Pedro Sánchez ofreció señales este lunes de distanciarse de la versión más dura que ofreció en su declaración el pasado sábado en La Moncloa, cuando dio un plazo de ocho días al presidente venezolano, Nicolás Maduro, para convocar elecciones libres o, si no, España reconocerá a Juan Guaidó, con Alemania, Francia, Portugal y Reino Unido. "No es un ultimátum", señala un portavoz gubernamental para distanciarse de la imagen injerencista que Maduro atribuyó posteriormente a Sánchez.
"El presidente del Gobierno lo dijo por activa y por pasiva: no ponemos ni quitamos presidentes, no queremos decidir el presidente de Venezuela. Los ocho días no es ultimátum, es petición de convocar elecciones porque hay tres millones de desplazados. No reconocemos las elecciones que ganó Maduro, pero no vamos a estar en el camino de la injerencia", se insiste ahora.
Tras las duras críticas del presidente venezolano, que le reta a "convocar elecciones en España" si quiere urnas y le sitúa "en el trasero de Donald Trump", el líder socialista va a aprovechar su visita a la históricamente "neutral" México, este miércoles, para virar discretamente y evitar que esta crisis internacional le pase factura entre los de izquierda votantes. De hecho, este fin de semana le negaba esa condición izquierdista al régimen bolivariano:
Tenemos una oposición sin escrúpulos que utiliza el sufrimiento del pueblo venezolano para atacar al Gobierno. La izquierda nada tiene que ver con Maduro. La izquierda es todo lo opuesto a Maduro.
Junto a Europa defenderemos elecciones justas, libres y democráticas en Venezuela. pic.twitter.com/hgrKXTNA7X
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 27, 2019
Sánchez quiere aprovechar "la posibilidad de hacer cosas conjuntamente" con México, dada la filiación progresista que comparte con su nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que éste no haya reconocido a Juan Guaidó como sí está a punto de hacer él. "No estamos tan alejados, en posiciones tan dispares", recalcan las fuentes consultadas.
En este sentido, va a ofrecer tanto a López Obrador como al presidente de la República Dominicana -país que visita antes- Danilo Medina, participar en el grupo de contacto que ha propuesto la UE entre países europeos y de la región para promover el diálogo entre Gobierno y oposición venezolanos. De las conversaciones de Sánchez con Medina y, sobre todo, con su homólogo mejicano, pueden surgir "iniciativas constructivas, que involucren a la región y que se hagan en beneficio del pueblo de Venezuela", recalcan fuentes gubernamentales.
Este domingo, Sánchez ya habló por teléfono con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que ha reconocidó a Guaidó, para "coordinarse en la respuesta" a la crisis venezolana, según fuentes del Gobierno canadiense.
La seguridad de 170.000 españoles
El ministro de Asuntos Exteriores, José Borrell no quiso este lunes ahondar en más explicaciones porque está pendiente de la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE este jueves en Budapest. Su departamento está muy pendiente de la situación de los españoles residentes en el país caribeño.
Borrell reveló que "ya no son 200.000" porque muchos españoles han salido junto con la "avalancha" de personas que han huido a países limítrofes, por lo que el Ministerio calcula que, en estos momentos, son entre 160.000 y 170.000 los españoles que viven en Venezuela.
"España va a hacer todo lo posible para garantizar a ayuda que necesiten", ha subrayado Borrell, quien ha señalado que la importante colonia española en el país sudamericano es la razón de que "nos preocupa mucho más lo que pase"
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