Hasta ayer eran 2.500 las empresas que han trasladado su sede social fuera de Cataluña, pero el auténtico temor ahora mismo de las instituciones españolas es que el próximo lunes 20 la UE no escoja a Barcelona como sede de la Agencia Europea del Medicamento (AEM). Ese día se reúne en Bruselas el Consejo de Asuntos Generales y tiene qué decidir a dónde lleva la sede de la AEM, obligada a dejar Londres por el Brexit.
La Ciudad Condal era la gran favorita hasta que se puso en marcha el proceso independentista. Fracasar supondría un duro mazazo que, unido a la amenaza latente de que el Mobile World Congress ya no celebre en Barcelona su edición 2019 -la de 2018 está asegurada-, dejaría muy tocada la imagen de Cataluña; por contra, la concesión de la AEM a la segunda ciudad española, tradicional polo de la industria farmacéutica, sería un potente revulsivo para la recuperación.
Por eso, hasta el Rey se ha sumado esta semana a la ofensiva diplomátical que están llevando a cabo las tres administraciones (Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento) ante todas las cancillerías. Felipe VI está telefoneando en estos días a otros jefes de Estado y de gobierno para "tranquilizarles" respecto a una solución satisfactoria del conflicto secesionista a corto plazo, según han confirmado a Vozpópuli diversas fuentes.
Preguntada la Casa Real al respecto, no confirma esas llamadas en concreto, pero sí se admite que el monarca mantiene "contactos" regularmente con todos los mandatarios y hablan lógicamente de Cataluña entre otros asuntos.
El ministro de Asuntos Exteriores admite que "se antoja difícil" la concesión de la sede de la AEM a Barcelona porque la situación política en Cataluña "no es la ideal"
La pasada semana el periódico Financial Times descartaba a Barcelona por los sucesos de octubre y situaba como favoritas a Milán (Italia) y Bratislava (Eslovaquia), pero ni el Gobierno español ni las otras dos administraciones tiran la toalla. Se admite que, de las 19 candidaturas presentadas al Consejo de Asuntos Generales de la UE esas dos ciudades, así como Amsterdam (Holanda) y Viena (Austria), tienen posibilidades, "pero en un plano de igualdad con Barcelona".
Ayer, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, admitía en la sesión de control al Gobierno del Congreso que la batalla para conseguir que la elegida sea Barcelona «se antoja difícil», pero que el Ejecutivo va a «redoblar los esfuerzos» por conseguirlo. Así respondía Dastis a una pregunta de la diputada del PSOE Meritxell Batet.
El titular de Exteriores reconoció que, tras el Brexit, los propios funcionarios de la UE consideraban a la Ciudad Condal como la «opción preferente», pero admite que la situación política de Cataluña en estos momentos «no es la ideal» de estabilidad que requiere un organismo como la AED.
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