La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha cumplido un año sin presidente. La urgencia del Gobierno por renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y otras instituciones como el Defensor del Pueblo contrasta con la parálisis de este organismo público, que sigue descabezado desde la dimisión de Vicente Fernández por presuntas irregularidades en la adjudicación de la mina de Aznalcóllar (Sevilla).
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, espera el archivo del caso para recuperar a Fernández, un alto cargo de confianza durante su etapa como consejera en la Junta de Andalucía. Mientras tanto, el vicepresidente de la SEPI, Bartolomé Lora, ejerce las labores de presidencia. Lora es un veterano de la sociedad vinculado al PP. La interinidad de la SEPI, sin embargo, no ha impedido al Gobierno convertir el holding público en la mayor puerta giratoria del PSOE.
Los nombramientos de ex altos cargos del partido en los consejos de administración de las empresas de la SEPI se mantienen a un ritmo vertiginoso. Se trata generalmente de personas sin experiencia profesional alguna en el sector para el que van a trabajar. Sus remuneraciones están siempre en las seis cifras.
Hereu, de los últimos nombramientos
En las últimas dos semanas, el Gobierno ha nombrado al exalcalde de Barcelona Jordi Hereu como presidente de Hispasat. Los exsenadores socialistas en la Región de Murcia Joaquín López y Susana Hernández han sido designados como nuevos presidentes de las empresas públicas SAES (Sociedad Anónima de Electrónica Submarina) y de Sainsel Sistemas Navales, ambas filiales de Navantia. Son las últimas colocaciones de una polémica lista que incluye Correos, Red Eléctrica (participada por la SEPI) o la Agencia EFE, entre otras muchas.
La situación por la que atraviesa la SEPI ha encendido las alarmas en algunos sectores del PSOE. Fuentes socialistas consultadas por Vozpópuli aseguran que ni siquiera el PP con mayoría absoluta se atrevió a tanto y lamentan la pérdida de una oportunidad histórica en un momento tan delicado para la economía española por la pandemia del coronavirus.
"Las empresas de la SEPI deberían jugar un papel relevante en la canalización de los fondos de recuperación de la Unión Europea", dicen estas fuentes. "Pero lamentablemente están ocupados en otras cosas".
La SEPI es heredera de dos instituciones (TENEO y SEPPA) que dependían del Ministerio de Industria y el Ministerio de Hacienda, respectivamente. La unificación de ambas dejó a la Sociedad bajo el paraguas Hacienda. La ejecutiva del PSOE elaboró un documento sobre el futuro de la SEPI tras la investidura de Pedro Sánchez y una vez conocido el acuerdo de coalición con Unidas Podemos.
Presidencia se lava las manos
El documento, al que ha tenido acceso este diario, proponía nombrar un nuevo equipo directivo "con experiencia en el sector industrial" para "reposicionar a la SEPI como referente industrial de nuevos negocios en la nueva etapa". "La SEPI puede ser el instrumento potenciador de un nuevo despegue industrial de nuestro país", recogía el documento. "Eso sí, siempre y cuando deje de ser un espectador para pasar a ser un agente activo. Y ello solo podrá ser si existe una voluntad política respaldada en la Presidencia del Gobierno".
La realidad, dicen estas fuentes, es que la voluntad de la Presidencia ha sido convertir la SEPI en un cementerio del socialismo del que apenas se escucha nada más que la palabra "colocación". También lamentan especialmente la continuidad de Lora, al que los expertos del PSOE en el sector consideran un "enemigo" de la empresa pública.
El vicepresidente del holding, con más de tres décadas de experiencia en el mismo (ocupando además cargos como miembro del Consejo de Administración de Enagás o vicepresidente de Fraternidad-Muprespa), se mueve con destreza entre los despachos. Lora ha contado con el apoyo cuasi unánime de las empresas públicas durante el año que lleva ejerciendo de presidente.
