Política

Sánchez se pone el traje de hombre de Estado para apoyar al Gobierno en Cataluña

El secretario general del PSOE se pone del lado de Mariano Rajoy para responder al desafío soberanista: no quieren dejar ni una duda de su compromiso con la defensa del Estado y la unidad de España.

Pedro Sánchez cuelga la chaqueta de cuero y se pone el traje de hombre de Estado. El secretario general del PSOE hizo pivotar su campaña para las primarias en el 'no es no' a Mariano Rajoy, pero no ha dudado en llamar al jefe del Ejecutivo para trasladarle su voluntad de dar una respuesta conjunta al desafío de los independistas en Cataluña. ¿La razón? Los socialistas defienden que así están apoyando al Estado y a la unidad de España y ahí no quieren dejar el mínimo lugar a sospechas. Aunque parezca un ejercicio de equilibrismo la solemnidad del compromiso para Cataluña, extensible a la lucha contra el terrorismo, con la dureza con la que volverán a arremeter contra el líder del PP este miércoles cuando acuda al Congreso a dar explicaciones de la Gürtel.

"Hay que distinguir entre el Gobierno y el Estado", explican a este periódico desde Ferraz. El pulso de los soberanistas, que ya han dado a conocer los detalles de su ley de ruptura, es una "afrenta al Estado" y con el Estado están los socialistas, lo que implica que, "por responsabilidad", deben apoyar al Gobierno en la respuesta al desafío, dicen.

Por eso, el mensaje que lanzó este lunes la dirección socialista fue un cierre de filas total con el Ejecutivo, con el compromiso de ahormar una postura común. Un apoyo que llegó hasta el elogio, ya que el portavoz del PSOE, Óscar Puente, explicó que los socialistas creen posible ese acuerdo porque el Gobierno se está moviendo con "proporcionalidad y eficacia". Y si continúa así, dijo, los socialistas estarán a su lado.

Ni una palabra contra el "inmovilismo" que atribuyen desde hace años a Rajoy en materia territorial ni una línea roja más. Con la maquinaria independentista en marcha y la cuenta atrás para el 1 de octubre, los socialistas quieren poner todo el acento en el respaldo a la contestación a este desafío.

Por el momento, no hay detalles de qué medidas se pondrán en marcha. El PSOE no quiere entrar en ello, como tampoco quiere hablar de futuribles. ¿Apoyarán los socialistas que se impida físicamente la consulta? "El PSOE se pronunciará cuando llegue el momento, no vamos a abrir todas las hipótesis", fue la respuesta de Óscar Puente, muy comedido.

Por lo pronto, los socialistas mantienen su rechazo frontal a la ley de ruptura recién presentada, que para el PSOE no es más que otro "engaño" a la ciudadanía. Será el líder del PSC, Miquel Iceta, quien así lo exprese cuando esa ley llegue al Parlament, aunque después sus diputados no participarán en la votación, porque quieren que la sociedad sepa que su partido se desvincula por completo de este proceso. Y después, los socialistas apoyarán al Gobierno en las decisiones que tome y que se esperan en el campo jurídico. 

Los socialistas mantienen su rechazo frontal a la ley de ruptura, que para la formación no es más que otro "engaño" a la ciudadanía

Mientras tanto, eso sí, el PSOE quiere volver a poner encima de la mesa sus propuestas para Cataluña, un paquete de medidas que ya avanzó en julio, en una reunión conjunta con el PSC, y que sintetizó en la denominada 'Declaración de Barcelona'. Ahora, quiere explicar su desarrollo en iniciativas parlamentarias y así lo hará el próximo lunes en una reunión de la Ejecutiva federal.

Porque una cosa es la respuesta al desafío abierto y otra la crisis de fondo. El PSOE considera que lo primero se mueve en el terreno de lo jurídico y lo segundo, en el de la política. Y ahí va a hacer falta mucho trabajo, partiendo del diálogo. Por eso, su principal apuesta es la apertura de espacios para buscar vías de entendimiento, aunque no está muy claro si esos espacios arrancarán de inmediato con el debate sobre la reforma de la Constitución. Es el objetivo principal de los socialistas, pero por ahora no se sabe ni dónde ni cómo.

Lo que está claro es que ahora los socialistas han querido priorizar el mensaje de respaldo al Gobierno, el mismo que mantienen en torno a los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils (Tarragona). Ya lo avisó la portavoz del Grupo Socialista, Margarita Robles, cuando acudió al Pacto Antiterrorista en el Ministerio de Interior y así ha sido: ni una crítica a las autoridades ni a las fuerzas de seguridad.

El PSOE ha querido priorizar el mensaje de respaldo al Gobierno, el mismo que mantiene en torno a los atentados del 17-A. Ni una crítica a las autoridades ni a las fuerzas de seguridad

Desde entonces, los socialistas mantienen la prudencia y han evitado todos los debates. Es más, ya lo dijo Robles el pasado lunes y ayer lo reiteró Óscar Puente: cualquier consideración en materia de lucha antiyihadista la harán llegar por canales privados. En esta materia, asegura un dirigente de la Ejecutiva, los socialistas no quieren tener la iniciativa porque, consideran sería instrumentalizar el terrorismo y los socialistas "nunca" lo han hecho.

La dirección socialista sostiene que, con esta actitud, sólo cumple lo que ya ha prometido: en asuntos de Estado, el PSOE mantendrá una posición leal e institucional con el Gobierno, y la unidad de España y la seguridad lo son. Y esto es compatible, sostienen, con la oposición más férrea al Ejecutivo en el Congreso en el resto de materias.

El miércoles volverán a pedir la dimisión de Rajoy

Así se verá este miércoles, cuando el presidente del Gobierno acuda al pleno extraordinario  forzado por la oposición para hablar de la financiación de su partido y la trama Gürtel. Allí, según adelantan fuentes de la dirección, el PSOE desplegará su tono más duro contra un presidente al que ven "acorralado por la corrupción". La línea será, avanzan, la que marcó el secretario general el día de la declaración de Rajoy en la Audiencia Nacional, cuando pidió, una vez más, su dimisión. 

Los socialistas reconocen que este pleno no llega en el mejor momento, pero aseguran que ese día volverán a ejercer de la oposición más dura. Entre la unidad en Cataluña y contra el terrorismo, insisten, hay espacio para cargar contra un presidente que creen que "no está a la altura" del país.

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