El último Congreso de Ciudadanos, el que tuvo lugar el pasado febrero, trajo consigo un cambio estatutario, que según los críticos del partido, puede ser determinante para que produzcan más bajas a medida que se acerquen las siguientes elecciones. Y ya van demasiadas bajas en un partido emergente en tan poco espacio de tiempo.
Si antes los cinco primeros puestos de las listas locales los elegían los afiliados vía primarias, ahora esos puestos serán elegidos directamente por el Comité Ejecutivo, es decir, por la Ejecutiva de Albert Rivera, desde Madrid. En lo que se conoce como una elección ‘a dedo’.
El equipo de Rivera esgrime que así la formación estará más cohesionada territorialmente. Sin embargo, este sistema hace prácticamente imposible que alguna voz crítica, crítica con el giro liberal del partido sobre todo, consiga algún cargo público. La democracia interna de Ciudadanos vuelve a estar en cuestión. Y van demasiadas veces.
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