El Rey vuelve a Cataluña. Desde su discurso del 3 de octubre del pasado año, en el que paró los pies a los golpistas y exhortó a Mariano Rajoy a proclamar el 155, don Felipe se ha convertido en 'la bestia negra' del separatismo. Quim Torra rompió relaciones con la Casa Real y anunció que no asistiría a acto alguno organizado por la Corona. Este lunes no tiene previsto asistir a la inauguración del Gastech 2018, una feria que reúne a los principales empresarios y representantes del mundo del gas.
Es la sexta oportunidad en la que el Monarca acude a esta región. Este mes de agosto acudió con motivo del primer aniversario del atentado yihadista en Barcelona y Cambrils. Apenas se le permitió más que una limitada aparición. La esposa de Joaquim Forn, uno de los cabecillas del 'procés' que ahora está en la cárcel, le dedicó al Rey unas palabras desafiantes. El acto se desarrolló en medio de una serena frialdad. Ni se mencionó el nombre de las víctimas, ni se condenó a los terroristas. Todo al estilo Ada Colau.
Proceso de descongelación
La llegada de los socialistas al Gobierno, con el respaldo de los grupos secesionistas del Congreso, ha provocado un movimiento de distensión entre Moncloa y la Generalitat. Pedro Sánchez tiene permanentemente la mano extendida hacia Quim Torra, quien ha optado por amagar buena voluntad y aliñada con mensajes de agresividad desafiante. En vísperas de la Diada, Torra arremetió duramente contra el Rey, contra el Estado y contra los jueces.
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