Máxima cautela y algo de desconfianza hacia ERC. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, líderes respectivamente del PSOE y Podemos, saben que el futuro de la coalición rojo-morada pende de un hilo, y que este hilo se llama Esquerra Republicana de Catalunya. Ambos partidos tienen casi listo el programa conjunto y el equipo del futuro Ejecutivo. Pero detectan que los plazos podrían alargarse más allá de Reyes.
“El problema es que ERC debe resolver sus contradicciones y construir su relato”, resumen fuentes de Podemos. Para algunos miembros del partido morado, la formación de Oriol Junqueras se está moviendo para ofrecer una versión “coherente” a los medios de comunicación, más allá de que internamente quiere respaldar al nuevo Ejecutivo de Sánchez. El problema, admiten las fuentes consultadas, son los tiempos.
En este juego a tres, PSOE y Podemos experimentan una sensación de confianza mutua. Es una situación inédita después de años de dura confrontación para determinar el líder de la izquierda, pero que la derrota mutua del pasado 10 de noviembre (y en particular de Sánchez, que planteó la repetición electoral como un referéndum sobre su persona y que de facto lo perdió) ha creado un terreno fértil para que cimiente la alianza.
"Investidura clandestina"
Con respecto a ERC, sin embargo, existen dudas. El partido de Junqueras y Gabriel Rufián lleva años instalado en una retórica radical de enfrentamiento al Estado. Ahora quieren dar un giro de 180 grados, pero lo tienen que “vestir”.
Así que los plazos podrían alargarse. Incluso más allá del 6 de enero, por razones políticas vinculadas al escrito de la Abogacía del Estado sobre el futuro de Junqueras, pero también por la sensación que va cundiendo entre muchos políticos –sobre todo socialistas— de que no se puede presentar un Ejecutivo con una “investidura clandestina” durante los días de fiestas.
Mientras, tanto en el PSOE como en Podemos aseguran que el programa de gobierno está casi finiquitado. El documento se presentará pocos días antes de la fecha definitiva de investidura, aseguran las fuentes consultadas. Antes, la orden es no filtrar nada.
En cuanto a los equipos, está todo casi cerrado. Los ministerios para Podemos oscilarían entre tres y cuatro, o más bien tres y medio puesto que el último departamento que podría ocupar Alberto Garzón sería algo parecido a un ministerio, pero sin fondos propios.
Tela de Penélope
En definitiva, un cargo con un título con cierta nobleza, pero en realidad blindado y dependiente de Iglesias: el secretario general no quiere ceder demasiada autonomía a Garzón, quien ha luchado para hacerse con un ministerio, pero de una manera que muchos en la cúpula de Podemos cuestionan.
A lo largo de las últimas semanas, como desveló Vozpópuli, miembros de la marca catalana de Podemos (los Comunes) se han encargado de hablar con ERC a petición de Sánchez. En el partido morado consideran que Junqueras, Rufián y hasta Roger Torrent están a favor de apoyar la investidura. Pero saben que otros sectores, por ejemplo el de Marta Vilalta, temen el efecto Carles Puigdemont e intentan sacar más tajada (tal vez demasiado) del acuerdo con el PSOE.
El expresident de la Generalitat afirmó el pasado lunes que lo más adecuado es convocar las autonómicas catalanas a finales de 2021. Pero muchos en Podemos creen que es un farol. El temor es que Quim Torra sorprenda y convoque las urnas en el próximo marzo. De ser así, muchos saben que también el gobierno de Sánchez e Iglesias peligraría. Los Comunes de Ada Colau ya están activados. “Todo pende de un hilo”, repiten en el PSOE, que se llama ERC. Sánchez e Iglesias esperan que no se conviertan en una tela de Penélope.
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