Pedro Sánchez ha optado por poner límites al creciente poder como vicepresidenta económica de Nadia Calviño. Y se avecina una dura pugna por el control de Comercio, heredada del anterior Gobierno, entre la propia Calviño y los Ministerios de Industria y Asuntos Exteriores.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la estructura del Gobierno de coalición PSOE-Podemos. Las competencias de Comercio permanecen en el Ministerio de Industria, que seguirá dirigiendo Reyes Maroto. Pero hay otras aspirantes a la gestión de este área clave en el área económica e internacional.
Calviño quería hacerse con ellas en su nueva vicepresidencia, pero Sánchez ha optado por frenar esa aspiración. Además, el perfil de Arancha González Laya, nueva titular de Exteriores, augura varios choques entre estas tres carteras. Todas ellas son de la cuota del PSOE. La carrera de González Laya está íntimamente ligada al campo del comercio internacional y es de esperar que no dé una batalla por pérdida.
El ICO como banco de desarrollo
Según ha sabido Vozpópuli, esta situación ha generado mucha incertidumbre tanto en Exteriores como en Industria. Nadie termina de fiarse de cómo se repartirá el juego una vez arranque la legislatura. Y hay quien recuerda en el Gobierno que ninguna de las tres ministras tiene un perfil excesivamente político.
Sin embargo, Calviño es la que lleva más tiempo presionando por dar un giro a estas competencias. Uno de sus empeños personales, que de momento no parece que vaya a salir adelante, es que el ICO (Instituto de Crédito Oficial) asuma entre sus funciones un rol de banco de desarrollo.
La idea, en sintonía con lo que está haciendo la Unión Europea y países como Francia, es crear una línea de créditos blandos y financiación a intereses muy bajos para países en vías de desarrollo. Los principales destinatarios de estas inversiones serían Iberoamérica y África. Son las dos regiones prioritarias identificadas por el PSOE y Unidas Podemos en su acuerdo de coalición.
Sin embargo, esta intención colisiona con el trabajo que desarrolla la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID), que depende de Exteriores. Su funcionamiento es completamente diferente. La AECID, al depender de la diplomacia española, identifica países de interés para España. Y los fondos que recibe de los Presupuestos se asignan para financiar en su totalidad proyectos de cooperación concretos, desde escuelas hasta por ejemplo una presa.
Las intenciones de Calviño han chocado con buena parte del Ministerio de Exteriores, que considera que un cambio supondría el final de la AECID. A pesar de ello, muchos en el Gobierno comparten la idea de darle al ICO una línea de banco de desarrollo por ser más acorde a los tiempos actuales.
Los aranceles y la OMC
González Laya es una experta en Comercio pero sin las competencias de Comercio. Y la diplomacia económica es uno de los asuntos más importantes en la agenda de cualquier Gobierno europeo tras la política de aranceles impuesta por Estados Unidos. El presidente norteamericano, Donald Trump, se enfrenta a la reelección a finales de este año. Y la campaña es terreno abonado para más promesas proteccionistas.
España ha sido uno de los países más castigados por la nueva política americana. Los olivareros españoles y los productores de cítricos denuncian que han sido borrados del mercado estadounidense en apenas tres meses.
La crisis arancelaria se dilucida, entre otros foros, en la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde la nueva titular de Exteriores ha hecho la mayor parte de su carrera. Sin embargo, el Ministerio que representa a España en este organismo seguirá siendo teóricamente el de Industria.
De hecho, Maroto y el ministro de Agricultura, Luis Planas, mantuvieron varias reuniones bilaterales con representantes de la administración norteamericana en las últimas semanas. Y en todas ellas se ha tratado la afectación de los aranceles de Trump para la industria española.
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