"Ni aborto ni Franco". Lo expresó claramente Pablo Casado en diversas intervenciones antes de que arrancara la precampaña. Franco, en efecto, ha desaparecido del debate político. El PSOE lo ha sepultado dados los continuos tropiezos para sacar adelante este ríspido asunto. El aborto, sin embargo, sigue latente. Adolfo Suárez Illana, por ejemplo, ha eclipsado la puesta en escena de la presentación de los candidatos a las generales del PP por Madrid.
Todo estaba previsto en la Puerta de Alcalá. Javier Maroto, jefe de campaña de los populares, había preparado un escenografía muy singular para reunir a los elegidos para la candidatura por Madrid. Castiza y positiva. Sol, gente, un decorado atractivo y muchas caras nuevas. Edurne Uriarte, el torero Miguel Abellán, Javier Fernandez- Lasquetty, Daniel Lacalle... y Suárez Illana, flamante número dos de la lista y gran fichaje de Casado para competir en la plaza más importante y carismática.
Todo estaba listo cuando empezaron a llegar los ecos de la entrevista concedida por Suárez en Onda Cero. "El aborto se lleva cien mil vidas al año. Los neandertales también lo usaban, pero esperaban a que naciera y le cortaban la cabeza". La polémica estaba lista. La reacción fue unánime en todas las formaciones políticas. Desde Ciudadanos hasta la izquierda más extrema. Otra vez el binomio aborto-PP en danza. Exactamente lo que pretendía evitar Casado quien, en declaraciones en esRadio, esa misma mañana, había intentado centrar el eje de su campaña en la economía y las nubes negras de una recesión que ya asuma por Europa.
Maroto fue el primero en reaccionar. En un tuit improvisado recordó que sobre este asunto el PP está a la espera de lo que decida el Tribunal Constitucional, que tiene dormida su resolución sobre la ley de Zapatero desde hace seis años. Esta era la postura oficial de la formación conservadora. Desde Génova se habían dado instrucciones a sus candidatos y dirigentes regionales de no meterse en este jardín. Tan sólo Casado, en las entevistas, se encarga de explicar el asunto en forma pedagógica y moderada.
Rectificación y disculpas
Tal fue el nivel del ruido y la polémica, que Suárez se vio obligado a rectificar, por la tarde, desde Logroño. "Cuando uno se equivoca, lo mejor es pedir disculpas". Y añadió que desde un despacho de Nueva York se le indicó que sus palabras sobre que en esa ciudad es posible abortar hasta después del nacimiento de la criatura "estaban equivocadas". Aún así, sostuvo que "el partido no opina lo mismo que yo, pero yo soy un defensor de la vida".
Suárez Illana se salió de la línea oficial y optó por improvisar. "Puedes estar o no de acuerdo con el fondo, pero su ejemplo con la cabeza cortada del Neandertal es un disparate", comentaba un candidato en la mañana de autos. El debate sobre los fichajes de Casado para renovar las listas vuelve a encenderse. Suárez tiene un apellido ejemplar en nuestra democracia. "Pero mejor que no salga mucho a hablar, porque no siempre acierta", comenta esta fuente.
El número dos por Madrid descabaló los planes de la jornada. Acaparó todo el protagonismo de un día que estaba programado para sacar pecho con las incorporaciones de Casado a la pugna electoral. "Es lo que pasa por ponerse en manos de figuras ajenas a la política, por más apellido que tengan", era otro comentario. El líder del PP ha apostado por pasar página de la etapa de Rajoy. Ha borrado el 'marianismo' de sus listas, ha designado a más del 75 por ciento de nombres nuevos en las listas del 28-A. Un movimiento muy drástico para algunos, e imprescindible para otros.
Convulsión y tormenta
La vieja guardia del partido ha mostrado sus reticencias ante los cambios. En especial por le hecho de que no se ha contado con gente de experiencia y de peso específico en la gestión y en la vida parlamentaria. Esa tormenta, que no ha sido tan convulsa como algunos medios pretendieron dibujar, ha renacido en estas horas tras el patinazo de Suárez.
El hijo de quien fuera primer presidente del Gobierno de la democracia, se incorporó a las filas del nuevo PP en septiembre, como presidente de la fundación Concordia, el relevo de la Faes de Aznar. Participó activamente en la campaña electoral andaluza, ha concedido algunas entrevistas y, hasta ahora, había dado muestras de su condición liberal y de su prudencia verbal. Hasta que llegó el aborto. Y el hombre de Neandertal.
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