El XVIII Congreso del PP será el de la tranquilidad y la calma. La cara inversa de lo ocurrido hace una década en Valencia, con el agrio pulso entre aznaristas y marianistas. Mariano Rajoy no quiere´'líos ni ruidos', explicó en su día Pablo Casado, portavoz del partido. Dos asuntos centran las dudas y el debate en vísperas de la gran asamblea de los 'populares'.
El más caliente es el referido a las cuestiones sociales. La maternidad subrogada y la custodia compartida ni se incluyen formalmente en la ponencia que lidera Javier Maroto, vicesecretario del partido. Los asuntos controvertidos no se han incluido en la ponencia. Llegarán al debate congresual si 'salen vivos' de la negociación con el equipo de Génova.
Las últimas banderas
Estos apartados más sensibles despiertan el rechazo frontal de un buen número de militantes, tachados de 'vieja guardia' por el sector más renovador al que llaman 'los modernos'. El sector contrario a la incorporación de estas novedades es minoritario, pero muy activo y pródigo en comparecencias ante los medios. Este grupo ha presentado numerosas enmiendas para impedir que los Estatutos incorporen finalmente estos apartados a su redacción final.
"El PP no defiende a la familia, ni la vida humana, admite que la mujer se convierta en mercancía, en una mera vasija", denuncian en este sector, muy beligerante tanto con los 'vientres de alquiler' como con los matrimonios homosexuales o la ley del aborto, las últimas banderas que los populares han arriado de su ideario.
El PP pretende un aggionamento ideológico en estas cuestiones para arrebatarle argumentos a la izquierda y recuperar una parte del enorme voto perdido entre los menores de 45 años, un segmento de la población no se identifica con la oferta de los 'populares'.
Maroto cuenta con el respaldo de importantes barones como Núñez Feijóo, Cristina Cifuentes, Moreno Bonilla e incluso Esperanza Aguirre, jefe de filas del liberalismo del PP. No cabe esperar acaloradas disputas ni resultados sorpresa. El resto de la ponencia discurre por senderos escasamente polémicos, como el envejecimiento democráfico, la inmigración, la dependencia, la igualdad, la tercera edad y otros asuntos inevitables en este ámbito.
Una decisión de Rajoy
La cuestión de más calado político es sin duda la continuidad o no de Dolores Cospedal como 'número dos' de la formación. Una decisión que depende estricta y personalmente del presidente del partido. "Nadie va a influir en él, de modo que da lo mismo lo que se diga", reconocía Núñez Feijóo hace días en una aparición en Madrid. El presidente de la Xunta lidera un grupo de barones y dirigentes regionales que se oponen a la compatibilidad de algunos cargos. En especial, el de Cospedal en Génova y en Defensa.
Las dudas no quedarán despejadas hasta el próximo fin de semana. Todas las quinielas apuntan a la continuidad de Cospedal con poderes reducidos. Fernando Martínez Maíllo, ahora vicesecretario de Organización, asumiría el puesto de 'coordinador general' con pleno control de la sala de máquinas. Las enmiendas contra la compatibilidad de cargos, en especial entre los de partido y gobierno, han llegado en buen número a Génova. Alguna incluso menciona expresamente el nombre de Cospedal.
Todas las quinielas apuntan a la continuidad de Cospedal con poderes reducidos. Martínez Maíllo asumiría el puesto de 'coordinador general'
El Congreso del PP, al que acuden 3.500 compromisarios, será un paseo militar para Mariano Rajoy, que saldrá reforzado en su papel de líder incuestionado. La 'batalla de las primarias' quedó sepultada una vez retirada la enmienda a la totalidad promovida por el PP de Madrid, con Cifuentes a la cabeza. La limitación de mandatos no se ha incluido en la propuesta de estatutos a pesar de que se trata de uno de los puntos que aparecen en el pacto de Investidura suscrito con Ciudadanos.
El único rincón para la polémica aparece en asuntos de enorme sensibilidad social pero de muy escasa relevancia política. Maternidad subrogada, o 'gestación por sustitución' o 'vientres de alquiler', despierta cierto interés entre los asuntos a debatir en las sesiones de la Caja de Música. Poca cosa para un partido que no celebra un congreso nacional desde hace cinco años. "Mejor así, a la vista de lo que ocurre en otros sitios", resumía días atrás un miembro de la cúpula.
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