Una SEPI del PSOE
Con un documento sobre el futuro de la SEPI que hace aguas, los nombres relacionados con el PSOE aparecen tanto en la rama de consejeros como en la dirección de las compañías que forman parte de la sociedad. Sonado (y polémico) fue el fichaje del exministro socialista de Industria José Montilla y el exministro de Fomento José Blanco como consejeros independientes de Enagás a comienzos del verano, pero fue la muestra de un botón cuyo alcance cala en todas las empresas de la SEPI.
Así las cosas, al frente de grupo Mercasa (dedicado a la distribución alimentaria) se encuentra José Ramón Sempere Vera, exedil socialista en Alicante; SEPI Desarrollo Empresarial (Sepides) está presidida por Antonio Miguel Cervera Guerrero, quien fuera director general de Patrimonio de Montero en la Junta de Andalucía; al frente de Enusa, relacionada con el sector nuclear, se encuentra un filósofo afiliado al PSOE y cercano a Ábalos, José Vicente Berlanga; en la Agencia EFE, como director gerente fue nombrado Enrique Cervera, vinculado al PSOE andaluz, que ha sido asesor de Manuel Chaves y de Susana Díaz; y Cetarsa está dirigida por Juan Andrés Tovar Mena, un histórico del socialismo extremeño.
Otro de los 'fichajes' más destacados fue el de Juan Manuel Serrano, exjefe de gabinete de Pedro Sánchez, como presidente de Correos, cargo por el que se embolsa unos 200.000 euros anuales. En estos dos años en el cargo, Serrano se ha topado con el fuerte rechazo de los sindicatos presentes en la compañía, que le acusan de querer "desmantelar" la empresa pública poniendo el foco en el negocio.
Este último forma parte de los nombramientos protagonizados por el Gobierno socialista tras la moción de censura de 2018 en empresas públicas, utilizadas por cada Ejecutivo como lugar en el que colocar a amigos y colaboradores. De este modo, en Red Eléctrica se encuentra Beatriz Corredor, exministra de Vivienda, que fue nombrada tras la dimisión de Jordi Sevilla; la presidencia de Aena la ocupa Maurici Lucena, exportavoz del PSC en el Parlament; y Renfe la dirige Isaías Taboas, que ha desempeñado cargos en el Gobierno de Zapatero, como secretario de Estado de Transportes, y con Montilla, como secretario general de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña.
En el interior de la SEPI causa incredulidad que, un año más tarde de la dimisión de Fernández como presidente del holding, Montero no haya mostrado su intención de ofrecer otro nombre para el cargo. Todos dan por hecho que espera el archivo de la causa mientras prepara el retorno de uno de sus hombres de confianza.
Encargados del rescate
En plena crisis del coronavirus, el papel de la SEPI va a resultar determinante. No en vano, de ella depende el fondo de 10.000 millones de euros aprobado por el Gobierno rescatar a empresas "estratégicas" afectadas por la pandemia. Con estos rescates, el Estado entrará de forma transitoria en el capital de compañías privadas con la compra de acciones, deuda o cualquier otro instrumento convertible en capital.
"Nuestro objetivo, tras el encargo que hemos recibido del Gobierno para poner en marcha el Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, va a consistir, pues, en amortiguar en lo posible las graves secuelas que puede dejar una recesión tan severa como la que sufrimos, cuyos daños en el tejido productivo aún es pronto para dimensionar, pero va a llevarnos a volcar todo nuestro esfuerzo en que no sean duraderos", explicaba Lora en el informe anual de la sociedad, publicado en julio.
En 2019, y según los datos hechos públicos en dicho informe, el holding registró unas pérdidas de 237 millones de euros, similar al año anterior, afectadas por "provisiones extraordinarias", mientras que la cifra de negocio superó los 5.000 millones de euros, casi un 11% por encima de la cifra de 2018. El grueso de esta facturación lo absorbieron Correos (45%) y Navantia (25%), aunque también destacan Tragsa (17%) y Enusa (7%). A cierre de ejercicio, las exportaciones alcanzaron los 938 millones, un 50% más que el ejercicio anterior.
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