Pedro Sánchez tiene una fecha en mente para convocar las elecciones: el 28 de abril, con la campaña electoral en plena Semana Santa y solo un mes antes de las europeas, autonómicas y municipales. Así lo desvelan fuentes del Ejecutivo que han trasladado a Vozpópuli que el presidente baraja esa fecha tras conocer que los Presupuestos iban a ser tumbados en el Congreso: "Al 90%, votaremos el 28 de abril".
Esta convocatoria supondría una situación inédita desde que hace 40 años, en 1979, Adolfo Suárez convocara las segundas elecciones generales de la Democracia un 1 de marzo, y al mes siguiente, el 3 de abril, se celebraron las primeras elecciones municipales desde la II República. Pero es que la alternativa a ese 28 de abril pasa por retrasar las generales a otoño y en el PSOE empieza a cundir la idea de que sin mayoría parlamentaria "el Gobierno no aguanta seis meses mas".
La opción de juntar las elecciones generales con europeas, autonómicas y municipales el 26M, el llamado superdomingo, es fuertemente rechazado por los barones. Temen que se conviertan en un plebiscito sobre Cataluña y el PSOE pierda todo el poder institucional -Gobierno, autonomías y ayuntamientos- de una tacada. Y por eso los dos dirigentes de la Ejecutiva Federal más partidarios hasta ahora de esa opción, Ábalos y su número dos en Organización, Santos Cerdán, ya asumen que las elecciones generales serán el 28 de abril o en otoño.
En caída constante
Sánchez llegaría a esta cita encabezando todavía las encuestas, pero con el bloque de derechas en pleno auge tras la irrupción 'sísmica' de Vox a través de Andalucía y con la losa de haber desprendido una imagen de dependencia del secesionismo catalán que le hunde en el resto de España. Esto provoca que la 'marca' PSOE esté en caída constante en las encuestas y que la figura del presidente sufra un deterioro desde el pasado mes de diciembre.
No obstante, la percepción de 'sanchistas' es otra. Están convencidos de que el hecho de tumbar los presupuestos con la subida de Salario Mínimo (SMI), medidas sociales y grandes inversiones (especialmente en Cataluña) unida a la foto de unión de lo que ellos llaman el 'trifachito' (PP, Cs y Vox) les convierten el los adalides de la izquierda. Además, la imagen dada por el bloque de derechas el pasado domingo en Madrid cree que les beneficia al provocar un movimiento de oposición de sus posibles votantes y, con ello, su reactivación.