Toledo como tarro de las esencias; de retiro en un cigarral de la Ciudad Imperial o en Quintos de Mora, propiedad de Patrimonio Nacional y lugar recurrente para que los estadistas de este país se recluyan con vistas a urdir estrategias y hacer equipo.
Carlos I eligió la soledad de Yuste tras renunciar a los oropeles del poder. Lo hizo a la espera de la muerte. Y, de hecho, allí ensayó varias veces su propio entierro.
Ni Pedro Sánchez ni Alberto Núñez Feijóo son emperadores ni tienen un objetivo tan elevado: simplemente se preparan, junto a sus colaboradores, para afrontar las próximas curvas en el trazado de una legislatura imposible.
El presidente del Gobierno se encierra este sábado con sus ministros en la finca estatal de Quintos de Mora, donde es previsible, más bien inevitable, que le dé a la moviola sobre la caótica jornada de este pasado miércoles en que las costuras del modelo de representación política quedaron exhaustas de tanta cesión negociada al margen de la liturgia parlamentaria.
Hay quien asegura que la afición por el decretazo es una querencia que el presidente del Gobierno se ha propuesto contener precisamente para no desdibujar más el rol del Legislativo, devenido durante el último lustro en una escenificación periódica vaciada de sustancia. Y que, por tanto, ese planteamiento estará sobre la mesa de estilo rústico propia de una finca.
Es también probable que haya examen de conciencia respecto a la eficacia negociadora de la terna Díaz-Bolaños-Montero, parapeto inmejorable para preservar a un Sánchez que, si bien ha adolecido de exceso de confianza seguro de que la baraka le va a durar siempre, ha salido del episodio menos erosionado que sus delegados.
Como precedente, se recuerda la reunión, en febrero de 2020, que llevó a Quintos de Mora al Gobierno de coalición PSOE-Podemos con la intención de poner argamasa en una cohabitación que acabó como el rosario de la aurora. En aquel encuentro también hubo hueco para abordar el asunto de los presupuestos y la definición de los proyectos de ley que el Gobierno trataba de transaccionar antes de su aprobación en lo que suponía un sano hábito del que hoy, muro mediante, no queda ni rastro. Antes, en 2018, Sánchez montó la primera de estas estancias campestres.
Aquellos retiros de Rajoy
La convivencia organizada por el presidente del PP tiene un tenor diferente y supone recuperar esos retiros que Mariano Rajoy institucionalizó junto a su núcleo duro en que los escenarios se ampliaron a paradores nacionales como el de Sigüenza, La Granja de San Ildefonso y Tordesillas.
En este caso, el líder de los populares pretende apuntalar la "ofensiva política, social y jurídica" anunciada contra el Gobierno para completar la estrategia de mantener la movilización en la calle. Núñez Feijóo quiere también fomentar el contacto personal entre los nuevas incorporaciones a la dirección del partido: las vicesecretarias Paloma Martín, Ester Muñoz, Ana Alós y Noelia Núñez.
En fuentes de la formación se define esta desconexión como una suerte de tormenta de ideas dirigida a establecer las prioridades en la labor de oposición. Pero, igualmente, será inevitable reservar tiempo para ir engrasando el partido ante los próximos desafíos electorales en Galicia, País Vasco y Europa. Sobre todo en Galicia.
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