El municipio de Sant Julià de Ramis, donde el 1 de octubre de 2017 tenía que votar el entonces presidente catalán Carles Puigdemont en el referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional, organiza este martes una consulta para decidir si declara esta fecha como festividad local.
Las urnas que albergaba el pabellón de esta localidad gerundense fueron las primeras que se intervinieron en Cataluña y Puigdemont tuvo que esquivar la presencia policial y depositar su papeleta en Cornellà de Terri (Girona).
Dos años después, el Ayuntamiento, gobernado por ERC y que mantiene como alcalde a Marc Puigtió, ha organizado una nueva consulta para preguntar a los ciudadanos si quieren convertir el 1-O en festividad local.
La candidata republicana al Congreso por Girona en las elecciones del próximo 10 de noviembre, Montse Bassa, hermana de una de las independentistas presas por los sucesos de hace dos años, la exconsellera Dolors Bassa, ha visitado Sant Julià de Ramis con motivo de esta votación.
Huevos y pintura contra la Guardia Civil
Girona ha despertado esta jornada con una concentración en la capital gerundense de unas trescientas personas que se han desplazado hasta la comisaría de la Guardia Civil poco después de las seis de la madrugada.
Allí han lanzado consignas, huevos y pintura contra las dependencias policiales y, posteriormente, han caminado hasta las puertas de la Subdelegación del Gobierno, donde han cortado la Gran Via Jaume I, una de las arterias principales de la ciudad.
A mediodía, los trabajadores de la delegación de la Generalitat de Cataluña se han concentrado en el marco de los actos reivindicativos del 1-O.
A las 20:00 horas está prevista una movilización en la que participará la alcaldesa gerundense, Marta Madrenas (JxCat), y que partirá de la plaza del Ví para acabar en la rebautizada como 1-O.
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