En estos 5 días de asueto, Pedro Sánchez ha podido pasear y reflexionar a lo largo y ancho de los 47.519 metros cuadrados de zonas verdes de los que goza el recinto presidencial. La afluencia de árboles es tan contundente que algunos miembros del equipo más cercano del presidente padece una fuerte alergia primaveral estos días, como afirman fuentes cercanas a este periódico. Los jardines de la Moncloa, que incluyen especies botánicas de alto valor ambiental, son una de las obsesiones del presidente Sánchez, que desde que llegó al palacio ha destinado importantes recursos públicos en el buen estado de este exclusivo espacio verde. Según los datos recopilados por Vozpópuli, Presidencia ha gastado casi medio millón de euros en la "revalorización paisajística" y el cuidado de los jardines de la Moncloa.
El último contrato se ha licitado hace poco más de un mes, el 12 de marzo, y tiene por objeto la "revalorización paisajística de los Jardines de la Moncloa", un fin para el que el Gobierno gastará 167.706 euros del erario público. La consultora que se adjudique el contrato deberá "determinar el estado del jardín" teniendo en cuenta los factores históricos para conocer el estado del mismo "en diferentes momentos de la historia, su trazado original y su deriva, fruto de distintas intervenciones, que han ido modificando su configuración".
Este análisis irá acompañado de una propuesta técnica de intervención y de otra para la restauración de dos partes concretas de los dominios de la Moncloa: el Jardín Alto y el Jardín del Barranco. Una vez realizadas estas propuestas será necesaria una nueva inversión para que sean ejecutadas.
A estos 167.706 euros hay que sumar una adjudicación efectuada hace menos de un año por el Ministerio de Presidencia para el mantenimiento de las zonas verdes de la Moncloa. El pasado año se adjudicaron 252.393 euros a la compañía Valoriza Servicios Medioambientales "para la correcta conservación y mantenimiento de estas zonas ajardinadas". Un contrato que puede se prorrogado cuatro años.
En los pliegos de esta contratación, el Ministerio de Presidencia argumentaba que "dada la especialidad de estos trabajos, el Departamento no dispone de medios personales propios adecuados para la realización de las tareas descritas. Esto hace necesario contratar a una empresa externa que sea la encargada de realizar los trabajos necesarios de mantenimiento de los jardines".
La preocupación de Sánchez por los jardines de la Moncloa viene de lejos. Ya en 2020, cuando daba el pistoletazo de salida su primera legislatura, el presidente gastó casi 65.000 euros en cambiar el paisanaje que rodea la vivienda presidencial y los edificios de Presidencia, como adelantó El Mundo. En total, 484.799 euros para analizar, mantener y mejorar los jardines del palacio presidencial desde que los ocupa Pedro Sánchez.
Historia de unos jardines
Como se refleja en los pliegos de contratación del último proyecto licitado, el espacio que hoy ocupa el Palacio de la Moncloa fue, en origen, una finca agraria de los condes de Monclova, que compra Gaspar de Haro y Guzmán, marqués del Carpio y de Eliche en 1660. Gaspar de Haro y Guzmán manda construir un palacio en la parte más alta del terreno (denominado palacio de Eliche o Casa Pintada en alusión a los frescos de los muros exteriores). El palacio pasa por distintos propietarios hasta que llega a la propiedad de la XIII duquesa de Alba de Tormes (María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo), que muere en 1802 sin descendencia, siendo el momento en que el palacete lo compra Carlos IV.
Desde ese momento, se integra en el Real Sitio de la Florida, alcanzando su máxima extensión, que se denominó, a partir de entonces Real Sitio de La Moncloa. Tras heredar el palacete la reina consorte María Cristina en 1833, resultó muy visitado por Isabel II, que gustaba de jugar, precisamente, en los jardines por los que hoy pasea Pedro Sánchez.
Tras la revolución de “la Gloriosa” encabezada por los generales Juan Prim y Francisco Serrano, que tuvo lugar en septiembre de 1868, y que terminó con el reinado de Isabel II, el palacete y los terrenos de la Florida y de la Moncloa se cedieron al patrimonio del Estado (Ministerio de Fomento) y no retornaron a la Casa Real. En 1918, vuelven a cambiar de propietario, siendo cedidos por Fomento a la Sociedad Española de Amigos del Arte, quien se encargó de su restauración y amueblamiento.
Durante la guerra civil el jardín sufrió mucho, ya que el avance de las tropas sublevadas se produjo por la Ciudad Universitaria de Madrid. Desde el 20 de noviembre de 1936, el general Asensio ocupó el palacete de la Moncloa, que ya no abandonó hasta el final de la guerra. El palacio pasó a ser utilizado como lugar de residencia para personalidades extranjeras y nacionales invitadas por el régimen franquista.
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