Política

Feijóo exige a Pedro Sánchez cesar a García Ortiz, que el TC deje de "manosear al TS" y aclarar la "corrupción familiar"

El PP se jacta y se pregunta si el presidente se ha vuelto de extrema derecha. Además, cree que Bruselas ha obligado a Moncloa a firmar. El líder socialista descarta un adelanto electoral

No ha habido tregua. El acuerdo que sellaron este martes el PSOE y el PP para renovar el CGPJ no ha traído buenas palabras ni buenos deseos en la primera sesión de control tras el pacto de Estado firmado en Bruselas pese a que en los pasillos del Congreso se respiraba esperanza por lograr nuevos pactos.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha señalado al presidente, Pedro Sánchez. Le ha recordado que el compromiso con la renovación del Poder Judicial no es una ayuda. Más bien es un control: "El acuerdo es para limitar la voracidad de su Gobierno en controlar instituciones". Acto seguido, Feijóo ha pedido a Sánchez que deje de "manosear al Tribunal Supremo" y que aclare la "corrupción familiar" que le rodea.

El líder del PP se ha jactado y se ha preguntado irónicamente si el presidente se ha vuelto de extrema derecha tras renovar el Poder Judicial. Feijóo, que sabe que el acuerdo que pone fin al bloqueo del órgano de gobierno de los jueces revienta las alianzas de Sánchez en el Congreso, cree que Bruselas ha obligado a Moncloa a firmar y así se lo ha dicho al presidente en el Pleno de la Cámara.

Sánchez ha visto en Feijóo la escenificación de un "aspaviento para calmar a quienes le han llevado por la senda de la oposición destructiva". Pero el presidente parecía cansado. Se ha felicitado por "el buen acuerdo" y ha tirado la toalla en la pelea semanal con el PP: "Para usted la perra gorda. Lo importante es que se cumpla la Constitución y que hemos renovado el CGPJ".

Feijóo, que tampoco ha ocultado su satisfacción por el pacto, no ha querido dejar a Sánchez vivo. Por eso, ha vuelto a sacar a debate el escándalo que afecta a su mujer, Begoña Gómez. El líder de los populares se ha subido a la ola de supuesto entendimiento entre los dos principales partidos del país para ofrecerle de manera sardónica otros tres pactos: que le pida al Fiscal General que dimita por sus "escándalos, sus supuestos delitos y por ser el abogado" de la familia de Sánchez; que le diga al Tribunal Constitucional que "deje de manosear al Supremo y de exculpar a los condenados socialistas por corrupción"; y que comparezca en el Congreso para explicar "todo lo que está saliendo" de la familia de Sánchez y de su entorno.

Sánchez dio este martes un volantazo de inciertas consecuencias a la legislatura. El presidente del Gobierno rectificó la posición del PSOE sobre el método de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para cerrar el trato con el PP que puso fin a los cinco años y medio de bloqueo que han impedido su renovación.

Los socialistas nunca vieron con buenos ojos que los jueces fueran quienes decidieran qué compañeros suyos debían sentarse en su órgano de gobierno. Pero ahora, según se desprende del acuerdo, el PSOE acepta la "participación directa" de los togados "en la ley o proposición de ley de reforma del sistema de elección de los vocales" que deberá votar las Cortes Generales.

Los dos partidos de la coalición que gobierna España se afanaron en explicar que el compromiso con el PP no implica que los jueces elijan a los jueces. Pero nada más lejos de la realidad. Basta ver la airada reacción de sus socios en la Carrera de San Jerónimo. Es cierto que nada asegura que el método de elección, sea el que sea, termine siendo aprobado por el Congreso, pero marca un camino: los togados tendrán mucho que decir.

El giro de Sánchez enfureció a sus aliados parlamentarios; lo que alimenta la expectativa de un adelanto electoral que puede coincidir con una hipotética repetición en Cataluña en caso de que Salvador Illa no logre el apoyo de los independentistas. Si hay una evidencia es que al independentismo nunca le gustó que las elecciones catalanas coincidieran con las generales, porque movilizan voto que no les beneficia. Aunque Sánchez, este miércoles, ha dado un balonazo a la expectativa de un adelanto electoral: "Bienvenido al acuerdo. Este es un Gobierno de acuerdos. Todos los que lo han querido hacer han encontrado la mano tendida. Quedan tres años de legislatura y muchos acuerdos por alcanzar".

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