"Espero que la próxima Nochebuena los españoles puedan cenar con un Gobierno", decía este jueves Pablo Iglesias, horas antes de la trascendental cita en el Congreso de las delegaciones del PSOE y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), encabezadas por Adriana Lastra y Gabriel Rufián para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez.
Por él y por el presidente en funciones no va a quedar. Quieren que los Presupuestos Generales del Estado 2020 estén "operativos" en marzo, tras dos meses de trámite parlamentario, y en las conversaciones que socialistas y morados mantienen con los republicanos independentistas se lo han dejado claro: si ERC no se abstiene el 19 de diciembre para que Sánchez sea elegido presidente, la parálisis económica -también de nuevos proyectos públicos y privados- no cesará hasta abril; como mínimo.
En ese caso, las cuentas públicas llamadas a sustituir las de Cristóbal Montoro (2017) no estarían aprobadas antes de abril o mayo; y eso, dicen fuentes socialistas, "si llegan a ser aprobadas" porque, barruntan, cualquier investidura en enero ya estará 'contaminada' por la precampaña electoral en Cataluña y País Vasco.
Deterioro de las cuentas públicas
La formación que dirige el encarcelado Oriol Junqueras tendrá aún más difícil dentro de dos meses hacerse esa fotografía con el Gobierno de España, presionado como está ya por la coalición JuntsxCat de Carles Puigdemont y Quim Torra, y en la calle por las CUP y los Comités de Defensa de la República (CDR).
Y se volvería a una situación de bloqueo presupuestario protagonizado por el mismo actor político, ERC, que provocó la pasada primavera el adelanto de las elecciones generales al 28 de abril.
Para entonces habría, previsiblemente, un empeoramiento de las variables económicas superior a lo advertido hace una semana por el Comisario Europeo de Economía, Pierre Moscovici, que obliga, si los presupuestos se tramitaran hoy, a un recorte de 9.600 millones en 2020. En ese caso es más que probable la tensión entre los dos socios principales del Gobierno, Sánchez e Iglesias, a cuenta de las promesas de aumento del gasto social.
En primavera estaremos en precampaña en Cataluña o en el País Vasco, y el apoyo de ERC y el PNV a la investidura y/o al nuevo presupuesto se tornará más difícil
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, parece decidido a esperar la casación en el Tribunal Supremo y no adelantar las elecciones a primavera tras su previsible inhabilitación. Si eso se confirma, será el lehendakari, Íñigo Urkullu, quien disuelva el Parlamento vasco en unos meses porque no quiere ver sus reelección 'contaminada' por la crisis catalana, admiten fuentes peneuvistas.
Además, hay que tener en cuenta, añaden las fuentes consultadas, que en enero la nueva Comisión Europea presidida por la alemana Úrsula Von der Leyen empieza a recibir a los ministros para preparar planes de inversión en cada país.
"Y no es lo mismo que un ministro acuda en funciones a proponer algo en Bruselas sin saber si va a seguir ahí en tres meses, que si lo haces con un mandato de inicio de legislatura por delante", concluye una de las fuentes consultadas.
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