mantiene alineado con Iglesias. La asimilación parlamentaria es total, e incluso a nivel de comunicación las dos alas de La Moncloa han mejorado. El momento decisivo fue el “pacto del silencio” acordado hace aproximadamente un mes entre Iglesias y Sánchez.
Una coalición que "molesta"
A pesar de la coordinación, las palabras González (dijo que el Gobierno se parece al “camarote de los hermanos Marx”) molestaron a los cuadros de Podemos. El portavoz parlamentario Pablo Echenique intervino para decir que al sevillano le “molesta” el Gobierno de coalición por temas fiscales.
"El Gobierno está defendiendo en Europa una posición contraria a la austeridad que fue muy cruel e ineficaz para nuestro país en la anterior crisis. Es normal que a personas que no están de acuerdo con la justicia social o con la justicia fiscal les moleste este Gobierno e intenten que entremos en provocaciones, pero yo no voy a entrar", afirmó Echenique.
El diario digital afín a Podemos, La Última Hora, lanzó hace unos días sus dardos contra González. Ahora ha vuelto a poner en su diana al rey emérito Juan Carlos I e incluso a la Monarquía, con artículos, sondeos y opiniones críticas con la institución.
Con el beneplácito de La Moncloa, Podemos intentó en el comienzo de la pandemia desviar la atención pública con la cacerolada contra Juan Carlos por las supuestas mordidas de Arabia Saudí. El rey Felipe VI renunció a la herencia y se desmarcó de su padre, pero los estrategas de Moncloa vieron en ese culebrón una oportunidad. En los chats socialistas se dejó libertad de conciencia a los militantes, aunque oficialmente el partido se desmarcó del ataque.
Presiones para un acercamiento del PP
Ahora, Podemos ha vuelto a pedir una comparecencia pública al exjefe de Estado. Lo hace con el apoyo de ERC. El PSOE, con toda probabilidad, no respaldará la comisión de investigación, para mantener un perfil "institucional". Aunque todos los movimientos de los morados están pactados con Sánchez.
De hecho, además de Felipe González, el partido está convencido de que también Juan Carlos está ejerciendo presiones para que se construyan los puentes entre el PSOE y el PP. A diferencia de Ciudadanos, que solo tiene diez diputados, un acercamiento del PP significaría el alejamiento de Podemos, admiten en el equipo de Iglesias. Y entre las filas populares algunos argumentan que la Unión Europea también empuja para ese encuentro.
Afortunadamente para el vicepresidente, esta posibilidad parece lejana. Aunque algunos aprecian un giro estratégico de Pablo Casado, para los socialistas que aspiran a un encuentro es insuficiente. “Casado se equivoca: esta crisis no es como la de 2008. La UE tiene una respuesta diferente a la de entonces y si Sánchez supera el escollo presupuestario de septiembre con la mayoría de investidura, agotará la legislatura con ellos”, reflexionan en el PSOE.
Otros sectores, sin embargo, apuntan que, entre el impacto económico del virus y los temas judiciales, el Ejecutivo no tendrá una larga vida. Se empieza a esbozar un adelanto para 2021. “Sánchez no tiene escrúpulos, y si esta es la única manera que tiene para sobrevivir, dejará por el camino quien haga falta”, argumentan socialistas críticos con el presidente.
Sea como fuere, Podemos se mueve con cautela. No quiere que nadie decante la balanza en la cabeza de Sánchez. La última orden consiste en “asociar” a Felipe González al Rey emérito: ambos son considerados como obstáculos para la permanencia del partido de Iglesias en el Gobierno. Sobre todo ahora que la entente con ERC se ha recuperado, y con la esperanza de que las elecciones gallegas y vascas, y el adelanto en Cataluña, sirvan para consolidar el nuevo eje tripartido.
El momento clave de la legislatura serán los meses de septiembre y octubre, y lo ideal será llegar con los deberes hechos. Para Podemos eso significa alejar a Sánchez lo más posible de la oposición.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación