Todos los perfiles del Gobierno en las redes sociales se han volcado este jueves difundir y apoyar la candidatura de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a la presidencia del Eurogrupo. ¿Todos? A la coreografía comunicativa tan habitual desde que el tándem Pedro Sánchez-Iván Redondo se instaló en La Moncloa le ha faltado la pata de su socio de coalición Unidas Podemos, que ha silenciado el importante paso de Calviño en sus perfiles.
La paradoja es que la candidatura de Calviño ha sido respaldada públicamente por destacados dirigentes del PP y Ciudadanos tanto en España como en el Parlamento europeo. Sánchez ha ido marginando progresivamente a Pablo Iglesias de la parte nuclear de las decisiones que afectan al Gobierno, y en especial las que tienen que ver con la negociación del rescate europeo.
PSOE, PP y Ciudadanos han establecido canales de comunicación cada vez más fluidos no solo en España, sino también en Europa. Y Unidas Podemos no está en ninguno de ellos. Fuentes parlamentarias explican a Vozpópuli que los eurodiputados morados van cada uno por su lado -anticapitalistas, pablistas, mareas- y que apenas hay comunicación entre ellos y el PSOE.
Aislamiento en Bruselas
Esas discrepancias se han traducido en disparidad de voto en resoluciones de la Eurocámara relativas a los fondos de reconstrucción y mutualización de la deuda al inicio de la emergencia sanitaria del coronavirus. Solo Vox ha ido más por libre, siempre o casi siempre en contra de las posiciones que ha defendido el Gobierno ante sus socios.
En España, fuentes de populares y Ciudadanos señalan que Iglesias y Podemos no están en las negociaciones importantes. Y que esa dinámica se mantiene desde la crisis. "Todo lo llevan Sánchez y el equipo de Redondo y Félix Bolaños", explican. "Supongo que les informarán luego, pero les tienen fuera de la mesa de los mayores", añaden.
Esta marginación, dicen, ha tenido como prueba más evidente las propuestas de resolución presentadas conjuntamente por el Grupo Socialista y Unidas Podemos en la Comisión de la Reconstrucción en el Congreso. Ni una sola de las principales reivindicaciones moradas, algunas de ellas recogidas en el pacto de investidura, están en ese documento.
No está el famoso impuesto a los ricos, que Iglesias vendió primero como una iniciativa de Gobierno y después como una negociación de la comisión en el Congreso. De momento, ni lo uno, ni lo otro. Tampoco hay una referencia expresa a la derogación íntegra de la reforma laboral, caballo de batalla de Iglesias y uno de los principales incendios que afrontó Sánchez por su pacto con EH Bildu durante las negociaciones del estado de alarma.
Fuentes parlamentarias señalan que el borrador parece más pensado para contentar al PP y a Ciudadanos que a Podemos. Y el objetivo es lanzar un mensaje de consenso a las instituciones europeas en vísperas de los consejos europeos de julio, que decidirán el reparto del fondo de rescate de 750.000 millones de euros. La condicionalidad de esos préstamos, dicen estas fuentes, pone en cuestión el contenido del acuerdo de investidura.
Acuerdos con PP y Ciudadanos
El Gobierno ha conseguido sacar adelante el decreto de nueva normalidad con PP y Ciudadanos. Y la comunicación con los populares lleva semanas funcionando, tal y como informó este diario. Las prioridades han dado un giro de 180 grados por la crisis de la covid-19. La independencia de Cataluña está fuera de la agenda de Sánchez, y Podemos lleva semanas uniendo sus votos a los de Ciudadanos, y ahora PP para sacar adelante las medidas más importantes de la emergencia sanitaria.
En Podemos, por su parte, sacan pecho del Ingreso Mínimo Vital, que sin embargo ha monopolizado prácticamente el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá. Y en la negociación para la prolongación de los ERTE, Escrivá ha flanqueado en todo momento a la ministra de Empleo, Yolanda Díaz (Podemos), en las negociaciones con sindicatos y patronal. La desvinculación de los ERTE y su prolongación más allá del estado de alarma fue una de las principales reivindicaciones del centro derecha desde el inicio de la crisis.
La relación de Sánchez e Iglesias es, según siempre defiende Podemos, es inmejorable. Y Podemos sostiene que su presencia en la coalición es una garantía de que el PSOE no se echa en manos de la derecha o pierde el carácter de izquierdas. Pero la sensación en todos los círculos parlamentarios, más allá de la defensa que Sánchez siempre ha hecho de su Gobierno con Iglesias y las alabanzas de Redondo, es que el PSOE ha arrinconado a Podemos hacia un determinado perfil de leyes: infancia, o sí es si. Mientras el núcleo de la crisis lo gestionan socialistas, liberales y conservadores.
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