La situación política en Venezuela aterriza en el Parlamento Europeo. El Partido Popular Europeo (PPE) insiste en que reconocer a González es una "línea roja" inquebrantable, mientras que los socialistas europeos, junto con los liberales, se oponen firmemente a este reconocimiento. Esta ruptura en las negociaciones amenaza con fragmentar aún más el consenso en el Parlamento y obligar al PPE a buscar apoyo en la derecha radical y la extrema derecha.
Por su parte, los socialistas europeos han dejado clara su negativa a respaldar a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, argumentando que no hay bases suficientes para tal reconocimiento. Fuentes del grupo socialdemócrata afirman que su rechazo se sustenta en tres pilares fundamentales: coherencia, legitimidad y utilidad.
Por una parte, los socialistas sostienen que no pueden reconocer a González porque ningún país de la Unión Europea, ni la Comisión Europea, lo ha hecho hasta el momento. Los únicos países que han expresado su apoyo oficial a González son Panamá, Ecuador y Argentina. Esta falta de respaldo por parte de los principales actores europeos y mundiales convierte el reconocimiento en un acto simbólico y controvertido, sin implicaciones prácticas claras para la política exterior de la Unión.
El caso de España es peculiar, ya que el Congreso de los Diputados aprobó una Proposición No de Ley (PNL) que insta al Gobierno a reconocer a González como presidente electo, pero esta medida no es vinculante. La PNL fue promovida principalmente por el Partido Popular (PP), lo que refuerza la postura del PPE a nivel europeo. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha tomado una decisión al respecto.
La legitimidad es otro de los factores que los socialistas y liberales ponen sobre la mesa. Argumentan que existen inconsistencias en el proceso electoral venezolano, como la falta de transparencia en los datos del censo electoral y la ausencia de actas oficiales que verifiquen los resultados.
Los socialistas también han expresado su preocupación sobre la utilidad práctica de reconocer a González, recordando el precedente fallido del reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela en 2019. Según ellos, esta medida no solo no consiguió los objetivos esperados, sino que también deterioró las relaciones entre la Unión Europea y varios países de América Latina, especialmente en el contexto de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). La relación con Venezuela se ha vuelto aún más compleja desde entonces, y el reconocimiento de González podría empeorar la situación sin ofrecer una solución tangible a la crisis política y humanitaria en el país.
El Partido Popular Europeo
Por otro lado, el Partido Popular Europeo (PPE) mantiene una postura firme: el reconocimiento de Edmundo González es imprescindible para avanzar en la resolución de la crisis venezolana. Esta postura ha sido reafirmada tras la aprobación de la PNL en el Congreso de los Diputados en España. Sin embargo, la falta de consenso con los socialistas y liberales ha obligado al PPE a considerar alianzas con grupos más extremos en el Parlamento Europeo, como los de Giorgia Meloni (Fratelli d’Italia), Marine Le Pen (Agrupación Nacional de Francia) y Alternativa por Alemania (AfD).
La perspectiva de una alianza con la derecha radical y la extrema derecha ha generado inquietud entre los sectores más moderados del Parlamento Europeo. Este tipo de pactos no es habitual en temas de política exterior de tal relevancia, y algunos analistas políticos advierten que podría socavar la credibilidad del Parlamento en el escenario internacional. No obstante, fuentes cercanas al PPE creen que la mayoría necesaria para aprobar el reconocimiento de González podría lograrse con la combinación de votos de estos grupos, junto con posibles abstenciones o incluso algunos apoyos puntuales de los liberales.
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