EH Bildu ofreció al Gobierno su abstención en la votación del estado de alarma por el coronavirus sin reclamar nada a cambio, según ha sabido Vozpópuli de fuentes próximas a la negociación. La izquierda abertzale garantizó a los partidos de la coalición que no votaría en contra de la prórroga. A pesar de ello, el PSOE aceptó sentarse junto a Bildu y Unidas Podemos para sellar el pacto que derogaba de forma "íntegra" y fulminante la reforma laboral, y que ha sublevado a medio Consejo de Ministros.
El PSOE ha argumentado que el acuerdo con Bildu se enmarca en las dificultades del Ejecutivo para atar los apoyos parlamentarios del estado de alarma ante el temor a una derrota. Sin embargo, estas fuentes aseguran que tanto Rafael Simancas, número dos del Grupo Socialista en el Congreso, como la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, "mienten".
"Este Gobierno está haciendo lo que es su deber y su obligación: dialogar, amarrar los apoyos necesarios para que el estado de alarma sea aprobado por los grupos parlamentarios", ha dicho Montero. "Lo lógico, lo deseable es que el principal partido de la oposición (PP) no hubiera dimitido de su responsabilidad".
El acuerdo con Bildu era el riesgo
Pero fue el Gobierno el que jugó con fuego, dicen estas fuentes. La negociación con Bildu es la que puso en peligro la prórroga. El acuerdo con la izquierda abertzale arriesgaba el apoyo del PNV, pero sobre todo el de Ciudadanos. La prueba de ese temor a desairar a los dos aliados que iban a salvar al Gobierno es que PSOE, Podemos y Bildu acordaron no comunicar el pacto hasta después de la votación, a pesar de que la diputada de Bildu Mertxe Aizpurua diera algunas pistas sobre lo que estaba ocurriendo durante el debate.
"Lo que ponía en riesgo la votación era el acuerdo con Bildu, por eso se comunicó más tarde", sostienen.
De hecho, la negociación era innecesaria, no solo porque PNV y Cs garantizaban la victoria parlamentaria del Gobierno, sino también porque la izquierda abertzale nunca manifestó su intención de votar en contra. Bildu ofreció una "abstención regalada". Y a pesar de ello, Sánchez dio luz verde a la negociación a instancias de Podemos.
Diálogo a pesar de la abstención
La izquierda abertzale hizo saber entonces que la reforma laboral era un punto de partida sobre el que empezar hablar. Tal y como ha informado este diario, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, no revisó la literalidad del acuerdo que estaba firmando y trasladó el documento a Sánchez sin consultarlo con el resto de ministros. El PSOE tuvo que rectificar el texto horas después.
El Gobierno ha tratado este viernes de calmar las aguas de una polémica que ha zarandeado a la coalición en plena emergencia sanitaria. Los esfuerzos de Sánchez se centran ahora en recuperar a la CEOE, que ha abandonado el diálogo social ante lo que considera una traición. La vicepresidenta Nadia Calviño ha asegurado que sería "absurdo y contraproducente" modificar la legislación laboral ahora.
Sánchez encara una negociación muy compleja después de lo ocurrido con Bildu si pretende solicitar una prórroga más del estado de alarma. Ciudadanos ya obligó al Ejecutivo a rebajar de 30 a 15 días la anterior ampliación, que se prolongará hasta el 7 de junio. El Ejecutivo pretende completar todas las fases del proceso de 'desescalada' al confinamiento en estado de alarma. La salida completa de todo el país podría retrasarse hasta finales de junio.
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