- La liquidación presupuestaria de 2015 revela que la Comunidad Valenciana fue la peor financiada en ese ejercicio. ¿se siente reforzado en su discurso sobre la necesidad de un cambio en el sistema?
- Sí, por supuesto. Es que el problema territorial no es solo Cataluña. Allí hay un problema específico, pero España tiene un problema de asimetrías profundas que hace que la igualdad entre ciudadanos no sea real, que no se cumpla la Constitución; el caso valenciano es paradigmático. Somos una comunidad teóricamente rica... que tiene doce puntos menos de renta per cápita que la media nacional y que en las balanzas fiscales aporta como si fuera rica. Pero no quiero hacer un discurso victimista sino resolver una cuestión que afecta a millones de ciudadanos. Por eso el Gobierno debe cumplir aquello que acordamos en la Conferencia de Presidentes, que es cambiar el modelo. Yo suscribo el 90% de lo dicho los expertos en su informe: que hay un déficit de financiación para todas las autonomías de 16.000 millones de euros por año y a eso hay que darle cobertura porque la supervivencia del Estado de bienestar está absolutamente ligada a ello...
- ¿Que solución hay para que una comunidad grande y rica como la suya se equipare en servicios a otra más pequeña y pobre pero que, vía "fondo de nivelación", acaba teniéndolos mejor Sanidad o Educación que la valenciana?
- Lo que no tiene sentido es generar una batalla entre comunidades autónomas. De hecho, ahora hay una insuficiencia global de 16.000 millones, como le he dicho, porque en los años de crisis ha habido ese recorte en los presupuestos de todas las comunidades. Por tanto, lo primero es conseguir una base común adecuada de financiación del Estado de bienestar. Y eso nos afecta a todos. A partir de ahí, el nuevo sistema no puede salir de una batalla entre comunidades. El otro día oí al señor Rajoy decir que esto va a ser muy complicado porque no se ponen de acuerdo las comunidades... Ese no es el camino porque su obligación, y la del conjunto de las Cortes, es llegar a un acuerdo con un doble objetivo: igualdad entre ciudadanos y la solidaridad entre territorios.
- ¿Cuáles van a ser las lineas rojas de su gobierno en esa negociación de un nuevo sistema?
- Nosotros lo que queremos es que, después de haber entregado los expertos un informe que acota claramente la realidad, pues que se tenga en cuenta. No se trata de ver cómo nos repartimos el trocito de "pastel" que el Gobierno decida para las comunidades, se trata de que hablemos de todo el "pastel"; que digamos qué Estado e bienestar queremos en España y que se reparta el dinero en función de las competencias de cada administración. Porque ¡ojo! tres de los cuatro pilares del Estado de bienestar están residenciados en las comunidades. Y lo que se ha hecho para ajustarlo en crisis ha sido transferir menos dinero a las autonomías... La linea roja es que haya equidad en los servicios para todos los españoles, algo que ahora mismo no se cumple. Y en el caso valenciano, además, lo que ha hecho el Gobierno es castigarnos con la 'infrainversión'. En los últimos cinco presupuestos del Estado en esta comunidad se ha invertido menos de la mitad de la mitad de lo que nos correspondía. Por eso, el 'motor' de lo público valenciano tiene una extraordinaria dificultad.
- Pero, ¿Puede debatirse serenamente en medio del desafío del uno de octubre, cuando mucha gente da por descontado que, si hay salida, será poniendo sobre la mesa de la Generalitat de Cataluña un sistema de concierto como el vasco y el navarro?
- Al inicio de la entrevista yo he dicho que el problema de España no es solo Cataluña. Y, desde luego, el problema territorial no puede abordarse solo mirando la situación catalana. La pedagogía que está haciendo el Gobierno, además, es muy negativa. El acuerdo presupuestario con el PNV y con Coalición Canaria no parece lo más razonable porque, que se distribuyan los recursos en función de los apoyos parlamentarios es una dinámica que se lleva practicando años pero no parece muy razonable. Creo que un Estado compuesto como el nuestro, que tiene que ir a lo federal, debe que arbitrar un mecanismo para que estas cuestiones relativas a la igualdad las resuelva... Hay un problema específico con Cataluña que hay que abordar. Cierto. Pero eso no puede suponer un aumento de los desequilibrios, de la desigualdad entre ciudadanos...
- Usted es muy crítico con la evolución del 'concierto vasco'... Le noto dolido con que el PNV haya logrado consolidarlo cambio del apoyo presupuestario
- Yo no quiero hablar del sistema de financiación en términos de confrontación. País Vasco y Navarra tienen constitucionalmente un modelo de concierto fiscal, que yo respeto, pero es evidente que el resultado del cupo, el cálculo de su aportación, no puede ser arbitrario.
- ... Ya, pero la realidad es que el acuerdo presupuestario PP-PNV incluye la devolución de 1.400 millones a las tres Haciendas Vascas por los últimos cinco ejercicios
- Lo que es muy importante es lo que también señala el informe de los expertos y es que la claridad y la transparencia en el flujo de los recursos del Estado en todos su ámbitos tiene que producirse. Y no puede haber un trato discriminatorio ni en positivo ni en negativo... Es que hay una gran opacidad en el sistema de financiación en general, no solo por lo que respecta al País Vasco y Navarra, que hace que los ciudadanos no sepamos con absoluta claridad cómo se está produciendo la transferencia de recursos.
- ¿Ha hablado con Pedro Sánchez sobre cómo va a desarrollar el PSOE su concepto de 'plurinacionalidad'?
- Bueno, he estado muy ocupado con el congreso del PSPV y lo que pienso es que, más allá de los nominalismos, hay que avanzar hacia un debate real, serio, de hacia donde va España. Y creo que el PSOE tiene una posición, que es ir hacia la federalización del Estado de las Autonomías, que generaría más unión, más respeto a la singularidad y, también, más respeto a la igualdad. Y respecto al "plurinacionalismo", más allá del debate nominalista, que es un debate bastante antiguo con muchas miradas y todas respetables, lo fundamental es asumir la diversidad de España...
- ¿No cree que el PSOE debería haber planteado ese debate después del desafío del referéndum catalán del uno de octubre, a modo de solución al problema?
- ... Es que se ha perdido mucho tiempo con la cuestión catalana. Parecía que nunca era oportuno plantearlo y finalmente hay dos polos, uno centralista y uno independentista, que están reatroalimentándose. Hace tiempo que se deberían haber tomado decisiones y no puede ser que se posterguen permanentemente las alternativas. Es cierto que en Cataluña existe en estos momentos una situación muy complicada, no solo en su relación con España sino dentro de la propia sociedad catalana, Hay un sentimiento muy respetable de descontento y, desde luego, a mi me preocupa esa confrontación interna... Nosotros tenemos una relación muy estrecha con Cataluña; desde el punto de vista económico es la comunidad a la que más vendemos y de la que más compramos. Tenemos una relación histórica y lamento mucho esta situación.
- ... ¿Y no ve extraño que, en medio de este panorama, Andalucía y Asturias, dos de las federaciones más importantes, se hayan abstenido de recoger en las ponencias de sus congresos la 'plurinacionalidad' de Sánchez? ¿No aumenta eso la confusión respecto a todo el PSOE y su idea de España?
- El 39 Congreso adoptó unas decisiones y no hay tantas diferencias como parece. Yo quiero huir del debate nominalista porque hay, incluso, muchos matices respecto a qué es 'plurinacionalidad'. A veces se habla en términos culturales, otras veces en términos políticos. Lo que sí hay es un documento base que nos une a todos, que es la Declaración de Granada, que es un documento que tiene muchas posibilidades de desarrollo y que estamos muy lejos de haber llegado ahí. Y más allá de las percepciones de cómo se entiende la nación que eso, es verdad, forma parte de la propia diversidad de España; que existe, incluso en las miradas. Aquí, en la Comunidad Valenciana, nos sentimos tan españoles como valencianos, o tan valencianos como españoles, pero también tenemos ese sentido de que hay que cambiar la estructura del Estado. Hay que acabar con unas políticas centralistas.
- Usted, que apostó por Susana Díaz claramente, ¿Cómo ve al partido mes y medio después del 39 Congreso? ¿Cree que Pedro Sánchez se está haciendo con las riendas?
- Bueno. Yo creo que los militantes decidieron. Pedro Sánchez salió elegido con un porcentaje importante de apoyo, igual que el que estamos teniendo los secretarios generales en los congresos que se están celebrando en federaciones como la mía. Estamos en un nuevo tiempo en el que pienso que todo el mundo tiene que ser corresponsable y vamos a intentar plantear la alternativa que necesita España en el tema territorial pero también en la economía: hay crecimiento pero no en los salarios y eso genera mucha desigualdad... A veces los 'monotemas' nos hacen perder de vista que hay que hacer una recuperación adosada además a un nuevo modelo productivo que haga sostenible el modelo económico.
- Después del 39 Congreso usted vino a sustituir a Susana Díaz como estandarte del 'antisanchismo' por la ofensiva de Ferraz para desalojarle de la Secretaría General del PSPV ¿Cree que a Javier Lambán le puede pasar lo mismo de cara al Congreso del PSOE aragonés, en el que Sánchez piensa plantarle cara con un candidato alternativo?
- Yo no soy antinada. Nunca lo he sido. De hecho, pienso que la política española necesita más pro que anti, y además, este país ha conseguido desarrollarse en los últimos 40 años social y económicamente de una manera extraordinaria. Y si queremos progresar tenemos que ser generosos, tener una mirada amplia y hay que ser poco endogámicos. Ahora, el PSOE debe ser capaz de mirar hacia la sociedad. Hemos hecho un ejercicio interno, democrático, pero yo pienso que donde tenemos que conseguir ganar la batalla es fuera. Ahora tenemos que hacer un ejercicio para conseguir que toda esa amplia mayoría de las clases media y trabajadora que han apoyado históricamente al PSOE, vuelvan a reconciliarse con él y seamos capaces de plantear una alternativa considerando que han surgido otros actores. Nos jugamos mucho en España en este momento y creo que hay que abandonar trincheras internas absurdas. Y también en el plano externo.
- En el debate que se está produciendo en el PSOE tras la entrada de Podemos en el Gobierno de García-Page en Castilla-La Mancha, con partidarios de extender el acuerdo a otras autonomías, partidarios también de establecer un acuerdo nacional ahora, otros más tarde... ¿Usted donde se sitúa?
- No hay que estar mirando a los lados sino a los ojos de los ciudadanos y plantearles un proyecto político, y en función de lo que decidan en las elecciones, establecer pactos. España se está europeizando, en todos los países de Europa hay gobiernos de coalición y esa es una realidad que hay que entender y gestionar. Pero en este momento, lo que tiene que hacer el PSOE es cimentar su posición.
- Una última pregunta: ¿Usted hubiera prescindido de Alfonso Guerra como presidente de la Fundación Pablo Iglesias?
- Lo que puedo decirle es que no hay que prescindir de nadie nunca, de todos los activos que tiene el PSOE. Pero es que a lo mejor puede tener otro encaje. No sé cómo se ha producido esta situación... En general, yo creo en la suma siempre y en buscar que todos los activos tengan su espacio. Ahora bien, a veces la gestión del 'vestuario' es complicada.
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