Pedro Sánchez sigue preparando el terreno para forzar el apoyo de Podemos a un Gobierno monocolor del PSOE. El presidente del Gobierno ha descartado la abstención de PP y Ciudadanos y ha situado al separatismo catalán como posible socio de investidura después de varias semanas insistiendo en que no negociaría con ellos.
Sánchez intentará reconstruir el bloque de la moción de censura o el gobierno Frankenstein -en palabras del fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba- a partir de finales de agosto y principios de septiembre. El jefe del ejecutivo ha incluido a los independentistas entre los partidos susceptibles de apoyar su investidura junto a PNV y Podemos.
Iglesias y la coalición
Esta vía era la preferida por el líder morado. Pablo Iglesias ha sido muy crítico con los llamamientos de Sánchez a la abstención de PP y Ciudadanos. Cuando Sánchez se siente con Iglesias a finales de agosto, el presidente pondrá encima de la mesa una propuesta de izquierdas elaborada sobre la base de las reuniones con colectivos sociales que ha mantenido estas dos últimas semanas.
Y le trasladará que sus posibles socios de investidura incluyen a ERC, JxCat y el PNV, entre otros como los regionalistas cántabros y Compromís. La mayoría de la moción de censura que prefería Podemos.
El presidente ha descartado la abstención de PP y Ciudadanos, a la que seguía apelando hace solo unos días en su despacho con Felipe VI. Incluso parece dispuesto a no volver a citar al líder naranja, Albert Rivera, que ha rechazado los últimos encuentros. No está claro si volverá a llamar al presidente del PP, Pablo Casado.
Una vez que Sánchez ha elegido finalmente un camino claro hacia una mayoría suficiente que evite la repetición electoral resta por resolver el dilema de la coalición. Podemos insiste en que el resultado de las urnas avala esa fórmula. El PSOE recuerda que ese tren ya pasó, porque lo rechazó el propio grupo de Unidas Podemos en la investidura fallida.
Calendario hacia la investidura
El presidente ha comprimido el calendario al retrasar a finales de agosto la negociación con Podemos. Pero el margen para el diálogo es más amplio que en julio. Según ha explicado el propio Sánchez habrá dos semanas completas de contactos.
Y el documento que presente el PSOE, ha dicho, no es cerrado. Y está abierto a modificaciones durante la negociación. Si hay acuerdo, el Rey podría convocar consultas a partir del 9 de septiembre y el Congreso celebraría un nuevo pleno de investidura la semana del 16. El plazo para formar Gobierno expira el 23 de septiembre.
Iglesias se puede ver en la tesitura de ser el responsable del regreso a las urnas si Podemos se enroca en la coalición. Sánchez podría reunir los apoyos de la moción, lo que obligaría a la formación morada a elegir entre mantener su posición o dar vía libre a un Ejecutivo del PSOE.
Sánchez ha dicho que su objetivo es conformar un Gobierno progresista. Y está por ver si vuelve a abrir la puerta a ministros de Podemos.
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