La orden es sencilla: que la sangre no llegue al río. En la semana más vertiginosa del Gobierno rojo-morado, Pedro Sánchez le ha asegurado a Pablo Iglesias que (al menos de momento) pedirá a Carmen Calvo bajar la intensidad de su crítica a Irene Montero. Quiere volver al espíritu de enero, en el que las dos formaciones llegaron a pactar una “estrategia conjunta de medios”. Por ello, el jueves dio vía libre a Podemos para que se sume a la iniciativa de ERC que pretende investigar las “presuntas ilegalidades” de Juan Carlos I, aunque el PSOE no la secunde.
Como informaba Vozpópuli, a lo largo de esta semana el armisticio mediático firmado hace tan solo un mes saltó por los aires tras una batería de filtraciones de ambos lados del Ejecutivo. Ahora, después de una conversación distendida entre el propio Sánchez e Iglesias, tal y como ha podido saber Vozpópuli, los dos líderes se han prometido respeto y concordia. Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Ejecutivo, bajará la intensidad de su crítica, al menos hasta la celebración del 8 de marzo. “Seguir así en la semana del Día de la Mujer era impopular”, comentan en el PSOE. Mientras, Podemos volverá a su cauce.
Paradójicamente, quien paga el precio de esa vuelta a la casi-normalidad es el rey emérito Juan Carlos I. ERC y el partido de Íñigo Errejón han impulsado una comisión de investigación sobre las supuestas donaciones que Juan Carlos I habría hecho a Corinna zu Sayn-Wittgenstein desde una cuenta en Suiza vinculada a una fundación panameña. Y Podemos no puede permitirse apartarse de esa iniciativa.
Aun admitiendo las “discrepancias” con el PSOE, que se ha manifestado en contra de la comisión porque considera que el poder legislativo no puede investigar a la Jefatura del Estado, Podemos sí ha querido respaldarla. Los morados sostienen que en ese ámbito existe una “diferencia política” con los socialistas, pero dicen que no están dispuestos a renunciar a su postura ahora que comparten sillones en el Consejo de Ministros. “Sánchez lo sabe y lo respeta”, comentan fuentes de Podemos, que aseguran que la decisión de sumarse a esta comisión fue pactada previamente con el presidente del Gobierno.
“El relato lo es todo”
La comisión sobre el pasado del Rey Emérito tiene pocas posibilidades de salir adelante. Sin embargo, en Podemos, partido que cogobierna con Sánchez, no se rinden: "Vamos a trabajar en el Congreso hablando con los demás grupos parlamentarios para tratar de incluir una comisión de investigación que pueda llegar hasta el final de este asunto y que pueda disipar las dudas e investigar a qué se ha dedicado el rey emérito durante los años que fue jefe del Estado", escribió el portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique.
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Después del escrache a Iglesias en la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense, Podemos no quiere suavizar su mensaje. Iglesias se mostró incómodo ante las acusaciones de “traidor” en la facultad que le vio nacer políticamente. Había acudido emocionado al encuentro para lanzar un mensaje de gran calado sobre el futuro de la UE. Ante él estaba la plana mayor del rectorado de la Complutense, y a su lado el exvicepresidente del Gobierno de Evo Morales, Álvaro García Linera. Pero todo pasó desapercibido por los abucheos. Ahora, los morados han concluido que no pueden perder el pulso de esa “desobediencia” que les proyectó al poder.
Entre la retórica maximalista y la práctica más moderada (si no “reformista”, como llegó a decir el propio Iglesias en la Complutense), Podemos tiene la suerte de que Sánchez les entiende y les justifica: aunque sea para atacar la monarquía. El socialista cede parte del terreno de juego a Podemos, a pacto de que Iglesias se mantenga fiel al Ejecutivo. Agarrado a su pragmatismo, Sánchez desiste de luchar por el relato. Aunque en Podemos sonríen: “El relato lo es todo en política”.
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