Pedro Sánchez es consciente de que Pablo Iglesias va a ser un "duro competidor" a efectos de imagen y quiere para este nuevo tiempo ministros socialistas "muy políticos", no técnicos, preparados y dispuestos a dar la cara frente al secretario general de Unidas Podemos y los suyos. Por eso, en conversaciones con colaboradores y cargos de confianza en el PSOE -también algún barón-, el presidente en funciones ha sondeado opiniones y "nombres", admiten a Vozpópuli fuentes socialistas.
Para el Gobierno bonito que formó hace año y medio, con el viento de la opinión pública a favor tras la moción de censura a Mariano Rajoy, el líder socialista se pudo permitir aupar al Consejo de Ministros a un Pedro Duque o a un Máxim Huerta que no sabían nada de política. Huerta duró un mes por su implicación en un fraude a Hacienda, pero el ministro de Ciencia y Tecnología, quien sobrevivió a otro episodio similar, es citado por muchos socialistas como "el ejemplo de un técnico excelente que no sabe nada de política".
En teoría, con semejante cartel Duque tendría muchos puntos para salir del gabinete, pero algunas fuentes socialistas insisten en no darlo por seguro porque Pedro Sánchez no estaría dispuesto a prescindir de la potente imagen científica que transmite el astronauta alicantino en un Gobierno que pretende volcar en la transición de España hacia la economía digital y descarbonizada:
España puede dar en la próxima década un salto cualitativo en sus dimensiones socioeconómicas liderando la transformación digital de la economía, la transición ecológica y la igualdad de género. Ya hemos dado pasos firmes y se dan condiciones para seguir avanzando. #EFBsummit2019 pic.twitter.com/EJogK9JqEt
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) November 20, 2019
De lo poco que ha trascendido sobre sus futuras decisiones, solo hay dos claras. Primero, que la actual ministra de Economía, Nadia Calviño, será ascendida a vicepresidenta, en un intento nada disimulado de tranquilizar a la UE y a los empresarios frente a "veleidades intervencionistas" o al aumento desaforado de gasto que pueda apadrinar Iglesias desde su vicepresidencia social. Será ella quien presidirá la Comisión Delegada de Asuntos Económicos con todos los ministros del área, incluidos los morados.
Segunda decisión: que la actual vicepresidenta, Carmen Calvo, siga es tan importante o más que la anterior para la estrategia que pretende Pedro Sánchez. Lo sustituye cuando se encuentra fuera de España, y no son pocos los viernes de cumbre europea al año o de desplazamientos internacionales en que preside el Consejo de Ministros, y coordina la todopoderosa Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios de los miércoles, donde se decide el orden del día del Consejo de Ministros semanal.
¿Quién será portavoz?
A la espera de ver si retiene alguna competencia de Igualdad o se las lleva todas a su Ministerio Irene Montero, otra de las claves es saber quién ejercerá de portavoz tras el paso por esa cartera de Isabel Celaá. Aunque la número dos quiere, es dudoso que Pablo Iglesias acepte esa victoria de Calvo, a quien en Podemos consideran su íntima enemiga por el papel que ha desempeñado en las negociaciones de la coalición.
No estuvo en la firma del preacuerdo relámpago que muñieron a sus espaldas tras el 10-N el director del gabinete del presidente, Iván Redondo, y el propio Iglesias; algo que molestó mucho a la vicepresidenta, a la cual ambos preferían ver fuera de La Moncloa, como se especuló en algunas informaciones posteriores a ese acto de rúbrica del texto en el Congreso.
La decisión de confiar a la ministra de Defensa la cartera de Exteriores tras la marcha de Borrell es interpretada en el PSOE como una señal de su continuidad en el gabinete
Hay una tercera decisión atribuida a Sánchez, que La Moncloa no niega, y es que la actual ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, va a seguir en el cargo. De lo demás, no existe la más mínima pista ni ganas del líder socialista por darla. Si acaso la inercia periodística de dar por seguro que el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, va a seguir en el Gobierno, aunque está por ver que sea como ministro de Fomento.
Eso, y la intuición en las federaciones y entre los altos cargos socialistas de que la titular de Defensa, Margarita Robles, seguirá en el próximo gabinete porque Sánchez le ha encomendado también asumir las funciones del Ministerio de Exteriores tras la marcha este viernes de Josep Borrell para ser Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE.
A partir de esos datos, mucha especulación y quinielas, que van desde la la vuelta del líder de la oposición en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, al Ministerio de Educación -ya ocupó esa cartera en el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- hasta la 'sorpresa' de que la exalcaldesa de Madrid y exjueza, Manuela Carmena, sea ministra de Justicia en sustitución de Dolores Delgado; pasando también por el posible nombramiento del portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y exseleccionador de Baloncesto, Pepu Hernández, como próximo secretario de Estado para el Deporte.
El PSC presiona a Sánchez para que además de los presidentes de Congreso y Senado, Batet y Cruz, haya un ministro/a socialista catalán en el próximo Gobierno
El PSC es capítulo aparte. Los socialistas catalanes tienen la cuota de los presidentes del Congreso, Meritxell Batet, y Senado, Manuel Cruz, pero, aún así, Miquel Iceta y los suyos están presionando para que haya un ministro socialista catalán en la foto del próximo Gobierno, según han reconocido a este periódico fuentes del PSC y de La Moncloa.
Considera Iceta que su papel en la etapa política que se va a abrir en España, con un Ejecutivo puramente de izquierdas por primera vez en 80 años, apoyado por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), necesita del perfil y el talante "federalista" que históricamente han representado los socialistas catalanes en la gobernabilidad de España; máxime cuando este martes, en vísperas de la primera reunión negociadora entre Adriana Lastra y Gabriel Rufián, Carmen Calvo ha ofrecido una "reforma del artículo VIII de la Constitución para el encaje de Cataluña en España.
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