El Gobierno se vio obligado el jueves a cambiar radicalmente de postura en cuestión de horas respecto a la mesa de negociación con el Govern de la Generalitat de Cataluña. El motivo: la presión de Esquerra Republicana; y más concretamente, una reunión del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, con el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, en La Moncloa.
El anuncio por parte del Gobierno del retraso de la negociación hasta después de las elecciones catalanas, que aún no tienen fecha, desató la furia en el partido independentista. ERC acusaba a Sánchez de "incumplimiento flagrante" del acuerdo alcanzado para la investidura.
La debilidad parlamentaria de la coalición PSOE-Unidas Podemos ha quedado en evidencia en esta rectificación exprés. ERC, clave para que Sánchez intente sacar adelante los presupuestos y la legislatura, ejerció una efectiva presión sobre el Gobierno, que no dudó en cambiar de planteamiento en apenas siete horas.
Una parte importante de esa presión fue de Rufián, que acudió a la residencia presidencial y, en una hora de encuentro, convenció a Sánchez de que le conviene respetar la voluntad de Esquerra si quiere que la legislatura sea duradera. El presidente del Gobierno también mantiene su reunión con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, el 6 de febrero en Barcelona.
De hecho, la ruptura temporal de PSOE y ERC ha tenido más de pose que otra cosa. El desencuentro entraba en los cálculos del Gobierno y los dos partidos contaban con él ante las maniobras de Torra. Ambas formaciones necesitan recuperar su propio espacio, pero sin renunciar a un posible acuerdo de gobierno después de las elecciones catalanas. Esta separación temporal implica también, tal y como ha contado Vozpópuli, que los Presupuestos son una misión muy compleja para Sánchez.
ERC saca músculo ante JxCat
ERC lucha por la hegemonía del independentismo con la formación de Carles Puigdemont (JxCat). Por eso, fuentes de Moncloa esperaban la rotundidad del comunicado del partido independentista.
"Aplazar la mesa de negociación entre el Gobierno español y el Govern catalán es un incumplimiento flagrante del acuerdo entre Esquerra Republicana y el PSOE para la investidura. Y, además, es una irresponsabilidad absoluta", decía ERC en su comunicado. La formación que lidera Oriol Junqueras se ha logrado mostrar ante el independentismo como un partido con capacidad de influencia sobre el Gobierno.
ERC aprovechó también para criticar a JxCat. Sin citar expresamente al partido de Puigdemont, dijo que "algunos no la quieren (la mesa de negociación) porque no la sienten suya". Torra se desmarcó en su momento de este foro de diálogo bilateral acordado entre el PSOE y ERC.
Nuevo tripartito
La formación republicana aspira a presidir la Generalitat. Y todas las encuestas apuntan a que tiene posibilidades de hacerlo. Sin embargo, no está claro si optará por repetir acuerdo con Puigdemont o buscará un tripartito con PSC y los comunes, que es la apuesta de Sánchez, Pablo Iglesias y parte de la propia ERC.
El problema es que Torra maneja de momento los tiempos electorales y la fecha de la próxima cita con las urnas en Cataluña no está clara. Se habla de primavera, quizá mayo, pero podría ser más tarde. PSOE y ERC se comprometieron a convocar una consulta en Cataluña para refrendar el hipotético acuerdo que alcance la mesa de negociación.
ERC sigue defendiendo que su objetivo político es un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
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