Política

Sánchez estudia reabrir las tiendas a mitad de mayo y duda sobre las grandes superficies

El borrador del Ejecutivo plantea aperturas a partir del 12 de mayo, con estrictas medidas de seguridad dependiendo del comercio (mamparas, mascarillas, aforos limitados…). Los técnicos y expertos del Gobierno debaten sobre si ampliar la apertura a los centros comerciales y grandes superficies

El Gobierno trabaja para intentar permitir a los comercios reabrir a partir de la segunda semana de mayo. La fecha que el Ejecutivo tiene sobre la mesa de momento es el 12 de mayo, aunque son estimaciones, porque, según explican fuentes del Ejecutivo, el equipo de Pedro Sánchez que se encarga de la “desescalada” quiere medir al milímetro sus pasos.

Lo que es seguro es que existe la intención de reactivar la economía cuanto antes. Todos los cálculos del Ejecutivo se fundamentan en la idea de la “transmisión controlada del virus”. Es decir, comprender que no se puede esperar al contagio 0, como desearían los médicos, y acercarse a una “casi normalidad” (la “nueva normalidad”), que se parezca más a la situación económica que no social anterior a la pandemia. Todo ello a la espera de que circule la vacuna contra la Covid-19, que podría tardar más de un año en producirse. 

“Ninguna tienda puede aguantar más de dos meses cerrada”, es una reflexión que comparten varias fuentes gubernamentales consultadas por Vozpópuli. De ahí la intención de avanzar en su reapertura de la manera más segura posible.

El proyecto que se debate en el Ejecutivo es intentar homogeneizar al máximo las aperturas. Es decir, permitir a todos los establecimientos comerciales pequeños y medianos reabrir sus puertas desde la fecha mencionada del 12 de mayo, pero exigiendo a sus dueños el cumplimiento de algunas normas de seguridad. Por ejemplo, limitar el aforo a los clientes en función del tamaño del establecimiento. O en el caso de los restaurantes, comprar mamparas de plástico para dividir a los clientes, obligatoriedad de usar mascarillas y reducir el número de mesas.

"Desde la tienda de bombillas a las ferreterías"

Con el buen tiempo, el Gobierno, así como los Ayuntamientos, también quieren fomentar las terrazas. En Madrid, por ejemplo, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ya ha fijado la prioridad del consistorio en reabrir las tiendas. En ese caso, la duda atañe a la coincidencia con el 15 de mayo, las fiestas patronales en honor de San Isidro.

Terrazas vacías en la Plaza Reial de Barcelona  

Aunque todo sigue en evaluación constante (los datos con los que trabajan los técnicos cambian casi cada día, y hacer previsiones resulta enormemente difícil), la esperanza del Ejecutivo es que la economía de barrio vuelva a funcionar. “Desde la tienda de bombillas hasta la de calzado y ferretería”, avanza una fuente conocedora de dicha estrategia.

Sobre la mesa, no obstante, queda una duda. Atañe a las llamadas grandes superficies y centros comerciales. Por tamaño y número de clientes, pueden convertirse en un problema aún mayor que las tiendas pequeñas. En ese ámbito hay debate. Una opción consiste en empezar abriendo los comercios más reducidos y gradualmente el resto, en función del tamaño. Otra posibilidad prevé la apertura generalizada con medidas estrictas de seguridad.

Reactivación segmentada por territorios

El problema no es solo de venta, sino también de empleo. Las grandes superficies tienen a miles de trabajadores en sus nóminas, y muchos de ellos ahora están con expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). El gasto público de los ERTEs es enorme, más aun en un contexto de difícil negociación con la UE y con las previsiones de déficit récord para este año. "Se trata de miles de trabajadores que quieren volver a su empleo", comentan.

La puerta del Corte Inglés de Goya de Madrid durante la crisis del coronavirus en Madrid.

De tal manera que, si la visión más aperturista plantea una desescalada homogénea y generalizada, la otra, más prudente, quiere evitar aglomeraciones, colas en las cajas y aparcamientos llenos en los centros comerciales, y se decanta por una reactivación modulada y segmentada por zonas territoriales y tipología de la tienda. Canarias, por ejemplo, pedirá el próximo domingo a Sánchez adelantarse y reabrir las tiendas pequeñas en la última semana de abril, y los centros comerciales en la primera de mayo. 

En lo que sí coinciden ambas corrientes es en la necesidad de volver a encender el motor de la economía del país. La industria ha vuelto, así como lo ha hecho parcialmente la construcción. Los primeros datos son positivos. Esta semana el Estado ha colocado una venta récord de bonos del Tesoro (15.000 millones de euros), con incluso un exceso de demanda.

"Coja el timón"

Si todo vuelve a una suerte de normalidad --más económica que social-- el daño generado por la pandemia podría aguantarse. Llegará una ola de recortes, que tendrá un coste político enorme para partidos que en 2008 se lanzaron contra la clase política por la austeridad. Pero de momento solo se piensa en el corto plazo. Y el Estado espera salvar la campaña de verano: el primer banco de pruebas del Ejecutivo.

La desescalada económica es, además, esencial de cara a la preparación de un posible rebrote de la pandemia. En el Ejecutivo se habla de octubre, con la vuelta del otoño, pero el temor a que sea antes hace temblar las piernas a los que tienen el mando del barco.

En La Moncloa, que es donde  se toman las decisiones --con el visto bueno de los ministros, y a veces sin ello--, confían en que sus cálculos den un resultado positivo. De no ser así, España volvería a la reclusión social y sería insostenible para el Ejecutivo. El líder del Partido Popular, Pablo Casado, muy molesto por lo que considera los excesos de “propaganda” de Sánchez, ya ha advertido al presidente: “Si la pandemia es un iceberg, su Gobierno es el Titanic. Coja el timón o por lo menos gestione los botes salvavidas”.

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