Apenas 72 horas después del inédito llamamiento de Felipe VI a un acuerdo político que evite la repetición electoral, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha señalado el camino hacia nuevas elecciones precisamente ante el Rey.
La gran sorpresa del despacho de Sánchez con el monarca en el Palacio de Marivent, en Mallorca, no ha sido el retraso de una hora del jefe del Ejecutivo, sino el tono y las palabras bien medidas que ha utilizado para referirse al líder de Podemos, Pablo Iglesias.
El jefe del Ejecutivo ha dicho, sin que nadie le preguntara, que existe "desconfianza" con Iglesias. Y ha herido más de lo que ya estaba un posible acuerdo con el partido morado.
"De tanto escuchar al señor Iglesias hablar de esa supuesta desconfianza de la acción de Gobierno del PSOE he acabado por desconfiar yo también de las posiciones del señor Iglesias y de Unidas Podemos", ha dicho. "Es recíproca esa desconfianza".
Moncloa molesta con Echenique
Fuentes de Moncloa reconocen que el presidente está molesto con los últimos mensajes de Podemos en las redes sociales. Un tuit escrito el martes por Pablo Echenique ha sentado especialmente mal a Sánchez. Echenique aseguraba que el maratón de reuniones con la sociedad civil son un "ultimátum/amenaza" para retener el 100% del poder.
https://twitter.com/pnique/status/1158678634967851008?ref_src=twsrc%5Etfw
La respuesta de Sánchez ha sido contundente y ante el Rey, que apenas unas horas antes pedía públicamente a los partidos que aparcasen sus diferencias para evitar elecciones. Sánchez ha desoído esos llamamientos y ha abierto la puerta a las urnas.
El presidente ha recurrido al discurso que más indigna a Podemos. Ha insistido con la abstención de PP y Ciudadanos. Y ha situado en pie de igualdad tanto las reuniones con Pablo Casado y Albert Rivera como las de Iglesias. Especialmente significativo es el caso del líder de Ciudadanos, que ha rechazado acudir a las últimas entrevistas. A pesar de ello, Sánchez ha insistido en citar a Rivera.
"Interpelo también a Ciudadanos y el PP, que lo que tendrían que hacer porque saben que no existe una alternativa, es facilitar la formación de un Gobierno y no bloquear como estamos viendo por parte de estas dos formaciones conservadoras", ha dicho.
La respuesta de Podemos -otra vez Echenique vía Twitter- no se ha hecho esperar. El partido morado entiende que Sánchez sólo busca "excusas" para pactar con Rivera o llevar el país a elecciones. Y le ha pedido que se "trabaje los apoyos".
https://twitter.com/pnique/status/1159121069636296705?ref_src=twsrc%5Etfw
Sánchez no tira la toalla
El presidente en funciones sólo se ha reunido con Compromís tras la investidura fallida. Y lo hará próximamente con el PNV. Nada se sabe de una posible cita o contacto con Podemos o el resto de grupos. El límite para intentar una investidura es el 23 de septiembre. Pero antes de eso, Felipe VI debe proponer un candidato. Sánchez ya no lo es. Y sólo lo hará tras una nueva ronda de consultas para la que no hay fecha.
La paradoja del mensaje que Sánchez ha llevado a Marivent es que en sus declaraciones insiste en que no tira la toalla. El líder del PSOE mantiene que presentará una propuesta a Podemos como base de un acuerdo, que ha precisado puede ser de legislatura o investidura. La coalición que demanda Iglesias parece enterrada.
El documento saldrá de las reuniones con decenas de asociaciones y colectivos sociales que Sánchez está manteniendo desde hace una semana. Los encuentros seguirán el jueves con sindicatos, sector agrario y autónomos, entre otros. Las entrevistas, según parece, pararán la próxima semana, puente del 15 de agosto.
Y a partir del lunes 19, Sánchez retomará los contactos políticos para desbloquear la parálisis. La investidura, sin embargo, parece ahora mismo más lejos que nunca.
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