Quim Torra lucía en el pecho el lacito amarillo. Llegó al tanatorio de Les Corts, en Barcelona, casi al tiempo que Pedro Sánchez. Apenas se saludaron. Sánchez, acompañado del ministro de Cultura, José Guirado, le contemplaba de hito en hito, sin intentar la aproximación. Torra, junto a su consejera de Cultura, Laura Borràs, parecía más obsequioso, quizás pendiente de alguna indicación para hablar más tarde. No se produjo el encuentro. Tan sólo un breve y escueto intercambio de palabras a la espera de que llegara el féretro.
Era la primera vez que ambos dirigentes se encontraban tras su amigable paseo por los jardines de la Moncloa. Torra lanzó el pasado lunes un ultimátum a Sánchez en el que le fijaba un mes de plazo para dar un paso decidido en favor del referéndum de autodeterminación. El Gobierno respondió con un escueto 'no aceptamos chantajes'. El 'president' insistió en su postura, a través de una misiva más suave y casi aséptica, sin hacer hincapié en la fecha. Un paso en falso del 'president', según comentario generalizado entre la clase política.
Saludos muy incómodos
La frialdad entre ambos sobrevoló durante la ceremonia. Sánchez conversaba con la Reina, sin apenas mirar a Torra, quien se encontraba a su derecha en el primer banco del pequeño oratorio. El 'president' se mostraba rígido e incómodo, según una persona presente en la capilla. Sánchez no le dirigía la palabra y Torra evitaba girarse hacia Guirao, el titular de Cultura, quien hacía breves comentarios con Pablo Casado. "No era lugar para charlas", comenta una fuente de Moncloa.
El funeral por Montserrat Caballé reunió a la reina doña Sofía, a los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, a diversos políticos y gente del mundo de la cultura. Casado llegó de los primeros, junto a Xavier García Albiol y Dolors Montserat. Gran parte de la cúpula nacional de los populares celebraba su ejecutiva regional en Barcelona. Fue la comitiva más nutrida.
En los pasillos del tanatorio, Casado conversó con algunos dirigentes del PSC, como Miquel Iceta, al que deseó suerte. También asistieron Inés Arrimadas y Juan Carlos Girauta, por Ciudadanos. En la sala de vela, Sánchez y Torra coincidieron al darle el pésame a la familia. También se encontraba la alcaldesa Ada Colau, el presidente del Parlament, Roger Torrent y la delegada del Gobierno Teresa Cunillera.
Concluida la ceremonia, doña Sofía abandonó el lugar entre los aplausos de algunos curiosos que se encontraban en la puerta. Sánchez enfiló la puerta de salida junto al ministro y a la delegada del Gobierno sin aguardar a Torra, quien abandonó el lugar a continuación. No hubo más palabras ni amago de concretar algún encuentro posterior.
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