6 de noviembre de 2022. Los pasajeros de vuelos con origen en España, a diferencia de lo que ocurría en otros países, estaban obligados a seguir llevando mascarilla a bordo durante los viajes. Una medida polémica, por las restricciones que seguía imponiendo el Gobierno, que estuvo vigente hasta el 7 de febrero de 2023. Pero el tercer capítulo de la 'docuserie' sobre Pedro Sánchez, 'Moncloa, cuatro estaciones', desvela que no todos los españoles cumplían las normas. Y es que a la 'factoría Moncloa' se les ha colado una imagen de Sánchez, la vicepresidenta Teresa Ribera y dos de sus colaboradores, dentro el avión, sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad. Haciendo caso omiso, así, a la normativa que ellos mismos redactaron.
La escena forma parte del viaje que el presidente y la vicepresidenta tercera realizaron a Egipto para participar en la cumbre del clima. Inicialmente, aparecen todos con la mascarilla puesta, guardando la distancia de seguridad, y acto seguido ya están sentados de lado y uno frente al otro, sin mascarilla, y hablando casi al oído. Todo lo que según el Ministerio de Sanidad, que por aquel entonces dirigía Carolina Darias, no se podía ni se debía hacer. Cabe recordar, además, que unas semanas antes Sánchez dio positivo en Covid. Fue tras volver de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a finales de septiembre, cuando el presidente enfermó. Se vio obligado a suspender su agenda durante más de una semana.
El tercer capítulo de la serie 'Moncloa, cuatro estaciones', el penúltimo que emite la página web de El País para sus suscriptores premium, muestra a un Sánchez más cercano con los ciudadanos. Enseñándoles en persona el Palacio de la Moncloa en el marco de 'Moncloa Abierta'. Con los consiguientes besos y abrazos de los españoles que se sintieron afortunados de compartir un rato con el presidente. En esta ocasión también se da protagonismo a Begoña Gómez, su esposa, que se sienta frente a las cámaras para hablar de lo que supone residir en el complejo presidencial. Una residencia a la que las dos hijas del matrimonio, según desvela Sánchez, no querían irse a vivir. "Tuve una negociación con ellas", explica. Y confirma que las convenció con la piscina privada que dispone el complejo.
Desinformación en la 'docuserie'
Todo documental hecho a medida no persigue otro objetivo que mostrar el lado más humano y simpático del protagonista. Aunque muchas veces carezca de ambas cosas. Y para ello se utilizan todo tipo de artes e incluso medias verdades. Pero el problema es cuando, directamente, se usan mentiras. Y cuando una parte de los espectadores a los que va dirigidos ese documental, son esa parte a la que se dicen facilitar las cosas. Es lo que ocurre en el tercer capítulo de la ‘docuserie’ de Pedro Sánchez. Justo cuando aparecen Francesc Vallès y Carmen Pérez, dos de los máximos responsables de la secretaría de Estado de Comunicación, afirmando que su labor “es facilitar el trabajo a los medios”. Un claro ejercicio de desinformación por parte de altos cargos del Ejecutivo. Pues lamentablemente, desde hace dos años, la realidad está muy alejada de eso.
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