Susana Díaz no quiere precipitar la convocatoria de las elecciones andaluzas. La presidenta de la Junta ha descartado un adelanto al 28 de octubre. La fecha estaba marcada en rojo tanto en Sevilla como en Madrid. Pero Díaz piensa ahora que es mejor llamar a las urnas a finales de este año. Su argumento es que esa fecha no tendría ni la categoría de adelanto, porque la legislatura estaría acabada. Las elecciones, si no media anticipo, están previstas para marzo del 2019.
Díaz tiene dudas y ha decidido no adelantar las elecciones a octubre, tal y como le aconsejaban sus colaboradores más cercanos. Así lo hizo saber a su equipo poco antes de la reunión que mantuvo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa. El encuentro, del que salió contenta pese a que el trago no era fácil por lo reciente de su batalla en las primarias, reforzó su planteamiento frente al de sus consejeros y colaboradores.
No disolverá en septiembre
Para celebrar elecciones en octubre, Díaz estaba obligada a disolver el Parlamento la primera semana de septiembre. No lo hará. La presidenta considera que el adelanto puede tener un impacto negativo en los excelentes sondeos que maneja. La decisión ha empezado a llegar ya a oídos de sus rivales. Fuentes de Ciudadanos consultadas por Vozpópuli entienden que Díaz no quiere una campaña contaminada por los fastos separatistas del primer aniversario del 1-O y Carles Puigdemont suelto por Europa.
Los que mejor conocen a Díaz destacan que tiene buen olfato político para los tiempos, como demostró al adelantar las autonómicas del 2015. El movimiento le permitió protegerse de Podemos, que venía embalado tras su resultado de las europeas del 2014. Ese olfato con el que consiguió mantener a raya al partido morado es el que ahora le aconseja aguantar.
Díaz entiende que es mejor dejar la cita con las urnas para más adelante. Pero en Andalucía, según fuentes consultadas por este periódico, se da por hecho que no esperará al 2019. El Palacio de San Telmo baraja como fechas probables la última semana de noviembre o diciembre. El Parlamento cerrará sus puertas a finales de año con o sin anticipo. El hecho de que la fecha límite para ir a las urnas sea el próximo marzo impide que se abra un nuevo período de sesiones en 2019, así que Díaz puede esgrimir ese argumento para una convocatoria a finales del 2018.
A la presidenta de la Junta tampoco le agrada que las generales puedan coincidir con las andaluzas. La idea ronda la cabeza de algunas mentes en Moncloa, tal y como adelantó Vozpópuli. "Quiero un debate en andaluz, con acento andaluz y sobre Andalucía", dijo Díaz en una entrevista a la Cadena Ser poco después de reunirse con Sánchez. El aviso a navegantes era claro. Existe la sospecha en el PSOE andaluz de que Sánchez no quiere ir sólo a unas generales y que prefiere protegerse de un hipotético batacazo con otra u otras urnas.
No coincidir con Sánchez
Sánchez lo niega. En su primera rueda de prensa en solitario como jefe del Ejecutivo, insistió en que el adelanto de las generales no está en su cabeza y que espera llevar la legislatura al 2020. Sin embargo, dejó entrever que si no consigue sacar adelante un nuevo Presupuesto quizá no tenga demasiado sentido resistir. Además, las encuestas le son más que favorables. La última del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo es. Tenga o no más o menos cocina.
Una posibilidad, que nadie descarta, es que Sánchez aproveche la ola de un triunfo socialista en Andalucía -que vaticinan todas las encuestas- para convocar las generales a continuación. La cita podría ser en febrero del 2019, poco antes de las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo del 2019. El escenario no es descabellado. Vozpópuli informó que Ciudadanos trabaja con la mente puesta en elecciones generales en 2019, bien en febrero, bien en otoño después del 26-M.
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