Lo dijo poco después perder las primarias del 21 de mayo y arranca el curso político con el compromiso de cerrar definitivamente el capítulo del 'susanismo' y empezar una etapa nueva. Susana Díaz se reinventa después del duro fracaso en las primarias, una batalla a la que dedicó muchos esfuerzos después de meses de choques con Pedro Sánchez, y tratará de fortalecer su perfil institucional. Para ello, levantará la bandera de Andalucía y buscará tener un papel fuerte en el tablero político, en un momento en el que considera que está en juego el equilibrio entre territorios. A partir de ahora, hablará mucho de financiación autonómica y poco, o nada, de líos internos.
Una vez cerrado el capítulo orgánico, y después de tres semanas de vacaciones, Susana Díaz retomó el pasado martes su agenda pública, con la primera reunión de su Consejo de Gobierno, y arrancó ya la que será su nueva batalla en esta etapa: avisó al Gobierno de Mariano Rajoy de que "Andalucía no aguanta ya un tercer año de prórroga" en el modelo de financiación. Para el Ejecutivo andaluz, el retraso en la renovación del sistema de financiación autonómica no puede esperar más y ya no hay excusas para seguir retrasándolo.
Por eso, la presidenta se puso manos a la obra para buscar un frente común en Andalucía con el que defender el peso de su comunidad y anunció una ronda de contactos con agentes sociales y partidos políticos para hablar de la financiación autonómica. El jueves se reunió con los responsables de UGT, CCOO y CSIF y la patronal en su comunidad y pactaron una "postura unida". El próximo lunes tiene previsto verse con los líderes de los grupos parlamentarios.
Su objetivo es buscar la complicidad de la oposición para presionar juntos al Gobierno de Rajoy, para que cumpla con lo prometido en la última Conferencia de Presidentes y no prorrogue un año más la revisión del modelo de financiación. Las perspectivas son buenas con Podemos, Ciudadanos e IU, porque, según las fuentes consultadas, estos partidos vienen defendiendo, como los socialistas, que los servicios públicos están "mal financiados" y coinciden en que el reparto de la financiación perjudica a Andalucía. Mientras, defienden, el PP "lo tendrá difícil" para mantener una "postura coherente".
Susana Díaz quiere ser la voz visible de esta reivindicación, a la que va a dedicar una parte importante de sus esfuerzos a partir de ahora. Quiere sacudirse la etiqueta de rival de Pedro Sánchez y fortalecer su imagen de presidenta de la comunidad más poblada de España. Y, para ello, se desligará de los asuntos orgánicos del partido.
Estará al margen y mantendrá una "neutralidad exquisita" en los congresos provinciales, aunque está clara su posición, porque lo contrario sería "una torpeza"
De hecho, fuentes del PSOE andaluz aseguran que mantendrá una "neutralidad exquisita" en los procesos que continúan en la federación, una vez acabado su congreso regional, con los provinciales. En los ocho habrá aspirantes afines al secretario general, que tratarán de hacerse con las riendas del partido frente a los candidatos del 'aparato' regional, aunque, en principio, no se les otorga muchas posibilidades.
De hecho, muchos no llegarán a primarias. La clave está en la decisión de no empezar a aplicar ya las normas del 39 Congreso federal y mantener las anteriores, de manera que no se rebajarán al 3% el número de firmas necesarias para poder presentarse a la carrera. Los interesados, necesitarán un 20% de avales para convertirse en candidatos, una meta que las plataformas de militantes 'pedristas' reconocían que reduce sus oportunidades.
La calma no ha llegado a todos los rincones del PSOE andaluz, como ocurre en el resto de federaciones, pero la presidenta de Andalucía quiere mantenerse al margen. Según apuntan fuentes socialistas andaluzas, sería "una torpeza" implicarse en estos procesos personal y públicamente, aunque a nadie se le oculta que tendrá preferencias y cuáles serán.
Pero Díaz no quiere salpicarse con líos internos ni volver a entrar en una dinámica de confrontación orgánica. Una vez lanzado el mensaje a su enemigo en el cierre del congreso andaluz, cuando pidió a Pedro Sánchez que no la hiciera elegir entre la lealtad al PSOE y a Andalucía, no quiere desviar su atención de San Telmo.
Andalucía es su prioridad y, además, se subraya que va a hacer falta reivindicar su peso en el debate territorial. En el trasfondo de la crisis catalana, en la que sólo terciará para defender el Estado de derecho y la Constitución, está el equilibrio entre territorios y quiere dejar claro que los andaluces no están dispuestos a renunciar a la defensa de la igualdad entre comunidades.
Gran celebración de los 40 años del 4D
En este marco, aprovecharán la celebración de los 40 años del 4D para dejar bien definido el papel de Andalucía en el mapa de España. El 4 de diciembre se cumplirán cuatro décadas de la gran manifestación por la autonomía plena en pie de igualdad, que inició el recorrido que acabó en el referéndum del 28 de febrero de 1980 y el Estatuto de Autonomía del 81.
Los socialistas cogerán esta bandera, tan ondeada por el desaparecido Partido Andalucista, en el contexto de la posible revisión del modelo territorial, con la presión de Cataluña de fondo. De hecho, contrastarán el proceso andaluz, que se ajustó "siempre a las normas", con el procès catalán, al margen de la ley. Los andaluces, defienden, sacaron "a pulso" su autonomía plena, pasando un proceso "muy duro", y ahora quieren seguir defendiendo su lugar en condiciones de igualdad con el resto de territorios.
Por eso, y precisamente este año, se quiere reivindicar con fuerza esa fecha, que tradicionalmente ocupaba un segundo lugar en el calendario frente al 28F, más celebrado. Sin embargo, según las fuentes consultadas por este periódico, este año, como novedad, se prepara una "gran conmemoración" institucional, para sacar pecho del recorrido que hizo Andalucía hacia la plena autonomía.
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