Pedro Sánchez estudia hacer una concesión para saciar las exigencias de Podemos de cara a los Presupuestos de 2021. Olvidada por ambos actores la tasa covid a los ricos y la subida de impuestos para sociedades, como desveló Vozpópuli, el PSOE contempla hacer un “gesto” para tranquilizar a Pablo Iglesias. La Moncloa no descarta permitir una subida puntual del tramo más alto del IRPF como maniobra para blindarse el apoyo de los aliados de la coalición, en un encaje que puede contar también con Ciudadanos. Este puede ser el as en la manga que Sánchez utilice si Iglesias se enroca en sus peticiones.
La duda que persiste entre los técnicos del equipo de Sánchez atañe a si crear un nuevo tramo del IRPF, o subir directamente la parte estatal a todos los que cobren más de 60.000 euros. El pacto firmado en diciembre entre PSOE y Podemos contemplaba, en su punto 10.2, que “se incrementan dos puntos los tipos impositivos sobre la base general para los contribuyentes que tengan rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos para la parte que exceda de 300.000 euros”.
De tal manera que, según las fuentes consultadas, lo más probable es que Sánchez pueda ofrecer crear un nuevo tramo de IRPF para las rentas más altas y que tenga un porcentaje impositivo mayor del actual (entre un 2% y un 4% más). Actualmente, los que ganan más de 60.000 euros tributan un 45% de su sueldo, que se divide entre aportación al Estado y a la comunidad autónoma.
En opinión de las fuentes del Gobierno consultadas, este incremento del IRPF sería en realidad residual. La medida aportará a las arcas públicas “pocos centenares de millones de euros”, sostienen. Pero reconocen que así Podemos podrá presumir de haber incluido una medida que afectará a los más adinerados y de evidente impacto electoral. Y que a la vez corregirá un reparto considerado anómalo a nivel europeo.
Objetivo: seguir en el Gobierno
Iglesias ha anunciado públicamente que pretende salvaguardar el “espíritu” del acuerdo del abrazo de diciembre. Y también que su prioridad, tras esfumarse la reforma fiscal, la laboral y las de las pensiones, es que por lo menos haya una “revisión de la fiscalidad en un sentido progresista y redistributivo”. Sin esa medida, la dirección de Podemos teme que su apoyo a los Presupuestos salga demasiado caro.
La prioridad de Iglesias y los suyos es, como adelantó este diario, permanecer en el Ejecutivo. Pero necesita argumentos para evitar que internamente y a su izquierda surja un movimiento crítico (existen empujones por parte de los anticapitalitas). Esa razón política, que consiste en alcanzar una meta para justificar el apoyo a unas cuentas en las que puede contar con la firma de los liberales de Ciudadanos, que Podemos considera a su antípoda ideológica, podría hallarse en esa subida del IRPF a los más ricos.
En diciembre, el plan de Iglesias era subir un 4% el porcentaje de las rentas de más de 140.000 euros. Ahora quedará por ver si en las negociaciones entre María Jesús Montero (PSOE) y Nacho Álvarez (Podemos) se vuelve a poner sobre la mesa ese porcentaje o se corrige la horquilla. Y si Podemos considera la medida suficiente.
"Algunas figuras que tienen problemas"
En realidad, al no tocar los impuestos de sociedades, el grueso de los contribuyentes que ganen más de 130.000 o 140.000 euros no se verá afectado por esa iniciativa. En muchos casos, en efecto, suelen crear o tener empresas y sociedades para sortear la imposición fiscal (tributando alrededor del 20%, en lugar del 40%). No obstante, señalan las fuentes consultadas, los empleados con sueldos que cobren cifras semejantes (“directores financieros de grandes empresas o de hoteles…”, comentan de ejemplo) verían subir su aportación a las arcas públicas.
La ministra de Hacienda María Jesús Montero hizo suyo el pasado jueves en la rueda de prensa tras el encuentro de Sánchez con Gabriel Rufián el concepto esgrimido por Iglesias de “progresividad fiscal”. Y lo detalló en “dar mayor rendimiento a algunas figuras que tienen problemas para dar una recaudación justa”. Estas palabras de Montero, aunque de manera indirecta, concuerdan con las voces que desde el Gobierno de Sánchez apuntan a una subida de un tramo de IRPF.
Más en general, sin embargo, la ministra aclaró que para abordar una reforma completa de la fiscalidad en España hará falta esperar. Al menos un año. "Desarrollaremos a lo largo de la legislatura la agenda fiscal acordada, pero hablamos del Presupuesto de 2021. La legislatura dura cuatro años. Tenemos que ser capaces de adaptar esa fiscalidad también a la capacidad de acompañar el momento económico", concluyó.
La negociación entre el PSOE y Podemos ha arrancado esta semana. Los intermediarios se dan hasta finales de mes (cuando caduca el término legal para llevar el borrador a las Cortes) para redactar el documento. Podemos insiste en buscar apoyos sin contar con Ciudadanos y en abordar medidas de gasto social y retoques fiscales. Descartada una reforma estructural, la carta que los socialistas planean jugar en la mesa con Iglesias para zanjar el asunto es la creación de un nuevo tramo de IRPF.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación