“Hace falta músculo”, reclamaba Núñez Feijóo este domingo en ‘La Razón’. Y autocrítica. Buena parte de los barones del PP comparten este diagnóstico. En pocos meses tienen que afrontar unas elecciones regionales y municipales, y no atisban un amago de reacción alguna desde Moncloa. La posible salida de Luis de Guindos rumbo a Europa podría propiciar un pequeño ajuste de Gabinete en mayo. A un año justo de los comicios.
El desastre catalán ha conmocionado a las filas del PP, donde late un sentimiento derrotista. Mariano Rajoy, sin concesión apenas a la autocrítica, ha hilvanado una serie de grandes reuniones de partido a lo largo del año (escuela de invierno, convención nacional) para levantar la moral de la alicaída tropa. El propio presidente multiplica su presencia por toda España. Sevilla, Comunidad Valenciana, León, son puntos que visita estos días… “Voy a dar la batalla”, anunció a su Ejecutiva. Y puso a Ciudadanos en el punto de mira.
Ministros 'tocados'
Una reacción voluntarista, peso sin peso específico, insisten esos dirigentes del PP que callan cuando acuden a Génova y no paran de hablar cuando se les pregunta en privado. "Negaré haberlo dicho". Reclaman algo más que retoques en comunicación. “Músculo”, según Feijóo. Batalla de ideas, proyecto nacional, ilusión, debate político. Sugieren cambios de estrategia y de caras. Empezando por el Gobierno, inerte y desnortado. Dividen al Ejecutivo en dos grupos. Los ministros que restan (Zoido, Méndez de Vigo, Nadal) y los que no suman (Dastis, De la Serna, Tejerina..) Y la vicepresidenta, prácticamente inédita desde el 21-D.
Todas las miradas se dirigen a la vicepresidenta. En el partido ya no se disimula. En el Gobierno, algunos ministros tampoco. El entorno de Soraya Sáenz de Santamaría teme una reacción de Mariano Rajoy contra el equipo de la 'Operación diálogo', la antesala del desastre. "Todo se ha hecho mal, nos ha perdido la soberbia", señala uno de estos cargos regionales del PP. "Lo advertíamos, lo avisamos, nadie hacía caso", añade. Y pone como ejemplo la inadecuada frase de Santamaría en un mitin en Cataluña: “Rajoy ha logrado descabezar a los independentistas”.
El presidente no es amigo de grandes cambios. Menos aún cuando las cosas van mal. Jorge Moragas, su jefe de Gabinete, se fue a la ONU y aún no ha sido sustituído. García Albiol, el candidato de la derrota catalana, está a la espera de que se despeje la incógnita de Puigdemont para conocer su futuro. No se mueve una pieza. El único que se mueve es Albert Rivera en las encuestas, rumbo a la estratosfera. Ciudadanos desearía elecciones después del verano. Rajoy no le dará ese gusto. Confía en recuperar Madrid y Valencia el año que viene.
En el equipo de fontaneros de la ‘vice’ se teme incluso de un castigo colectivo del presidente a quienes dirigieron el famoso ‘diálogo’ con los independentistas. Desde Santamaría a Millo, pasando por varios de sus colaboradores más activos. No será ahora, no es el momento. Mariano Rajoy no quiere darle esa baza a los separatistas. Primero habrá que desatascar el embrollo de Bruselas, eterna ‘patata caliente’
El candidato de 2020
Nadie sabe si Rajoy, tras el terremoto, haya pensado seriamente en replantearse su voluntad de ser candidato en el 2020. De eso no se habla. “Será en el 20 cuando nuestro partido anuncie el candidato a las elecciones”, puntualizaba Feijóo. Algunas voces del entorno marianista señalan que “sólo se iría por motivos personales", O si ve que el partido se desploma, algo que no concibe.
Tampoco se comenta quién podría sustituir a Saénz de Santamaría en la 'sala de máquinas’ de Moncloa, caso de que tal episodio se concretara. Lo que allí se necesita, dicen los enemigos de la vicepresidenta, es un político, un estratega, con cabeza, que colabore en las decisiones. "Santamaría es una excelente secretaria de Estado, para llevar al día los dossieres", esgrime con perfidia la mencionada fuente. También se la sitúa en las listas a la alcaldía de Madrid, un puesto para el que Pablo Casado goza de todo el respaldo del PP.
Dolores Cospedal otea el horizonte desde el puente de mando de Defensa. Apenas participó en la campaña catalana. Ni un paso en falso en esas arenas movedizas. Antiguos amigos de Soraya se han pasado en bloque a Cospedal, especialmente, en el sector mediático.
Toca esperar. Fernando Maíllo prepara las listas para las elecciones municipales y autonómicas. Veteranos dirigentes, nombres conocidos, han declinado sumarse a los carteles. El PP se la juega. "Antes e que arranque la campaña, Rajoy tendrá que tomar medidas, mover algunas piezas", se escucha decir, sin demasiada fe, en ese sector de la formación conservadora.
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